R O S A S •TaeKook•

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JungKook ya hacía acostado sobre el sofá de su habitación que tenía en la casa de la directora. Miraba fijamente el techo recordando las palabras que el rubio le había dicho esa mañana con total descaro.

—Si fueran a beber tu sangre de nuevo, preferirías que fuera Kim TaeHyung, ¿verdad? —Comentó con una sonrisa burlona.

El azabache se sonrojo de sobre manera —¡Pervertido! ¡Es como si me estuvieras espiando, no me gusta!

"No tenía que decirme... ¡Quien sabe mejor que nadie qué tipo de persona es Tae para mí soy yo!" Sus ojos se entristecieron "Y aun así para él, yo..."

—¿Vas a traicionarlo? —Una voz en su cabeza comenzó a sonar asustándolo —¿Cubrirás tus ojos? ¿Echarás todo por tierra?.

—Yo... yo... —Murmuró cubriendo sus oídos con sus manos cerrando sus ojos con fuerza.

—Tu inocencia es maldad. Alejas tus ojos de la verdad —Aquella voz sonaba enfurecida haciendo que el cuerpo de JungKook temblara —No te das cuenta de esa tontería.

Luego de esas palabras todo para el menor se volvió oscuridad sintiendo su cuerpo mucho más ligero como si de un trance se tratase.

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—Entiendo —JeongYeon miraba al niño de negros y hermosos cabellos con una sonrisa cálida —Cuidaré de este niño —JungKook fijo su vista en un una gelatina que la amable mujer le había obsequiado escuchando lo que decían —Después de todo eres el único hijo de la familia con la que estoy en deuda. Ese niño ni siquiera parece entender que esa gelatina es algo que se come, ¿verdad? —Dijo con una sonrisa al ver que el infante presionaba su dedo contra el comestible sorprendido de su textura.