Same Mistake (Camren)

Capitulo 31.-

No one's point of view.

Camila inhaló profundo por su nariz y reteniendo el aire en sus pulmones, asintió. Aun no estaba lista para hablar, pero si ella quería que encerraran a Ariana tras las rejas, tendría que hacerlo. Aquel chico de ojos celestes que estaba frente a ella le daba confianza. Quizá podría estar equivocada, pero espantaría todos sus miedos y trataría de hablar lo más que pudiera con respecto al tema de Ariana Grande.
—Está bien. Hagámoslo —susurró Ariana. Miró fijamente al chico, y él elevó una ceja. Le agradaba la valentía de esa chica.
—¿Estás segura de querer hacerlo? —preguntó Niall, acariciando el dorso de su mano. Ella en ningún momento había tratado de quitar su mano de la suya, así que eso lo vio como una buena señal— Si no estás lista aún, podemos hacerlo en otro momento. Yo no presionaré, Camila. Iremos a tu ritmo.
Camila soltó una risita —¿Sabes una cosa? Esto de "hacerlo" —hizo comilla con los dedos— suena demasiado feo ¿eh? Y si no supiera de lo que realmente estamos hablando, mal interpretaría todo.
Niall se balanceó un poco hacia atrás y miró con ojos abiertos de par en par a Camila. Luego, soltó una serie de carcajadas contagiosas, que la chica no pudo resistir a acompañar.
—Tienes toda la razón —Niall hizo un ademán con su mano sin dejar de reír—, en realidad tienes mucha razón. ¿Te imaginas que algún superior me escuchara decirle eso a un cliente? ¡Me echarían a patadas en el culo!
—Pero si tú y yo sabemos que no es así ¿Cuál es el problema? —inquirió Camila, con una sonrisa en sus labios.
—El problema, es que yo perdería mi trabajo. Y en ningún cuartel policial me aceptarían. Me quitarían mi placa y nunca más podría ejercer como detective.
—¿De verdad? —Camila preguntó y el chico asintió— Vaya... sí que son exagerados.
—Es lo que a cada uno le tocó vivir —Niall se encogió de hombros—. Bien, antes de que nos salgamos más del tema... ¿Aún estás dispuesta a contarme aquello?
Camila chupó sus labios dentro de la boca y asintió.
—Sí. Hay partes que no recuerdo, eso sí. Pero prometo hacer mi mayor esfuerzo.
—Perfecto —susurró Niall, golpeando sus palmas entre sí. Rebuscó en el bolsillo de su chaqueta y sacó una pequeña grabadora. La posó sobre la mesa, y miró a las castaña—. ¿Te molesta si grabo tu declaración?
Cabello negó con la cabeza.
—Doblemente perfecto —el pelinegro le giñó un ojo y apoyó ambos codos sobre la mesa—. Puedes comenzar cuando estés lista, Camila. Tómate el tiempo que estimes conveniente.
Burge asintió lentamente. Convirtió sus labios en una línea firme y recta. Frunció el ceño, e hizo divagar su mente ocho meses atrás.
—Ariana y Lauren siempre tuvieron problemas. Desde que conocí a Lauren y Ariana, ellas se odiaban mutuamente...
—Diablos, Camila lo siento –interrumpió Niall—, pero antes de que avances ¿Puedes decirme quien es Lauren?
—Mi novia —soltó sin pensar, y cuando se dio cuenta de lo que había dicho, agitó su cabeza. Una sonrisa llena de tristeza se formó en su rostro, la cual Niall logró percatarse—. Lo siento. Ex novia.
—Vale —el ojiazul asintió—. Ahora, por favor ¿podrías continuar?
—Bien —ella aclaró su garganta, y jugueteando con sus dedos sobre la mesa y la vista fija en la misma, comenzó a relatar lo que ella sabía y recordaba.
»Ariana tenía una mejor amiga. Alexia. Y Lauren tenía a su hermana, Taylor. La cosa es que Taylor, junto a la hermana de Alexia tenían un par de asuntos sin arreglar. Un día, Lauren y Taylor iban saliendo de una tienda de abarrotes de aquí cerca. Alexia, su hermana, Ariana y un par de chicos y chicas aparecieron y le pegaron un disparo en el pecho a Taylor, que le quitó la vida en el mismo instante.
» Pasó un tiempo, y yo comencé a salir con Lauren. Ariana estudiaba en nuestra secundaria y todo se desató de nuevo. Ariana se acercaba a mí, solo para llegar a Lauren. Muchas veces llegaron a los golpes. Un día, yo estaba en casa sola y un hombre apareció en la puerta. Dijo que lo acompañara y de ahí no recuerdo nada más, hasta que desperté en un cuarto. Estaba amarrada y apareció Ariana.

No one's point of view.

Niall siguió escuchando el relato que hacía la castaña, recreando en su mente cada uno de los acontecimientos. Apretó con fuerza los puños pensando en quién realmente en su sano juicio podría hacerle daño a una chica tan joven.
Desde un principio, Niall Browning había aceptado aquel trabajo, por el simple hecho de que Camila era amiga de Dinah, pero ahora que la había conocido, se sentía más comprometido. ¿La razón? Él no la sabía. Pero había una cosa que tenía muy claro. Debía meter a Ariana Grande tras las rejas.
—En ese momento sentí tanto miedo ¿sabes? Ella ya no era la mismo chica que yo un día conocí. Su sonrisa ya no era la misma. En ese momento, su rostro era adornado con una sonrisa enfermiza. Hasta podría decir que era diabólica.
Camila tomó un respiro. Había hablado sin parar y sus pulmones gritaban por oxígeno. Niall asintió y se aclaró la garganta para hablar. Relajó un poco los puños, que hasta ese momento se percató que sus nudillos estaban blancos y sus manos temblaban por la rabia acumulada.
—¿Tú sabes por qué Ariana hizo todo esto? —inquirió el joven detective.
El ojiazul se dio cuenta como una chispa de miedo hacia que los ojos de Camila brillaran. Ella se removió incómoda en su asiento. Miró hacia todos lados, asegurándose si los demás clientes de la cafetería estaban pendientes de ellos y su conversación. Pero nadie estaba realmente escuchando su relato, más que Niall. Eso, de cierta manera la tranquilizó, pero Niall había preguntado la única cosa que ella no quería responder.
¿Qué sucedería si ella le dijera la verdad? ¿Lauren caería también a la cárcel por haber asesinado a alguien? Eso no podía ser, pensó ella, ya que el único testigo que declaró en la corte cuando llevaron a juicio a Lauren, había declarado a su favor. ¿Qué podía salir mal? Además, Niall estaba de su lado. ¿Por qué temer?
—¿Lo sabes, Camila? —volvió a insistir Niall, con cautela. Ella asintió, mordiéndose el labio inferior con fuerza— ¿Podrías decirme?
Ella negó con la cabeza repetidas veces. De pronto, el estar teniendo esa charla le asustaba. Ella quería a Lauren y estar contándole eso a Browning, era como estar clavándole un puñal con la espalda.
—¿Por qué no puedes? —el chico susurró, como si estuviera hablando con un niño de cinco años que perdió a sus padres— Prometo que nada pasará. Créeme.
—Yo... —la chica cerró los ojos con fuerza y negó con la cabeza, nuevamente—. Lo siento, no puedo decirlo.
—¿Por qué? ¿Es algo muy grave? —ella asintió— Camila... si no me cuentas todo lo que recuerdas, yo no podré ayudarte. Debes cooperar también.
—Yo no quiero que nada malo le suceda a Lauren...
Cabello bajó su triste mirada a la mesa y se torció los dedos. El temor recorría cada centímetro de su cuerpo.
—Nada le sucederá a ella, lo prometo.
Niall tomó su silla, y la acercó un poco más, hasta quedar sentado justo al lado de la castaña. Él sabía que no podía tener aquel trato con sus clientes, tenía que mantener una distancia profesional, pero ella se veía tan rota que le era casi imposible resistirse a la tentación de abrazarla y susurrarle al oído que todo estaría bien.
—Por favor, Camila... dímelo. ¿Confías en mí?
La muchacha alzó la vista, fijando sus ojos cafés en los ojos celestes de Niall. Lentamente, asintió.
—Yo solo quiero ayudarte ¿vale? —Niall le regaló una sonrisa, y apoyó su mano derecha sobre las de ella. Les dio un pequeño apretón, tratándole de transmitir un poco de confianza—. Sé que esto es difícil, pero debes ayudarme. Ayudarte a ti. A Lauren. Te lo preguntaré una vez más, Camila... ¿Por qué Ariana hizo todo eso?
—Porque... —la chica de ojos claros volvió a bajar la vista y susurró—: Porque Lauren mató a Alexia. La mejor amiga de Ariana.
Y esa fue la última pieza que le faltaba a Niall para armar todo ese puzle. Todo era por venganza.
—Pero por favor, yo no quiero que nada le suceda a Lauren —la chica alzó la vista, y un puntazo en el corazón le dio a Niall cuando vio sus ojos llenos de agua salada. Ella realmente lo quería—. Ella lo hizo por defensa propia. Yo se que Lauren no quería hacerlo, pero ella es tan...
—Hey, hey tranquila ¿vale? —Niall apoyó la mano en su hombro y le dio pequeños masajes— Nada le sucederá a Lauren ¿vale? Eso te lo puedo asegurar.
Ella asintió. Niall le tendió el pequeño pañuelo que guardaba en su bolsillo y ella se secó las pocas lágrimas que habían alcanzado a correr por su rostro.
—¿Ariana hizo algo más, cuando te... —el chico buscó una palabra sutil, para expresar lo que quería decir— retuvo contra tu voluntad?
— S-sí —Camila dobló el pañuelo sobre la mesa y comenzó a jugar con el—Ella me golpeó muchas veces. Y a Lauren le disparó en la cabeza.
Niall cerró los ojos con fuerza, y apretando la mandíbula asintió.
—Bien, ha sido todo por hoy —sentenció, deteniendo la grabadora—, ya no quiero presionarte más. Pero déjame decirte que has sido una chica muy valiente, Camila.
****
Camila Cabello bajó del automóvil de Niall. El chico cerró con un poco de fuerza la puerta del copiloto y le regaló una sonrisa sincera en agradecimiento.
—Muchas gracias por todo —ella dijo, sonriendo de lado.
—Muchas gracias a ti. Me has facilitado mucho las cosas con tu declaración. Ahora, la estudiaré junto a un colega y yo personalmente mandaré una patrulla policial que cuide tu casa las veinticuatro horas. Y si es necesario, me filtraré en tu instituto.
La chica abrió sus ojos con fuerza y frunció el ceño.
—¿Eso es posible?
—Claro que sí —el chico rió al ver la expresión asombrada de Camila—; además, dime ¿acaso no se notaría que tengo veintitrés años?
—No se notaría para nada —ella rió, abrazando su morral con fuerza contra el pecho—. Debo confesar que cuando te vi, pensé que tenías mi edad.
Niall rió con ganas— Muchas gracias, me siento bastante halagado.
Unos minutos silenciosos envolvieron a ambos jóvenes, que Niall se encargó de romper. Nunca le había gustado mantenerse callado por mucho tiempo delante de una chica, él creía que eso era signo de incomodidad, pero Camila en ese momento, estaba disfrutando de aquel silencio, escuchando solamente el vaivén de las hojas de los arboles por el leve viento que se estaba levantando.
—Creo que ha sido todo por hoy —anunció el detective Browning golpeando levemente sus muslos con las manos—. ¿Te veo mañana?
—¿Por qué mañana?
—Mañana te daré mi respuesta final —él se encogió de hombros—. Ya sabes, con respecto a lo que haremos.
—Oh... —la muchacha asintió, ladeando la cabeza un poco hacia la derecha—. Entonces... nos vemos mañana, Niall. Muchas gracias por todo.
—No tienes nada que agradecer —le guiñó un ojo—, es mi trabajo.
El chico de ojos celestes le regaló la última sonrisa y rodeó el auto para subirse por el lado el copiloto. Pasó el cinturón de seguridad por sobre su torso y tocó el claxon dos veces de manera de despedida.
Camila miró hacia la dirección, en la cual el automóvil de aquel chico se iba haciendo más y más pequeño a medida que los segundos pasaban.
Soltando un suspiro, Camila comenzó a caminar con dirección a su casa. Rebuscó las llaves en su pequeño morral, queriendo entrar de una vez por todas, comer alguna cosa y dormir una siesta. La tarde había estado cargada de sentimientos y recuerdos y ella lo único que quería era descansar, y tirar todos los malos pensamientos que rondaban por su cabeza.
Introdujo la llave en la cerradura y cuando estuvo a punto de hacerla girar, una tos falsa se escuchó a sus espaldas. La castaña se tensó y contó hasta cinco en su interior. Conteniendo la respiración, se giró a ver quién era la persona que estaba parada a sus espaldas, solo a unos escasos centímetros.
—Tú y yo tenemos que hablar. —habló Lauren, con voz ronca. Su ceño estaba fruncido y la mandíbula la tenia tensa. Estaba enojada.