CAPITULO 24

2 0 0
                                    

Como lo mencione llevamos a Leo esa tarde al aeropuerto después de ir a desayunar a un restaurante al que había ido desde pequeña con mi familia, tras despedirlo nos dirigimos a casa para permanecer solo disfrutando de nuestra compañía, durmiendo abrazadas bajo una manta, comiendo cereal, luego cenando pizza, y como postre le había preparado un flan el cual era su favorito.

La semana transcurrió con normalidad, íbamos y veníamos del trabajo, salíamos o hacíamos de comer, hablábamos con nuestras amigas sobre las cosas que debíamos empacar como ropa, cosas de higiene personal, zapatos, y como no les había mencionado donde era el lugar al que íbamos y como lo haríamos, pasaban los días intentando sacarme alguna pista preguntando a que lugares iríamos, si visitaríamos partes importantes del lugar, que tal era el clima, si ya había visitado ese lugar antes etc. etc., evidentemente no lograron obtener nada pues quería que fuera sorpresa para ellas, ver sus reacciones al llegar a uno de mis lugares favoritos en el mundo, así que al llegar el sábado en la noche mis amigas aparecieron en la puerta de mi casa después de una semana larga de vida adulta con sus maletas en mano y una actitud bastante alegre para ser ellas, y no es que las considerara amargadas ni nada de eso, simplemente tan bella actitud no la veía desde la ultima vez que salimos de excursión a aquel pueblo mágico al que nos llevaba nuestro maestro de biología en la época de la preparatoria.

- El vuelo... -

- Nos vamos a ir en avión? – pregunto Fer.

- No te hagas de seguro ya te dijo todo a ti nada mas no nos quieres decir - menciono Evelyn.

- De echo no, le estuve insistiendo, bastante pero no me quiso decir, de verdad intente todo – volteo a verme yo sonreí.

- Todo? – cuestiono Vale.

- Todo – respondí – Bueno el vuelo sale a las 12 de la mañana, pero hay que estar dos horas antes por cualquier cosa, yo tengo los boletos así que ustedes se enteraran de nuestro destino ya que estemos haya, antes no. Entonces como hay que despertarse temprano yo digo que debemos dormir ya, así estaremos descansadas y listas para una nueva aventura juntas.

- Por que ya cenaron verdad? – dijo Fer mientras me miraba con cara de te falto preguntar – O quieren cenar algo? Tenemos huevo, jamón, salchichas, tortillas de harina y maíz.

- No, quedamos en no romper la dieta hasta que estemos haya, nos costo demasiado trabajo llegar a esto – todas levantaron sus playeras dejando ver su delgadez.

- Tienen razón a mi igual me costo trabajo, asi que me uno a ustedes y no romperé la dieta hasta llegar a... - hice una pausa pues sabia que esperaban que dijera el nombre del destino, pero no lo hice – a verdad? No les diré nada! Órale vamos a dormir que las despertare temprano mañana.

- Si mama - dijo Ale.

- No digas eso, me hace sentir vieja –

Sorprendentemente todas me hicieron caso y después de cambiarse la ropa se fueron directo a dormir, al parecer se encontraban bastante cansadas después de haber cubierto horas extra en sus respectivos labores de personas maduras, yo solo había dejado encargados a mis pacientes con Mía la cual sabia los trataría muy bien; en cuanto la luz atravesó las ventanas y las cortinas me levante, fui a bañarme e hice el desayuno, mis amigas fueron despertando sucesivamente, se dieron una ducha y fueron dejando sus mochilas a un lado de la puerta para irlas tomando al salir, al finalizar de lavar los trastes y ya cuando Maya había llegado, pues seria la encargada de cuidar mi hogar durante mi ausencia, apareció el auto que nos llevaría hasta el aeropuerto, introdujimos todo en la cajuela, me despedí de Elián y el viaje inicio. Al llegar a la terminal les di sus boletos, ellas los leyeron ansiosas.

Memorias de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora