World Of Ashes

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Prejuicios

"Hay armas que son simplemente pensamientos. Los prejuicios pueden matar y la sospecha puede destruir."

―ROD SERLING

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Después de un rato pudo distinguir entre el mar de gente el gesto sin emoción aparente de su hermano acompañado de su pelinegra amiga. Sin esperar más fue a su lado.

―Pensé que te habían comido allá. ―Se burló el mayor. ―Es la segunda vez que te perdemos en ese gentío.

―Lo siento. Aún no me acostumbró a estar rodeado de tanta gente. ―Habló con cierta vergüenza.

―No importa. Disfrutemos el resto del paseo, después de todo, en unas horas podré descansar de ustedes. ―Dijo Félix con una sonrisa ladina.

―Oh, vamos amargado. Sé que nos extrañarás aunque digas lo contrario. ―Dijo la chica, Daniela, cruzándose de brazos mientras veía con diversión al mayor de los Agreste.

―No, realmente creo seré increíblemente feliz si no vuelvo a ver tu rostro. ―Contraataco con burla.

Adrien sintió como daban pequeños golpes en su hombro se volteó para ver quien era. Un hombre de ropas con aspecto algo raído le sonreía mostrándole un cartón con algo escrito.

Estaba dispuesto a leerlo cuando miró de reojo como su hermano le indicaba que no con un movimiento de cabeza. Sus esmeraldas se posaron en el hombre que le miraba expectante, con una sonrisa en forma de disculpa, negó con la cabeza. El hombre le sonrió de regreso ofreciéndole su mano en una forma cortés de despedida, estaba a punto de tomar la mano del hombre cuando fue tomado por el brazo para alejarlo de ahí.

―No vuelvas a hacer eso, Adrien, no puedes confiar así en los extraños. ―Regañó Félix con el ceño fruncido.

―Pero no estaba haciendo nada malo, el hombre solo quería ayuda. ―Se sentía algo confundido por la reacción de su hermano.

El rubio cenizo suspiro.

―Escucha, Adrien. Hay personas que no son lo que pretenden, no puedes creer todo lo que un desconocido te diga. Puede ser peligroso. ―El mencionado iba a refutar pero él siguió hablando. ―No te pido que desconfíes de todos, solo te pido que tengas cuidado.

El rubio asintió, sabía que Félix solo estaba preocupado por su bienestar aunque sentía que exageraba.

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Después de despedirse de su hermano pensó en que tendría una tarde tranquila, pero aquello solo quedó en un pensamiento.

El sonido agudo que producía la alerta akuma hizo que todos a su alrededor se sobresaltasen y corrieran a refugiarse. Él aprovechó todo barullo para transformarse.

Salió de su escondite, sus ojos se posaron en una de las pantallas de aquella tienda que transmitían el reportaje del villano, el cual solo se encontraba sentado en medio de la calle, rodeado de personas que temblaban. Sin perder más tiempo corrió hacia aquel lugar.

A penas puso un pie cerca de la zona donde estaba el villano y se sintió aturdido. Un mal presentimiento azotó su corazón. Una parte de él quería regresar a casa y refugiarse en el pecho de su padre, el deseo desapareció cuando un gruñido llamó su atención.