CAPITULO 14

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Me encontraba observando a un paciente cuando "Perfectly perfect" de Simple Plan comenzó a sonar en la bolsa lateral de mi pantalón, sonreí a la madre del chico a manera de disculpa y tome mi celular, en la parte central de la pantalla podía observarse a una chica de cabello por encima de los hombros pintado de color negro, tez algo blanquecina de labios gruesos pintados color cereza, cejas delgadas arregladas perfectamente, delineado y máscara en los ojos que resaltaban su aspecto rudo a pesar de que utilizaba unos lentes de armazón ligeramente grueso, tenía puesta una blusa negra de tirantes gruesos que permitía ver sus hombros y un pantalón azul obscuro entallado que dejaba ver las curvas de sus piernas, se encontraba sentada en medio de una sala color azul marino posando para la foto con una amplia sonría, en la parte superior podía leerse el apodo que le había puesto al contacto por influencia de una serie de drama médico que vi hace años pero que aun mantenía su significado de mis sentimientos hacia la persona de la imagen, "Mi persona... ", sonreí al darme cuenta quien era pero al instante cambie mi expresión pues hacia tiempo que no platicábamos por teléfono, rápidamente toque el icono de responder llamada y me lleve el auricular al oído.

- Hola? – dijeron al otro lado de la línea.

- Hola –

- Como estas? – pregunto – Por que no me contestas normal, te tuve que hablar por aquí.

- Lo siento. Bien y tu? –

- Igual bien, estas ocupada? –

- Algo, te parece si me llamas en 10 minutos? –

- Claro –

- Gracias – dije y termine con la llamada.

Sonreí de nuevo pero esta vez al lindo niño que era mi paciente y que esperaba atento a mi siguiente indicación, el me ofreció una sonrisa también se acerco para que juntos comenzáramos a hacer la última ronda de ejercicios del día.

***

- Weee –

- Como estas mujer? – pregunte al tiempo mordía un pedazo de lechuga.

- Bien y tu? –

- También, todo bien? –

- Sip, que haces despierta tan tarde? La verdad no pensé que seguirás despierta, yo te imaginaba ya echa bolita en tu cama, casi casi roncando – río.

- No es tan tarde, es más apenas voy a salir por algo de comer por que el desayuno no me lleno. Tu que haces? –

- Comida? Desayuno? A estas horas? En todo caso ya sería la cena... Creo que ya tienes sueño pequeña o estás ebria y no me invitaste. Que mala onda tu ya bien entrada y yo acabando de llegar del trabajo – dijo decepcionada.

- Ah si – dije nerviosa – creo que es el sueño, es que me desperté temprano para ir a trabajar, lo siento, pero dime como estas?

- Bien bien, aquí viendo la vida pasar, ya sabes lo normal -

- Que bueno me alegro de que estés bien...– sonreí como si me estuviera viendo y continúe – bueno, cuéntame, que hiciste ahora que amerita una llamada a altas horas de la madrugada –

- Son las doce y media, exageras, piensas eso por que ya estas viejita y solo vas del trabajo a la escuela ya ni hablas conmigo ni salimos ni nada – dijo en tono de berrinche.

- Y yo soy la exagerada, claro – reí.

- Grosera. Y nada, que no te puedo hablar para saber como estas? –

Memorias de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora