Clara:
—Chica rara que me acosa —asintió con la cabeza, dando a entender que nos conociamos.
—¡Que no sabía donde estábamos!—me quejé, alzando los brazos. Todos nos miraban confusos.
—Wow, calma, chica rara acosadora.—me burló.—Tú fuiste la que me confundistes con un pato, pato... ¿Gato?—o negué con la cabeza.
—Es pato, pato, ganso. Y no es mi culpa que no supiera dónde estábamos, repito—me miró cómo si estuviera loca, pero en parte era cierto. ¿Quién confunde a alguien con un pato, pato, ganzo y pregunta dónde estamos?
—Ah,—aclara su garganta—Claro.—me sigue la corriente.
—¿Se conocen?—pregunta interrumpiendo el chico rubio, ¿Cómo se llamaba? Se me olvido. Era Rico, creo.
—¿Cómo decías que te llamabas?—pregunté a lo que Miranda me dió un codazo "disimulado", yo la miré con los ojos abiertos levantando mis manos levemente. No era mi culpa, estaba en mis días. No seré sútil ni poco directa.
Repito, no es mi culpa. Sólo quiero dormir, ver televisión mientras alguien me hace un masaje de cuello.
—Ricky.—respondió, irritado.
Quiero un helado de oreo y vainilla.
—Vale, Ricky.—miré al chico de ojos de azules que me miraban con una sonrisa torcida que no sabía como interpretar—Sí, nos conocemos. ¿Dylan, cierto?—pregunté.
—¿¡Su nombre sí lo recuerdas, no!?—exclamó Ricky, yo me encogí de hombros restándole importancia, Dylan rió.
—Es que...éste rostro nunca se olvida. Menos un nombre tan sexy —respondió el nombrado con una sonrisa arrogantemente sexy.
Me mordí el labio inconsientemente, lo cuál al darme cuenta de mi acto, oculté volviendo mis labios en una perfecta línea. Miranda que lo vió todo me miró con picardía y yo desvié la mirada. Había que admitir que el chico era muy sexy y vestía cómo niño chulo. Reprimí un suspiro.
—No, nunca olvidaría a alguien al que le dije: Pato, pato, ganzo. —defendí, tratando de sonar indiferente. A lo que él entreabrió la boca y hizo cara de ofendido.
No hagas eso, Dylan. Que aquí mismo follamos—. pensé.
Me arrepentí de mis pensamientos al ver que lo pensé mordiéndome el labio. Él ladeó la cabeza a un lado, cómo cuando yo hacía cuando estaba confundida. Que casualidad, pensé. Quité el diente de mi labio.
—¿Por qué te mordías el labio? -Preguntó, fingiendo estar asustado. ¿Está fingiendo, no? Yo no doy miedo, ¿Verdad?
—Oh, es que... yo... ví una abeja.—fué lo primero que se me ocurrió, no me juzguen. El alzó una ceja con incredulidad. Y una sonrisa se le iba asomando en su lindo rostro, no pude detener el impulso de pegarme su sonrisa.
—¿En serio? ¿Y dónde está la abeja, cariño?—me preguntó, mirando a sus alrededores.
Me olvidé de ese detalle. Mierda.
—Oh, seguro se fue a volar.—escuché unas carcajadas, miré hacía el lugar en el que provenían las mismas y allí estaban Ricky, Paul, Michael y Miranda hablando animádamente. Yo fruncí el ceño y me quité los lentes que tenía puestos, sí. Allí estaban.
¿En qué momento se fueron y, qué clase de amiga tengo?
—Creo que estamos tú y yo sólos...—se acerca por detrás y antes de nada, echo mi codo hacía atrás, rozándole el estómago, lo que le toma por desprevenido y se echa hacía atrás con sus manos protegiendo lo que le acababa de golpear. Le sonreí con una sonrisa que no separaba mis labios, respiré hondo y dispuesta a irme me grita algo que hace que niegue divertida con una sonrisa en mi rostro:
—¡Un placer haberte visto de nuevo, Clara!
Puedo jurar que mi respiración se paró cuando dijo mi nombre. Ya lejos empecé a saltar de la emoción que sentía, chillé unas cuantas veces, suspiré cómo colegiala y dejé mi espalda reposar en una pared.
Después de calmarme emocionalmente, empecé a caminar con remordimiento por las calles frías, para nada solas. Dejé a Miranda con tres chicos desconocidos. ¿Y si le hacen algo? Ella no es cómo yo, ella no se sabe defender. Empiezo a trotar ligeramente con el peligro de mancharme de rojo, si saben a lo que me refiero.
Cuando llego al parque me encuentro con Miranda mirando a algún lugar existente hablando con Paúl sin mirarse a los ojos. Ambos estaban mirando y compartiendo opiniones acerca de algo. Paúl es un chico de pelo negro, mi estatura y ojos verdes que me hacen recordar a Zack.
—¡Miranda!—llamé su atención, pero seguían mirando hacía un lugar. Achino mis ojos y captó lo que están viendo. Una rampa de skaters, un chico haciendo todo de acrobacias peligrosas.
—¿Quién es el chico?—pregunté, cuando ya estuve cerca de ellos. Los dos gruñen cómo si estuviera fastidiando y repito la pregunta hasta que Miranda responde:
—Dylan.
Y en este justo momento mi respiración vuelve a trancarse y hasta el último pensamiento sobre Zack que estaba siendo procesado en mi mente en esos momentos, desapareció sólo con la mencionación de Dylan.
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Omg, éste es él capítulo más corto que he hecho.
Por cierto, ¿se pasarían por mi otra historia? Se titula "Perdida en ti", me haría mucha ilusión :3
Se despide,
—Patty xoxo.
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¿Estamos en Guerra? [CORRIGIENDO ERRORES]
Teen Fiction-¿Sabías que cuando no puedes dormir es porque estás en el sueño de alguien?-pregunto con una pequeña sonrisa. -¿Según como-conquistar-a-una-chica.com? -Lo leí.-se encogió de hombros. -¿En yahoo? -Tal vez. -A veces puedes ser muy misterioso.-me burl...