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(Natalia's P.O.V)

Los aplausos. Las luces. Las miradas. El sudor. Su mirada. Su voz. Su sonrisa.

Ella.

Acabábamos de explotar en el escenario mientras "Toxic" resonaba y nos empujaba a ser directas y sensuales la una con la otra. Me pareció ver como me guiñaba un ojo al terminar, eso me hizo sonreír a más no poder, era hermosa.

Corrimos por la pasarela, chocando las manos con las personas del público más cercanas a ésta. Finalmente, nos sentamos, todavía escuchando aplausos y vitoreos por parte de todos los que se encontraban en el recinto. Pasé un brazo por encima de los hombros de Alba para abrazarla y acercarla más a mí y, pude sentir que ella estaba muy feliz en ese momento al igual que yo.

- ¡Éstas han sido las maravillosas Alba y Natalia con Toxic!

La mano de la rubia que en este día llevaba un peinado a lo Punk, me puso una mano una rodilla y acarició mi pierna, dedicándome una mirada fugaz de "te comería entera ahora mismo". Pude notar como mis mejillas se encendían, así que disimulé aparentando que mis nervios eran simplemente por haber cantado.

[...]

El chat terminó. Al fin. Estábamos todos agotados, destruidos. Había ido un rato a dar un paseo por la academia, y al llegar a la cocina Alba seguía sentada en una de las sillas, apoyada con el cuerpo en la mesa.

- Abli... - La llamé con voz suave sin hacer mucho ruido, ya que en el sofá Famous, María, Carlos y Marilia estaban acostados.

- Churri... - Contestó en el mismo tono de voz, aunque con un desánimo bastante notorio.

- ¿Quieres decirme lo que te ocurre? - Pregunté mientras agarraba una silla y me sentaba a su lado, acariciando su cabello.

Se ve tan guapa con este peinado... En verdad, le queda bien todo. No seas tonta, Natalia.

Ella negó con la cabeza suavemente. - Solo... ¿Puedes quedarte conmigo? - Me miró a los ojos profundamente. Juraría que realmente se sentía mal, así que ahora más que nunca tenía que estar a su lado.

Abrí mis brazos y la miré a los ojos también. - Por supuesto, amor. Estoy aquí para ti. - Ella me abrazó y escondió su rostro en mi cuello. - Ven, vamos a la terraza y nos tumbamos un rato en nuestro lugar, ¿te parece?

Ella simplemente asintió y se levantó aún aferrándose a mí. No quería soltarme bajo ninguna circunstancia, parecía que mañana se acabara el mundo.
Caminamos hasta la terraza y, en cuanto ya estaba tumbada ella se acostó encima de mí. Estirando mi brazo alcancé una manta y pude taparnos a las dos.

- Hoy lo has hecho genial, Nat. - Susurró, levantando un poco la cabeza para dejar su frente y el puente de su nariz contra la parte alta de mi cuello.

- Lo hemos hecho genial. - Sentencié, poniendo énfasis en el "hemos", dejando claro que la magia que había ocurrido hoy era cosa de dos. - No puedo creer que Dave esté nominado...

- Ni yo. Siento que si se va, la academia quedará muy silenciosa... - Asentí dándole toda la razón. Dave era siempre el bromista y el que hacía reír a los demás con sus bailes e imitaciones. Si se iba, gran parte de la diversión se retiraría con él.

Después de un rato de silencio, quise resolver mis dudas con ella. Era la hora. Respiré hondo y... - Alba. - Ella me acarició la clavícula en señal de que me estaba escuchando. - Quiero estar contigo...

- No podemos, Natalia. - Contestó ella casi de inmediato. - Tú tienes novio, y aquí dentro no es lugar para decidir nada.

Iba a seguir, pero la interrumpí yo ésta vez. - Voy a dejar a Mikel. - Ella levantó su cabeza y me miró, estábamos cerca.

- No deberías... - No entendí lo que decía.

- ¿Por qué no? - Cuestioné.

- No te merezco, Natalia. - Me pareció absurdo lo que acababa de decir. - No lo entiendes, no es tan fácil. No...

- ¡Claro que es fácil! - Hice una pausa y desesperada me incorporé, dejándola a ella sentada en mi regazo. - Me he dado cuenta de que siempre has sido tú la que estaba buscando... Tú eres mi hilo rojo, Reche.

- Es complicado, no podemos. No deberíamos.

- ¡Por qué no! - Seguí desesperada, dolida por lo que estaba escuchando salir de la hermosa boca de la rubia.

- ¡Porque no, Natalia! Tenemos que separarnos, esto se nos está yendo de las manos. Hay demasiado magnetismo y lo estamos malinterpretando. - Sentí una punzada fuerte en el corazón. Ella se levantó y noté el frío invadir hasta mi alma.

- No lo entiendo, Alba... Pensé que...

- Pensaste mal. Lo siento, Natalia. No... No debemos. De verdad que lo siento.

Su mirada parda me perforó el corazón. Lo supe desde el principio pero no quería aceptarlo, ella no sentía lo mismo. Y creía que estaría dispuesta a darlo todo por mí como yo lo haría por ella; pero no. No fue así. No... No pasó.

Lo siento, fue lo último que escuché antes de quedarme con la palabra en la boca y solo la mitad de mi corazón, ya que la otra se la había llevado ella. Totalmente sola, sumida en una profunda oscuridad al sentir que ya no tenía luz. Ella se había alejado, y mi luz... Mi poca luz...

Mi luz se había desvanecido.

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Siento si este capítulo es corto, pero tengo mucho trabajo con los estudios últimamente y no estoy muy inspirada. Si quieren darme ideas, adelante.
¡Gracias por leer! ❤

- Una peseta más. 🌈✨

Stay CloserWhere stories live. Discover now