World Of Ashes

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Ser

En este mundo guiado por lo material, hay una regla de oro para sobrevivir en el campo de batalla que se hace llamar rutina:

"Tienes, eres."

Dos simples palabras con un significado pesado. Mientras tengas dinero y belleza serás alguien importante. No importa cuanto te esfuerces, cuanto lo anheles, tampoco importa tu talento, sin dinero no eres nada.

Luchas con uñas y dientes por una mejor situación económica y social, todos lo hacemos. Queremos un futuro mejor que el presente que tenemos, aspiramos a ser más.

Los humanos siempre queremos más, jamás nos cansamos de más. Siempre ignoramos aquella frase:

"La avaricia lo pierde todo, por querer todo."

No siempre se actúa con ella, tal vez cuando lo haces no eres consciente.

Seguirás luchando por tus intereses pues es parte de tu instinto de supervivencia.

No te importara sobre quien pases, ni a costa de que lo haces. Después de todo, no estás haciendo algo que otra persona no haría.

Si tú no estás dispuesto a jalar el gatillo, alguien más lo hará. Lo hará con tal de ser alguien.

La humanidad es solo cenizas...

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Marinette se vino a bajo.

―¿Tal vez la información sea errónea? ―Aquella afirmación sonaba más como pregunta. ―Digo, internet puede equivocarse. ―Agregó con una sonrisa nerviosa, no quería aceptar que su destinado fuese un Alfa.

Alya la miró por unos segundos antes voltear a otro lugar y decir:

―Aunque la información fuera equivocada, lo que está pasando ahí no lo es. ―La morena señaló a la pareja a unos metros de ellas. Era nada más y nada menos que el Alfa modelo y la Omega pelinegra que solía frecuentar el restaurante de su abuela, ambos se sonreían entre sí. ―Parece que son pareja.

―¡¿Qué?! ―Clamó con el rostro desencajado, sin apartar la mirada de la escena frente a ella. ―Dudo que lo sean, Alya.

―¿Por qué?

―Porque... Porque... ―No se le ocurría nada y la de lentes esperaba su respuesta con expectación. Una idea sé aglomero en su cabeza. ―Porque conozco a esa chica y es una... ―Se calló de golpe, no sabía si era correcto llamarla así en la escuela.

―¿Una qué? ―Inquirió Alya arqueando la ceja izquierda.

Marinette tuvo un pequeño debate interno antes de mirar que nadie estuviera cerca y susurrar:

―Es una chica de la vida galante. ―Alya la miró con incredulidad. ―Si es un modelo famoso, ¿No debería cuidar su imagen?

―¿Estás segura de ello, Marinette? Es una acusación grave.―La mencionada asintió.

―Ella es cliente frecuente en el restaurante de mi abuela, cada vez que aparece es con un nuevo hombre.

―Interesante. ―Dijo Alya examinando a la pelinegra con la mirada.