World Of Ashes

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Cielo despejado, río de aguas cristalinas, edificaciones majestuosas y únicas, parques y bosques rebosantes de flores y árboles genuinamente hermosos. Todo esto se encontraba en la bella y enigmática París, una ciudad llena de belleza visual en cada rincón.

París suena como un lugar mágico, ¿Verdad?

Siendo sincero, ante semejante descripción... ¿Quisieras visitarlo, no?

El lugar perfecto para pasear, lleno de gente amigable.

Perfecto para vivir el amor.

Y blah, blah, blah...

Comentarios positivos, imágenes de excelente calidad y otras cosas más te harían querer visitarlo, pero... ¿Alguna vez te has puesto a buscar más allá de lo que te ofrece el gobierno?

No, obviamente no.

Jamás te darías a la tarea de buscar más allá de la seductora cortina de humo que ofrece el gobierno.

¿Las reseñas positivas?

Hechas por gente pagada o por personas que cayeron en la trampa turística antes que tú.

¿Las fotografías en alta calidad?

Tomadas por fotógrafos profesionales, contratados para tomar el mejor ángulo de la ciudad y evitar aquellos dónde vive la desgracia y la desolación.

Todo esta planeado para robarte dinero sutilmente, pero París no es la única que hace este tipo de cosas. Claro que no.

Los gobiernos y monarquías del mundo entero lo hacen para que sólo veas lo hermoso que tiene cada lugar y así explotarlo. Jamás te mostrarán lo terrible que es vivir ahí cada día.

Tú seguirás consumiendo las mentiras en vez de buscar la verdad.

El mundo es simplemente cenizas...

Tú eres solo cenizas...

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― No puedo creer que este por lograrlo. ― Dijo el rubio con entusiasmo, su compañera lo miró con una sonrisa.

― Júntate conmigo, Agreste, y lograrás lo que quieras. ― Le dijo con una sonrisa sin soltar el agarre que mantenía sus manos entrelazadas en aquella carrera.

Su fiel, y única, amiga había logrado sacarlo de aquella mansión para cumplir uno de sus sueños: Ir a la escuela como cualquiera de su edad.

Mientras corrían, disfrutaba velozmente las vistas rápidas que la carrera les brindaba.

― Es ahí. ― La voz de Daniela lo saco de su ensoñación, miró en dirección donde señalaba la chica encontrándose con una enorme edificación a dos cuadras frente a ellos.

Apresuraron el paso para llegar más rápido. De golpe, un auto los interceptó, frenando frente a ellos. Se detuvieron en seco para evitar chocar contra la patrulla frente a ellos.

Sus corazones latían con fuerza, ¡Casi mueren atropellados!

Frente a su mirada atónita, la puerta de la patrulla se abrió revelando a un Alfa morocho con cara de pocos amigos. Sus ojos grises se posaron en el chico de cabellos oros.

― Joven Agreste, vendrá con nosotros. ― Dijo con voz sería mientras lo tomaba del brazo, hizo lo mismo con la chica pero con ella de forma brusca para después lanzar a ambos dentro de la patrulla sin mucha delicadeza.