CAPITULO 12

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- Así que dime, como es que llegaste a este lugar? – pregunto al momento que tomábamos asiento sobre el pasto.

- A donde? Aquí? Pues tú me trajiste para que pudiéramos ver el partido en un lugar donde no nos diera tanto el sol – respondí.

- No me refiero a eso – sonrió – me refiero a que es lo que te trajo a esta pintoresca ciudad, tan lejos de todo lo que conoces

- Ah, pues justo eso, la lejanía de todo. Quieres fruta o mejor abrimos la bolsa de botanas? –

- Ambos? – sonrió de nuevo y volteo para poder saludar a Mía que calentaba duro en medio de la cancha de fútbol.

- Buena elección – también salude.

- Crees que esta vez si ganen? –

- Oh por dios Leo – dije sorprendida – insinúas que se la pasan perdiendo?

- Obvio no – rio – jamás diría que llevan cuatro partidos perdidos y solo han ganado uno y fue por que el equipo contrario metió auto gol.

- Ah, ahora dices que son pésimas jugando - negué con la cabeza en desaprobación – Pero si lo son un poco, solo un poco, no empezaron bien solamente, esta vez ganarán ya lo veras. Vamos equipo!! – grite.

- Té gusta mucho el fútbol? –

- No mucho, me parece interesante, sin embargo es más el estar gritando, echando pleito y esas cosas que en sí ver como juegan –

- Así que eres mitotera –

- Solo poquito – saque la lengua - y tu? Te gusta mucho?

- No, soy más de americano –

- A mi igual me gusta, las tacleadas y jugadas son muy padres -

- Lo sé – metí un trozo de zanahoria en mi boca – pero aquí igual llega a haber partidos interesantes. Estos por ejemplo – señale a los equipos que estaban a punto de jugar – me parecen interesantes por que no es posible que pierdan tan rápido el balón.

- Claro y el malo soy yo, tú eres mala – rio – Ya va a empezar, lista para gritar y que no te pongan atención?

- Lista – sonreí y le guiñe el ojo.

Era el medio tiempo, todo el equipo se hidratada pues el calor estaba un poco fuerte, Mía desde una de las bancas nos levantaba los pulgares esperando un asentimiento o una negación sobre que nos parecía el partido, Leo y yo sonreímos al tiempo que levantamos uno de nuestros dedos, mientras que Dani que había llegado veinte minutos empezado el partido, levantó los brazos y grito "Vamos lobos!!! Celebrando no solo con nuestra amiga el echo de que íbamos ganando con dos goles por delante uno gracias a la chica con braquets y de cabello ondulado agarrado en una cola que era nuestra compañera de cuarto si no también el echo de que en el grupo de las que iban perdiendo se encontraban chicas de la escuela a la que iba y a las cuales detestaba bastante por que las consideraba en extremo molestas, así que su grito más que celebración era una sutil burla hacia ellas. Antes de iniciar la segunda mitad, el sol estaba aun más fuerte, la humedad había aumentado un poco provocando que Dani se levantaba para ir por más líquidos para nosotros pues el ambiente estaba más pesado y comenzábamos a deshidratarnos.

- Así que chica fugitiva eh? – empezaba Leo.

- Algo así – reía.

- Puedo preguntar de qué huiste? – entre cerro los ojos y levantó una ceja.

Memorias de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora