Capítulo 12.

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Pov. Derek

—Muevete más... Así... -sonrio al ver como Megan se movió sobre mi, sus caderas eran la muerte. Su agilidad era un esquicito afrodisíaco. Sus grandes senos me volvían loco, los besaba y mordisqueaba, su interior se contrae y mantiene en un punto de placer tan necesitado. Necesitaba esto, distraer mi mete con quién primero abriera las piernas, Megan era una de esas.

—Dios Derek, más rápido bebé. -eso era lo que quería, la tomé de la cadera y la gire contra el colchón, aferró sus piernas a mi cadera y comencé a moverme con mayor intensidad. Aferró sus piernas a mi alrededor, sus uñas se clavaban en mi espalda y sus gemidos eran todo, si quería pasarlo bien un rato solo tenía que marcarle.

La oscuridad de la noche me llamaba mucho la atención, me sentía bien con este tipo de noches. Después de un momento de relajación como este solo quería ver el cielo oscuro, contemplar ese placer que me producía. El trabajo me estresaba mucho últimamente, además mis padres no ayudaban. Lo único lindo que tenía eran mis hermanas pero ellas también sus problemas con la familiar, como yo era educado estrictamente por un lado ella no se quedaban atrás. Esperaba que con ellas no fueran tan rudos. Mis padres al parecer no tenían corazón ni con sus propios hijos, era como verlos en aquellos despachos o esos juicios a los que me obligaban ir desde niño.

Veo a mi alrededor, este departamento era uno de tantos, como Megan también era una de tantas. Simplemente esto era una transacción, placer por algún burdo regalo. Cada año era igual, no entendía eso de novias o siquiera el amor del que tanto el idiota de Scott me hablaba hace unos días. El se enamoraba mucho, por eso nunca resultaba nada bien. Lo mismo pasó con ese chico, como si no me hubiera dado cuenta. Pero prefirió seguir con esa chica, realmente aguantarlo fue una tortura. Algo como eso no iría conmigo. Los Hale nunca nos enamoramos, solo quedaba esperar quien sería la siguiente señora. Me casaría quizás al terminar la carrera, no me quejaba ya sabía de mi destino. Estaba esperando cuando llegaría el contrato de matrimonio. Si no conozco mal a mis padres tendría que llegar muy pronto.

Cansado de pensar busco en la chaqueta un cigarrillo, lo tomo y salgo al pequeño balcón. Lo enciendo y aspiró lentamente. No era de fumar, pero de vez en cuando no me caía mal un poco. También había empezado a beber, Jackson era un buen compañero para eso, el seguía su jerga y yo la mía. Quizás el fin de semana sería bueno salir un rato, total este caso que mi padre me había encargado no era nada. Por el momento tenía que mantener mis contactos bajo la manga constantemente. Esto era un juego de sombras y yo acaparaba la mayor parte. El joven Hale, no estaba mal después de todo. Sonrió para mí, los tendría un día a todos bajos mis pies, los destrozaría sin piedad, como ellos no tienen piedad, sea quien se cruce en su camino, yo tampoco lo tendré.

—Todos conocerán al nuevo rey del imperio Hale. -digo burlescamente. —Nada arruinara mis planes, nadie se meterá en mi camino.

El viento estaba tomando forma, las nubes invadían el cielo estrellado. Mi cigarrillo estaba en las últimas, mi móvil suena y veo que es Jackson, ya tenía todo. Eso era lo mejor que podía decirme. Todo iba muy bien, pronto solo era cuestión de tiempo antes de graduarme y tomar el mando de todo. Aunque había algo que no me agradaba, no se sentía bien del todo. Pero el que aún no sabía realmente, quizás solo eran alusinaciones mías. Tenía que descansar un poco y dejar de pensar en cada cosa.

—Hey bebé qué haces aquí. -Megan me abraza desde atrás, veo sus delicadas manos juntarse. Las acarició, tenía que despejar mi mente un rato, que mejor remedio que este.

—Sali a fumar, volvamos a la cama. -volteo para verla y sonríe pícaramente.

(...)

Obsesión: El Inició. (Sterek) [[BORRADOR]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora