My little flower 2 {Jimin y tú}

Capítulo 15

El peso sobre mí va incrementando. Abro los ojos asustada pensando que es un ataque de ansiedad,pero me equivoco al notar un brazo sobre mi cintura.

Giro la cabeza confusa en plena madrugada.

-Lo siento,¿Te he despertado?.-pregunta Jimin que me estaba abrazando por detrás.

Niego.-pensaba que era un ataque.-hablo mientras me posiciono cara a cara.

-¿Acabas de llegar?.

-Hace un rato,he parado un momento en el esrudio de mi padre. Me dijo que mirara unos documentos cuando pudiera y se los pasara por fax.

-A las tres de la madrugada poco va a leer.-río divertida.

-Cuando he llegado.-sella sus palabras  besando mi frente.

Se tumba de lao en la cama atrayéndome hasta él. Hundo mi cara entre su mandíbula y brazos mientras su pausada respiración acaricia suavemente mi coronilla.
Sus dedos se enredan una y otra vez en mi desordenada y suelta melena.

Esa costumbre la había adquirido hace poco.

-¿Mañana trabajas?.-pregunto sin abrir los ojos.

Se remueve un poco cogiendo postura.-Sí,tengo una entrevista mañana en el canal 5.- habla cansado.

-¿Con ella?.-me atrevo a inquirir.

Afirma con un sonido de garganta. Ya sabía que no tenía que preocuparme por ella.

-No te importa quedarte mañana aquí ¿verdad?.- habla con la voz ronca.

-No,quiero limpiarle a tu madre un poco el salón y arreglarle algunas flores del jardín. No tengo clases tampoco.

-Genial.-pega su nariz a mi cabeza dejándose mecer por mi inconfundible olor a vainilla de YvesRocher.

Cierro los ojos durmiendome plácidamente entre sus brazos y su ritmo cardíaco.

                              ***

Enciendo la lamparita del cuarto y la cama de matrimonio se me hace grande.
Busco el calcetín rebelde que se ha escondido y escabullido entre las sábanas y edredón y me lo coloco en el pié correcto. Me levanto y abriendo la persiana me recojo el pelo en una coleta alta.

Mientras pongo a correr el agua de la ducha,estiro las sábanas ordenando un poco la cama.

Me encierro en el baño y me despojo de la ancha camiseta que le he robado a Jimin. Cierro la puerta de cristal y agradezco los calientes chorros que caen rápido por mi contraido cuerpo mañanero activandome y desentumeciendo mis musculos y tendones convirtiéndome en una nueva yo.

Toda aquella persona que me conociera sabría perfectamente cuando estoy súmamente feliz y cuando estoy en un grado no tan superior al suelo.

Estas dos últimas semanas habían sido las mejores. La casa había quedado genial y ya estaba lista para vivir allí.
Sólo faltaban los dueños.

En fin. Sólo me quedaban tres años de carrera para poder entrar al mundo laboral.

O tal vez podría convertirme en idol. No soy una persona fanfarrona,pero sé cuando algo se me da bien.

Y cantar es una de ellas.

Me enrrollo en una toalla y salgo del cuarto chocando mi mirada con la perdida de Yoongi.

-¡SANTA RAMONA!.-grito al borde de un paro cardíaco.

-Pensaba que no había nadie. O que estaría Jimin.-habla tan tranquilo.