La vida no le podía haber dado mejor suerte: popularidad, travesuras sin límites y dos fieles compinches. Shaoran era ese tipo.
Una fiesta no planeada y, peor aún, la llegada repentina de sus padres esa noche, lo llevará a conocer a Sakura Kinomoto...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SAKURA ------------------- Siempre despierto con una sonrisa y un buen humor por las mañanas.
Pero hoy no fue así.
Me sentía dolida. Mis ojos estaban hinchados de tanto llorar. El recuerdo del día anterior había quedado en mi mente y no había querido salir.
Eso fue lo mejor, ¿no? Eso era lo que Shaoran quería desde el principio. Él siempre quiso que yo renunciara a ser su niñera. Shaoran sólo piensa que soy una niña tonta e insoportable.
Pero...
¿Por qué me duele tanto el corazón?
Bajé las escaleras y saludé a mi familia con la mejor sonrisa que podía disimular. Ellos me miraban con unos rostros bastantes preocupados y yo ignoraba cualquier pregunta que me hicieran.
-¿Sucedió algo con el mocoso? -me preguntó mi hermano haciéndome sentir peor.
Yo sin saber que decirle me quedo en silencio. Mi hermano me miraba fijamente a los ojos pero yo trataba de no hacerlo. Por fortuna el cartero deja el correo en el buzón y se me ocurre algo bueno.
-¡¡Iré a traer el correo!! -dije luego salí de allí.
Al salir me apoyo en la puerta y doy un gran suspiro de tristeza. Luego voy a buscar el correo.
-Señorita Sakura... -dijo una voz muy conocida.
Al darme medía vuelta veo a un niño de cabello pelirrojo y ojos azules. Ese niño era Shon quien tenia cartas en su mano derecha.
-Buenos días Shon -le dije con una sonrisa algo fingida.
-¿Tú también tienes correo? -me pregunto él.
-Así es -le dije.
-¿Estas bien? -me preguntó preocupado-, te noto un poco triste.
-¡¡Para nada!! -le dije con una sonrisa nerviosa-. ¡¡E... Estoy igual de feliz que siempre!!
-¿Pasó algo malo? -me pregunto él.
-¡¡Claro que no!! No me pasó nada malo con Shaoran -le dije yo.
-Yo nunca mencioné al señor Shaoran -me dijo con una sonrisa haciendo que me pusiera más nerviosa.
-Rayos... -dije yo.
-¿Qué sucedió? -me preguntó.
-Él es un idiota, eso es lo que pasa -le dije furiosa.
-Pero... ¿Ser idiota no es común de el? -me preguntó él con una ceja alzada.
-Esta vez se pasó de la raya -le dije yo luego di un gran suspiro.
-No sé que te haya hecho Shaoran pero... -me dijo el luego me sonrió de una manera muy gentil-. Pero creo que deberían hablar.
