Amara Hale es la típica chica que va caminando por la vida con los ojos tristes y perdidos, de apariencia débil y frágil.
No hay otra descripción más cierta que está.
O bueno... Casi.
Amara Hale es tan extraña y misteriosa de los pies a la cabeza...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Amara Hale
«La peor pesadilla está en el interior de nosotros mismos, esperando un momento de debilidad.»
Me despierto exaltada. Respiro exageradamente con una delgada capa de sudor frío recorriendo mi cuerpo, una gota de sudor se desliza por mi frente hasta terminar en mi barbilla. Mi pecho sube y baja sin parar. Intento tranquilizarme y paso mi lengua sobre mis partidos labios, jadeante.
«Fue una pesadilla. Solo una pesadilla...»
Me levanto de un salto. Gran Error. Suelto un quejido por la presencia de una dolorosa punzada en mi mano izquierda. Suspiro y aparto la vista a otra dirección que no sea mi mano pero el dolor se intensifica. Incrédula levanto esta misma lentamente y a pesar de la escasa luz en la habitación trago saliva al ver que se encuentra cubierta de sangre seca. Mi cuerpo comienza a temblar. Esto solo podía significar que...
—No, no ¡No! —grito con todas mis fuerzas a tal punto de sentir la vibración de las ventanas. Por instinto mi otra mano sube rápidamente hasta mi cabello para agarrar un mechón y tironear con tanta fuerza hasta el punto de sentir mis ojos llorosos. No me puede estar pasando esto. Un sollozo tras otro se escapa de mis labios por el dolor. Odio ser lo que soy.
Un mounstro.
—No otra vez...—murmuro ya con la voz rota.
(••)
Me dirijo torpemente a la pequeña mesita del living para tomar el control remoto y encender la televisión, algo en mi interior exigía que lo haga aunque a estas horas de la mañana suelen estar los noticieros y aquello no me daba muy buena espina que digamos. Un mal presentimiento se instaló en mi pecho apenas me senté en el sofá, mi mirada viajó de mis piernas a mi mano izquierda que reposaba sobre ellas. Si tengo que admitirlo no me da impresión el gran corte a carne viva que posee; un corte que recorre el ancho de mi mano de un extremo otro con grandes moretones a sus costados. Levanto la mirada al escuchar la voz de la conductora de Notice.New
«Los cuerpos de los 5 jóvenes fueron encontrados ésta mañana totalmente despedazados y con profundos cortes en los brazos, un afortunado joven que pasaba por allí logró grabar por algunos segundos a una extraña criatura que desaparece de la horrible escena convirtiéndose en una señorita de cabellera dorada y mechas rosas, las autoridades aseguran que...»
Agarro el control remoto con fuerza sintiendo a mis músculos tensarse hasta que lo lanzo sin pensarlo. Observo como todo pasa en cámara lenta; el pequeño control impacta sobre la delgada pantalla, atravesando completamente el rostro de la rubia conductora seguido del escandaloso sonido de los pequeños pedazos de cristal cayendose a el suelo.
Instintivamente llevo mis manos a la cabeza cerrando mis ojos con fuerza. Ya no importa el dolor cuando lo único que siento es odio puro.
—Lo que me faltaba... Debí matarlo.— Cierro mis puños y la respiración me comienza a fallar.
«¿Cuantas chicas habrá en este pueblo con cabello dorado y rosa?
Una sola. Amara Hale.»
Me dirijo hacia mi habitación a todo lo que mis piernas me permiten, abro las puertas de un mueble para sacar desesperadamente una pequeña mochila negra y empezar a tirar mi ropa por todos lados.
Una sirena de policía detiene mi corazón por unos segundos. Suelto la camisa de entre mis dedos y camino lentamente hasta el balcón de mi departamento, el aire cálido es lo primero que siento pero no me detengo a apreciarlo hasta que me sujeto del barandal y observo hacia abajo. Lo primero que veo es el brillante adorno sobre la perfecta cabellera rubio platino de mi vecina; Sharon Smith. Hija de un importante y reconocido abogado. Ruedo los ojos al recordarlo, aquello no saldrá de mi mente jamás. Desde el primer día en mí departamento se encargó de hacérmelo saber, nunca me dijo un hola aunque verdaderamente me importa una hectárea de pepino. Su pasatiempos favorito a partir de ese día fue hacerme la vida imposible con sus "pequeños" dramas por mi descuidada vestimenta a la mitad del pasillo en donde me encontraba, aunque muchísimas veces la atrapé espiandome en el lobby.
«Cosa molesta.»
Y allí se encontraba ella, al lado de un oficial de policía, moviendo sus delicadas y decoradas manos con desesperación a los lados de su cuerpo.
Y de pronto, como si el mundo se pusiera en mí contra, apunta con su dedo índice a mi departamento al tiempo que me agacho en mi lugar.
«Hija de su progenitora...»
Con las manos temblorosas tomo mi mochila y recojo toda la ropa que puedo en menos de un minuto y me dirijo hacia la puerta de mi departamento, o bueno el que será mi antiguo departamento. El sudor frío recorre mi cuerpo. Me sujeto el cabello y tomo una gorra, tratando que no se escape ningún mechón por los costados. No puedo creer que se esté cumpliendo una de mis horribles pesadillas. Suelto un suspiro temeroso...