R O S A S •TaeKook•

•Extra #1•

El sonido de un piano resonaba por toda la casa junto con el cantar de dos veces que se complementaban a la perfección, aprovechando que ambos no tenían mucho por hacer decidieron pasar todo el día juntos. Era invierno, todo el paisaje era de un completo blanco, las flores habían muerto, y los animales estaban invernando, sin vecinos alrededor todo era paz en sus vidas.

El menor paro el tocar junto con el castaño, levantandose para ir frente a la chimenea para calentarse un poco. Su esposo lo observaba desde atrás embelsado, dándose cuenta que sus negras hebras eran más largas, pues ya tenía un largo tiempo sin cortarse el cabello, además de que sus facciones juveniles estaban desaparecidas para dar paso una mandíbula varonil, y unas facciones que aunque delicadas no dejaban de ser masculinas.

A pasos lentos se acercó rodeando su fina cintura con sus brazos dejando su mentón en el hombro ajeno mientras cerraba los ojos disfrutando de la sensación de calor que emanaba JungKook en esos momentos.

El menor lo miró por el rabillo del ojo sonriendo tiernamente —¿Qué deberíamos cenar? —Comentó TaeHyung mientras el aludido se giraba entre sus brazos para pegar sus frentes, una costumbre que adoptó de su mejor amigo que aún hoy en día mantenía comunicación al igual que con Min que siempre estaba con JiMin. Adoraba molestarlos a ambos.

Pero desde ese día hace seis años atrás no supo más de YuGyeom o Rose, aunque deseaba con todo el corazón que le estuviera yendo bien esta vida, y antes de que se acabe la efímera vida de un humano poderse ver nuevamente. Por su lado TaeHyung recibía cartas de HoSeok cada tres meses para informarle de lo que había visto o que visitó, en todas ellas el noble se notaba sumamente feliz con la decisión de viajar por todo el mundo.

NamJoon logró hacerse empresario rompiendo todos los lazos que lo ataban a su familia, SeokJin heredó la agencia de moledaje de sus padres, haciéndola más exitosa de lo que era por si sola; en cuanto Lisa, Jackson y Mark siguieron con sus vidas cotidianas.

El pelinegro sello sus belfos con los contrarios pasando sus brazos alrededor del cuello del mayor enredando sus dedos en su cabellera castaña, un beso delicado, lento y profundo sin intenciones de llegar más allá. Tan solo disfrutar del roce que estos hacían, sintiendo como sus almas estaban más conectadas que nunca.

Se separó de a poco con las mejillas pintadas de un leve carmín —Creí que era mi turno de cocinar —Recriminó volviendo a juntar sus frentes antes de apartarse de a poco para irse a sentar al sofá. Era la misma mansión donde alguna vez sus padres habitaron, fue una decisión de los dos, ya que la mansión Kim le traía terrible recuerdos al mayor por lo qué todavía seguía abanadonada, estando exactamente igual que dieciocho años cuando ocurrió la tragedia que azotó sus vidas —. Antes de eso deberíamos ir a visitarlos, ¿no crees? —Indagó, el contrario hizo una mueca en desacuerdo pero no quería llevarle la contraría a su esposo.

Tomando sus respectivos abrigos caminaron con las manos entrelazadas bajo la nieve. TaeHyung llevaba cuatro rosas de un intenso color rojo que habían logrado sobrevivir al invierno, para los esposo esas rosas significaban mucho, ya que según sus recuerdos en el lugar donde mantenían al menor siempre había un lindo jarrón con las mencionadas flores. Al parecer eran las favoritas de sus padres.

Llegando al cementerio donde aunque no hubiera cuerpo alguno que enterrar, estaban las dos lápidas con los nombres de los padres de TaeHyung grabadas en ellas, ese día ers el aniversario de sus muertes, un día que le desagradaba en demasía al castaño, pues eso significaba recordar la forma en que se marcharon.

Se arrodilló frente a las pidas dejando dos rosas en cada una cerrando los ojos —“Hola, papá, mamá. No tengo mucho que decirles ya que cada invierno vengo a verlos, pero esta vez quería agradecerles enormemente por haberme dado la vida, y haber cuidado de JungKook cuando sus padres también fueron victimas de la tiranía del Consejo. No tengo las palabras correctas para decirles todo lo que quiero, hicieron muchas cosas por mí, y yo no he hecho ni la mitad para compensarles, pero el mundo de paz que ustedes tanto deseaban para nosotros, sus hijos, ahora es una realidad” —Dijo dentro de su cabeza sin evitar sonreír —“Mientras viva, mientras vivamos, seguiremos sonriendo por ustedes. Los extraño y tengan por seguro que los amaré por siempre”

Una mano en su hombro lo hizo abrir sus ojos de a poco, al parecer también JungKook había terminado de hablar con sus padres, volvió en envolver su mano con la contraría poniéndose de pie limpiando la nieve de su pantalón —¿Regresamos a casa? —Preguntó con vos amable el pelinegro. TaeHyung asintió besando la mano que sostenía.

—Regresemos —Contestó comenzando a caminar despacio, realmente ese día la nieve fue testigo del amor verdadero de ambas caras, el castaño antes odiaba con toda su alma la nieve, cada que era época de invierno su corazón se estrujaba en un enorme dolor, pero ahora que tenía al menor a su lado esos tormentos se disiparon volviéndose todas las estaciones primavera para él —JungKook —Llamó y este le miró intrigado —, gracias.

Primer extra :3 Espero que les guste, tengo que aclarar que estos no serán tan largos, les ruego me disculpen pero solo es para darle cierre a todo. 💕

Nos vemos pronto, mis amores. ❤