Capítulo 21: Mi vida no es un cliché

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Clara:

¡Me besó! ¡El muy maldito me besó!

Caminé sin rumbo recordando como de repente me besaba, ¡Vamos! Aunque la persona no nos guste, si nos besa lo recordaremos. Es ley.

¿Que estará haciendo ahora?

*******

Es sábado, un dia después del beso y ni siquiera me ha escrito. Que ingenua soy, los chicos de esta generación no le escriben a las chicas.

Eran las tres de la tarde y estaba sentada leyendo desde mi computadora ya que ya me he leído el libro y no he podido comprar el siguiente. Porquería.

Me llega un mensaje y me tiró a la cama esperanzada de que sea Miranda o Daniela, estoy muy aburrida.

Pero en cambio es Zack, ¿Disculpa?

"Sal."

¿Se habrá equivocado de número? ¿Quiero sal? ¿Es alguna táctica de la Nasa?

Si no estuviera tan aburrida no le hubiera contestado, pero estoy realmente aburrida. No hará mal hablar un poco, y aunque sea una persona rencorosa y vengativa, hay algo que me hace querer estar cerca de Zack para enamorarlo y romperle su estúpido corazón.

"De que hablas?", le respondí. Personalmente, odio que las personas duren cinco minutos escribiendo un mensaje. 

Esperé un minuto y no llegaba nada. Lo voy a ahorcar, pensé.

Dejé el telefono en la cama y bajo las escaleras para ir a la cocina a tomar agua. Últimamente he dejado de tomar agua, puedo durar dos días tomando solo un vaso de agua.

Cuando voy a subir escucho el timbre y miro mi atuendo: Un pantalón pegado a mis muslos y una camisa con una chaqueta de cuero negra. Estoy presentable, pienso y me encamino a la puerta y la abro rápidamente.

Y me encuentro con un Zack sonriendo risueño, viendose verdaderamente entusiasmado.

¿Y las flores?, pensé sarcásticamente mientras lo escaneaba con la mirada.

—Hola.

—¿Qué haces aqui, Zack?—pregunté, deseando que no estuviera esperando a Karina.

Luego una pequeña pizca de felicidad me invadió al saber que Karina no estaba aquí y tal vez el mensaje era un sal de salir.

Wiii, pensó ironicamente mi mente malvada.

—Vamos a dar un paseo.—afirmó.

Yo alcé una ceja, no saldría con él. Pero luego recuerdé lo aburrida que estaba y duda envolvió mi mente.

—Ni te atrevas a decir que no. Miranda te odia .—mis párpados decayeron con tristeza. Es tan directo, cuanto lo odio.—Oh, lo siento, de verdad.—se disculpó interrumpiendose a sí mismo.—En fin. Daniela debe estar persiguiendo a algun guitarrista y sé que estás aburridisima, asi que... Te daré tiempo de buscar tu bolso.—parpadeó rápidamente, infantilmente viendose realmente tierno.

Suspiré, y cerré la puerta de golpe, dejandolo solo a fuera de la casa.

Realmente estaba aburrida, no perdía nada en intentar distrarme un poco.

—¡Te odio!—grité por encima de la puerta, y escuché su risa.

Subí las escaleras, sonriendo extrañada de lo que pasaba en mi vida.

Agarré todo lo que debía poner y salí de mi habitación. Me apuré más, no sé si se fue, lo dejé solo ahí sin decirle nada sobre si iba o sí no.

¿Estamos en Guerra? [CORRIGIENDO ERRORES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora