Ciertamente, Harry jamás había sentido lo que la definición de felicidad transmitía.
Con un corazón noble y un aspecto rudo, la gente temía de él, su más de metro ochenta y cinco engañaba a los demás, y la dureza de su rostro creaba una tenebrosa aura a quienes lo veían. Sin embargo, dentro de él, un profundo tormento de sentimientos lo comía a diario. Todos, desde el más débil hasta aquel radiante que crea vida, pero, la felicidad jamás.
Harry jamás había sido feliz.
Sí, había sentido amor, un amor utópico que terminó destrozándolo.
Había llorado, había reído, había gritado de enojo. Pero la felicidad jamás lo acogió por completo.
Era verano cuando después de luchar con la renta de su apartamento, el casero, finalmente lo mandó a la calle, con alguna o pocas de las pertenencias que él tenía. Unos pocos libros, un vinilo viejo, y un triste sueño que lo perseguía desde pequeño.
Tomando un tren sin origen, llegó a un pueblo sin nombre, era viernes, el día era cálido, más lo que su panorama le mostraba, no era más que neblina y leves lluvias.
Harry se sentía cálido.
Recordando a su viejo amigo, emprendió el viaje que le cambiaría la vida, entre calles desiertas y tristes, fue un viaje de veinte minutos, a pie, y bajo la lluvia, tarareaba canciones que recordaba haberlas escuchado alguna vez, quizás en una tienda de música, o en el centro comercial donde vendían helado de cacahuate, quizás en el tren, un sueño.
"No importa si el lunes está triste, martes gris y oscuro, miércoles también, jueves, no me importas en lo absoluto..."
Niall Horan había sido su compañero en la escuela militar del norte de Londres, crecieron juntos y años después, cuando Niall tuvo que partir, Harry creyó jamás volver a verlo. En el verano de 1989, cuando apenas eran unos adolescentes y parecían tener el mundo a sus manos, habían formado una banda.
La idea había salido después de un viaje psicodélico que el hermano mayor había tenido cerca de un basurero, con instrumentos de segunda mano y varios covers de canciones punk rock, lograron formarla. Young Folks había durado menos de lo que les hubiese gustado. Con cuatro integrantes y una demanda por usar narcóticos, su sueño había terminado en 1990.
Cinco años después, volvía a nacer.
— ¡Harry Styles! ¡Cuánto tiempo sin ver tu maldito rostro! — gritó Niall, el bajista, fanático de los helados de chocolate y la televisión para adultos. — Si no fuera por esa típica mirada que me cala los huesos jamás te hubiese reconocido.
Riendo, el rizado lo tomó entre sus brazos y lo aplastó contra su corazón, sintiendo el famoso olor a nueces que el rubio emanaba.
— Te extrañé tanto.
— ¡Claro que lo hiciste! ¿Quién no extrañaría a un tipo como yo? ¡Soy inolvidable! Ven, déjame ayudarte — prosiguió el rubio sin respirar, tomando las maletas del ojiverde. — debió ser un viaje largo desde Londres, y más aún con este clima. Mi madre dice que pronto llegará el verano, pero, ¡Qué va! Si aquí se te congelan hasta los huevos con tan solo respirar, espero que logres acostumbrarte. ¿Te enteraste que Josh fue a la cárcel? Algo sobre homicidio involuntario o así, no lo entendí, pero siempre supe que estaba loco, ¿no? Va a estar más de quince años tras las celdas, que lástima, ya no tendremos baterista, pero ¡Hey! Escuché que cerca del centro hay gente amateur que trata de entras a bandas por unas cuantas monedas, esperemos encontrar alguien igual a Josh, sus manos al parecer no servían simplemente para la paja o las baquetas, ¡lo ahorcó! Como si fuera su pene o algo así, ¡Joder qué asco!
— Niall, cállate. Estás divagando de nuevo. Creo que lo que dices ni siquiera tiene sentido. — escupió Harry tomando al rubio de sus hombros, mirándolo directamente a los ojos y descubriendo cierta esencia en su mirada. — ¿Estás fumado, no?
Sonrojándose, Niall escapó de sus manos y corrió en dirección a la vieja cocina.
— ¡Claro que estoy fumado! ¡La vida es mejor cuando fumas!
— Niall, ¿no que no podías fumar? El doctor dijo...
— ¡El doctor me la puede chupar! Doctor! Doctor! Can't you see? I'm burning, burning. Oh, Doctor, Doctor!
— Creí que los gemelos Thompson ya habían pasado de moda.
— Cállate, la moda jamás pasa de moda. ¡Harry por dios! ¿Sabes qué? Tengo unas cuantas cosas que ver en el centro, ¿me acompañas? Es cerca de la casa de un tipo llamado Jeffrey o Jackson.
— Con una condición — argumentó Harry dándole una sonrisa un poco ladina.
— ¿Tú escoges la música?
— Me conoces tan bien.
El viaje duró menos de media hora, en el camino, habían encontrado a Zayn, un tipo que se fumaba habanos y que creía ser el nuevo Robert Smith. Al igual que Niall, y la mayoría de adolescentes en el pueblo, estaba fumando, botando humo como si de un tren se tratase. Habían pasado antes por una tienda cerca de una gasolinera, donde, con la identificación falsa del rubio, habían comprado unas cuantas cervezas y fósforos para los tabacos.
Liam Gallagher cantaba a toda voz y mientras Zayn trataba de tocar la guitarra eléctrica de Harry, Niall manejaba tomando una cerveza barata. Habían llegado a un terreno baldío, la música seguía sonando entumeciendo sus oídos, y ya sintiéndose un poco mareados, Niall y Zayn salieron del carro, dejando a Harry a cargo de los tabacos y la marihuana que tenían dentro.
— Niall, ¿qué mierda estamos haciendo aquí? — habló Zayn con curiosidad, era su segunda botella de cerveza en menos de una hora.
— Dylan escondió un poco de LSD dentro de un ladrillo de por aquí, al parecer la policía casi lo atrapa y por eso lo escondió,
— ¿Por qué mierda Dylan escondería el puto LSD dentro de un ladrillo?
— ¿Tú buscarías droga dentro de un ladrillo? — respondió agresivamente Niall
— Touché.
Mientras Zayn y el rubio continuaban con su disputa, Harry decidió ir por su segunda botella de cerveza, sacando su guitarra eléctrica y colgándosela en la espalda, salió del automóvil, no sin antes, regalarle una fuerte calada al tabaco que había estado consumiéndose en el guantero. Al salir, la misma calidez de siempre lo envolvió, y sintiéndose observado, alzó el rostro hasta unas casas frente a él.
Cierto castaño de aspecto angelical lo miraba con curiosidad, y cuando sus miradas chocaron, el joven explotó en un sonrojo visiblemente tierno.
El corazón de Harry se aceleró, y por primera vez, aquella calidez se iba agravando, tanto, que sus pulmones dejaron de recibir oxígeno y una enorme cantidad de dopamina fue expulsada dentro de su cuerpo.
Alzando su botella, y con el alma tocada, Harry saludó al chico.
De repente la canción con la que soñaba, de alguna u otra forma empezaba a tomar sentido.
"... pero viernes nunca duda, es una sorpresa maravillosa. Es viernes, estoy enamorado"
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boy; larry stylinson.
Hayran Kurgu"¿Hay alguien que vaya a escuchar mi historia? se trata de un chico que llegó para quedarse. Es la clase de chico que deseas tanto que lo lamentas... aún así, no te arrepientes de un solo día" Inspirada en la canción "Girl" de The Beatles.