Final Feliz (Minato y tu)

Capítulo Cuatro

-Cuídalo por tu vida, Minato. - sentenció la peliroja.

-¿Crees qué no lo haré? - acaricié el rubio cabello de mi bebé.

-Sé que sí, pero más vale prevenir. -se acercó a Naruto para besar su frente- Te esperaré con ansias bebé. - sonríe.

-Nos vemos en el domingo en la noche. - me despedí.

-Hasta luego, nos vemos. Buenas noches. - cerró la puerta.

-De acuerdo Naruto, tendremos toda la noche y dos días completos juntos. - besé su frente.

Caminé hasta el auto para subirlo en su porta bebé, detrás tenía todo lo necesario para el fin de semana junto a él. Rodeé el auto hasta subir y comenzar a conducir hasta mi hogar.

Sería un lindo fin de semana, como costumbre.

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-¡Te lo suplico por favor! -rogué mientras tomaba sus manos- Tan sólo sera un par de horas, es una emergencia y no hay niñeras en el trabajo. - respondí.

Veía su expresión nerviosa, sólo venía por el dinero que le debía y estaba pidiéndole un gran favor. Simplemente apretó mis manos dedicándome una sonrisa cálida, lo cual me hizo sonrojar lentamente.

-Cuenta conmigo, no te preocupes. - respondió.

-¿Segura? - pregunté.

-Sí, no será difícil. -

-Gracias, ¡Gracias!. Te lo recompensaré. - tomé mi saco rápidamente y salí. ¿Porqué justo hoy me necesitaban en la oficina?, y si no fuera de alta urgencia no me presentaría.

Me subí al auto y comencé a conducir hasta el trabajo, mi corazón comenzó a latir fuertemente; seguro es por la velocidad que hice todo temprano y debo llegar.

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De acuerdo, ¿Qué come en realidad este bebé?. Tiene pocos dientes, y a juzgar por la apariencia puedo deducir que tiene la edad de mi pequeño primo.

-¿Comerás lo mismo? - pregunté picando levemente su mejilla.

-Ah~ - sonríe.

-Pues tienes dientes, seguro que sí. Pero, ¿Qué te gusta? -

Esté sólo soltó una risa, efectivamente tiene un año y meses. Probablemente cerca de los dos años. ¿Comerá patatas?, no, mala idea para el desayuno.

-Es más difícil de lo que recordaba. - rasque mi nuca.

¿Panqueques?, a mis pequeños primos les doy panqueques y los comen gustosos.

-¿Comerás panqueques? -

-An-que-e. - repitió.

-Supongo que sí. Si no, hoy los probarás. -

Lo senté en su pequeño andador, cerré la puerta de la cocina para poder cuidarlo mejor. Sujete mi cabello en una trenza tejida y comencé a cocinar,

A todo esto, ¿Cómo se llama?. Esto debe ser broma (Tn), no recuerdo que me haya mencionado su nombre; di un largo suspiro mientras tomaba mi teléfono y llamaba a mi hermano.