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Cambios.

|2026|

En un mundo que está en constante progreso siempre hay cambios, algunos para bien otros para mal. Desgraciadamente siempre ocurren más de los últimos. Disputas, discriminación, prejuicios, violencia y más cambios negativos llegaron con el avance de la "humanidad".

¿De qué servía avanzar un paso en desarrollo tecnológico cuando se retrocedían veinte como humanidad?

Nada, y a nadie le interesaba aquello.

Mientras aquello no les afectara les daba igual, y a los que se afectaba preferían quedarse callados, era mejor eso que terminar tres metros bajo tierra o que alguien amado resultara afectado.

Podía fingirse que todo estaba bien, los cambios surgían, la tierra comenzaba a regenerarse después del azote de aquel virus. Todo mejoraría para todos. ¡Bah, eso era mentira! ¡Una vil y asquerosa mentira!

Las monarquías resurgieron, la corrupción volvió a estar latente, el morbo era parte del día a día, varias manos estaban teñidas del carmín de otras personas. Lo peor de cada ser humano salía a relucir.

Todo era ceniza...

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|2046| 

Estaba hastiado, harto, asqueado y más de aquella situación. Gabriel ya no podía más con aquello.

Suspiro con pesadez mientras pasaba con frustración ambas manos sobre sus rubios cabellos. ¡¿Cómo había ocurrido aquello?! ¡Estaba más que claro que había contratado a una bola de incompetentes! ¡¿Cómo es posible que un niño de cinco años se escapara y no se dieran cuenta?!

En definitiva, iba a cortar varias cabezas de su personal.

Su corazón dio un gran vuelco al no encontrar a su pequeño hijo en su habitación, inmediatamente ordenó a todo su personal buscarlo sin descanso. Habían pasado cuatro horas desde aquello, la noche ya había caído, acentuado más la preocupación de Gabriel.

Un gruñido gutural escapó de su boca a la par que golpeaba con fuerza su escritorio con exasperación, se sentía como el peor padre del mundo en esos momentos. Su vista se enfocó en uno de los cuadros que estaba perfectamente colocado en la repisa color negro de su oficina. Caminó hasta quedar frente a la repisa y tomo el cuadro de color ocre, dónde se encontraba el dibujo de trazos torpes y colores alegres que le había obsequiado su hijo días atrás.

Un dibujo de su familia, o el de la familia que deseaba tener. Una de la cual formaba parte su madre, la cual no había logrado conocer, una que Gabriel se había encargado que amará y recordara como la maravillosa mujer que era, a pesar que le causaba dolor hablar de ella en pasado.

Porque para Gabriel, Emilie seguía viva.

Apretó el cuadro en sus manos con fuerza e impotencia, a tal punto que el cristal que protegía el dibujo comenzó a estrellarse. Su mente estaba hecha un caos, con terror, imaginando los posibles escenarios brutales que podía estar viviendo su pequeño Omega. Su cuerpo estaba temblando de miedo de que le pasase algo a Adrien.

Quería salir corriendo a buscarlo por sí mismo pero tenía la tonta esperanza de que Adrien regresaría pronto a casa y él estaría para recibirlo. 

La puerta se abrió de golpe, revelando a la asistente del Agreste mayor, la cual se notaba que había corrido. Nathalie carraspeo antes de recuperar su actitud de siempre.

World Of AshesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora