―Ya viene la profesora, mejor en el baño del gimnasio―propuso Jane―. Nadie nos verá en ese lugar.
―Cállate, ella va a estar inconsciente en unos minutos―anunció Jackie.
―Aprende a no provocarnos―dijo Jennie mientras abofeteó la cara de Nath―. No creas que porque siempre fuiste buena con nosotras, nosotras seremos así contigo, ¿creías que éramos amigas? ¡ja!―bufó―. Diciendo ese pocotón de mentiras allá adentro, y afuera comiéndote a besos con...―hizo una pausa tratando de recordar el nombre del chico, pero se rindió al no poder pronunciarlo bien en su mente―. Mi chico―concluyó―.
―¿Eso te molesta?―preguntó Jackie con suspicacia, dirigiéndole una mirada fulminante a Jennie―. Lo que a mí me hace hervir de rabia, es que a pesar de que le advertí, ella se fue a besarlo afuera de donde estábamos, y encima, toca la puerta para que veamos. Niñita insolente―añadió.
En uno de esos regalos que te da el cuerpo, de poder acumular lo último que posees de energía y poder sacarla toda en un solo movimiento, del cual depende tu libertad o tu esclavitud, ya que estás con la espalda contra la pared; necesito pensar en un punto clave para liberarme, y poder tomar aire.
Simplemente, podía levantar mi rodilla y destrozarle la mandíbula a Jackie, pero no quiero hacerle daño, sé que ella no hace esto por querer hacerme daño a mí, ella hace esto porque es su manera de expresarse ante su enojo, personas con poca capacidad pensante, así son, no debo lastimarla, no me igualaré a ella, pero... Necesito... Oxíge...
Sólo era cuestión de que mi cuerpo reaccionara por sí solo. La necesidad de obtener oxígeno era grande. No solo levanté mi rodilla, le aruñé los brazos, le saqué sangre, cuando logré recuperar el aire que me faltaba, pateé en el estómago a Jennie, quien venía a destrozarme la cara, luego estaba Jane, la más lenta del grupo, se escondió y me dijo que no le hiciera nada, porque ella tampoco lo haría, me dio igual.
Cuando me di vuelta, sólo recuerdo haber escuchado un grito de ira...
―¡ARDERÁS PERRA!―Jackie se abalanzó sobre Nath.
Porque, después caí, mi cabeza rebotó contra el suelo y yo...
―Nana~ ya despertaste―exclama Nalu―. Esas desgraciadas te hicieron demasiado daño.
Puedo decir que tengo la mejor amiga del mundo, ella vale oro, me estaba curando mis heridas en su casa. Ella vive con su familia, pero sus padres trabajan 24/7 y su hermana llega en la noche por su trabajo, así que Nalu está sola la mayoría del tiempo.
―Nalu~―balbucee―. Me arde mucho mi brazo.
―Pues ¿cómo no te va a arder, mija?, te han escrito "Taehyung" a navaja limpia en tu brazo derecho, por poco no te llevo al hospital con mis padres.
Me sentía mareada aún, supongo que perdí demasiada sangre cuando... ¡TAEHYUNG EN MI BRAZO!
―Pero, ¿qué demonios?―pregunté tratando de visualizar mi brazo.
―No te fuerces demasiado―sugirió Nalu―. No perdiste demasiada sangre. "Esas" sólo saben hacer cortes superficiales, lo que no te negaré―siguió limpiando las heridas con agua oxigenada―. Es que te duele o te dolerá la cabeza por el golpe que te diste, tienes medio cachete inflamado, pareces un globo... Bueno, la mitad de tu cara.
―Me... ¡Duele!―interrumpí―. Cuidado con el agua oxigenada~
―Vale, vale―prosiguió―. Será mejor no contarle a Paulette, porque ella es capaz de hacerle lo mismo a ellas, y acabará peor que tú.
―Sé que ella me quiere matar por pegarle en la cara―admití.
―¿Ella?―preguntó con un tono burlón―. Me pegaste a mí, tontita―colocó una bolsa fría en mi cachete. No tardé en quejarme.
―¡Ay! Pues lo siento pero, no te aproveches de mi estado, niña.
―Ya pues―se rindió―. Igual ya acabé con tus heridas―informó mientras recogía los algodones llenos de sangre y los botaba en la basura.
Me senté en la cama mientras sujetaba la bolsa fría en mi cachete. Me sentía una basura prácticamente, merecía que me hayan hecho todo esto...
―Oye―me llamó Nalu―. Ahh~ debes dejar de pensar que todo es tu culpa.
―No... No hacía eso―mentí.
―Te curé tus heridas y me tratas como estúpida―reprendió―. Nath, te conozco muy bien, deja de ser tonta y deja esa obsesión por Ta-e-hy-ung―deletreó de mala gana.
―Deja de hablar, fue mi culpa y se acabó―concluí enojada.
Nalu me miró enojada, recogió la basura y salió de la habitación cerrando la puerta.
Bien, soy una completa malagradecida. Es que todo es tan confuso. Miré mi brazo derecho, sinceramente esto es demasiado, ¡hasta para un delincuente! ¿Qué les pasa? Sólo por un chico me hicieron esto, par de bobas, digo, trío de bobas.
Esto tardará mucho en sanar: semanas, meses quizá. ¡Perdí horas de clase de nuevo! Tendré que hacer otro reporte y esta vez obtendré un regaño, bah~ ya no me importa, en este estado no quisiera ir... Un momento, ¿cómo llegué aquí?
No tengo ni la menor idea de cómo me encontró Nalu, o cómo no sentí siquiera las entradas y salidas de la navaja; no tenga idea de nada. ¡Demonios! Quién me confirma que no fue él quien me hizo esto en mi brazo, o yo qué sé.
Da igual, fui mala al hablar a sus espaldas... ¿Será? Tal vez él me escuchó diciendo que nunca sería su amiga, que sólo le hablaba por ser la delegada ¡¿Qué hice?! Ya me estaba ganando su confianza. ¡Hasta me siguió! Digo, ¡me acompañó!
Tiene sus razones para haber hecho eso. Traicioné su confianza, le rompí su risa. Tal vez yo era la única en su vida que se le ha acercado o preocupado tanto por él; y que se dé cuenta que todo eso lo hacía por obligación.
Ya veo, le herí y él me hiere a mí: "Ojo por ojo, diente por diente". Pero, creo que él también sabía lo perversas que podían llegar a ser ellas conmigo. Así que este es el dolor que él sintió internamente, vaya.
Le debo una disculpa, fui mala... Pero él más, dañarme físicamente con un golpe, okay. Pero con 8 letras bien escritas a navaja limpia en mi brazo es demasiado. Alto. ¿Navaja limpia? ¡Apuesto que fue con algo sucio u oxidado! Oh dios... ¡OH DIOS! Me va a dar tétano, me voy a morir.
―¡TAEHYUNG, TÚ NO MORIRÁS DE DECEPCIÓN!―grité.
En eso, se escuchan pisadas apresuradas subiendo las escaleras, en unos segundos, la puerta se abrió.
―¡¿Quién murió?!―pregunta exaltada.
―Ahp... nadie.
―Oye, te dejé sola para que pensaras y descansaras un poco, no para matarme del susto.
―Me va a dar tétano~
―¿Qué cosas dices?―exclamó Nalu―. ¿te digo algo? Si no fuera porque quería limpiarme la nariz en un baño a donde nadie entra, ya estarías muerta.
―¿Qué?―pregunté atónita.
―Esas chicas son muy malas. Y tranquila, no te dará tétano; pueden ser despiadadas pero limpias. Bueno, usaron una navaja limpia para hacerte eso―saca una navaja de su bolsillo―. Fue con esta.
―¿En serio la guardaste?
―Sabía que tarde o temprano te ibas a poner paranoica. ¿Quién es tu mejor amiga?
―Ahh~ tú lo eres.
―Lo sé. Ahora tengo que ir a la cocina antes de que se me queme la comida.
Cerró la puerta después de salir. De nuevo, solo éramos mis pensamientos y yo. Ya estaba mejor a mi parecer, pero, me estaba sintiendo un poco cansada. Lo mejor será que descanse ahorita, coma la comida de Nalu, por cierto, cocina muy bien; y luego ir a mi casa. Mañana será un nuevo día, espero no morir.
Continuara c:
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El Chico Frío De Ojos Grises
Ficção AdolescenteEn esa esquina, allí estaba él, con la cabeza agachada, al parecer, dormido. Quisiera saber el por qué él es así, despreocupado, distraído y dormilón. Estamos en tercer año de secundaria, si reprobamos un curso, no podremos asistir a la fiesta de...