Capitulo 50.- FINAL

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CAPÍTULO FINAL.

No one's point of view.

Lauren Jauregui detuvo su corrida apresurada cuando vio el cuerpo de su novia desplomarse en el suelo, cayendo secamente. Su cuerpo se detuvo y sus pies se clavaron en el concreto bajo sí misma. El corazón le había dejado de latir y un nudo en el pecho estaba amenazando con explotar sus pulmones. La risa demoniaca que emanaba Ariana en ese momento era lo único audible.
Pequeñas gotas de agua cosquilleaban en el rostro, ahora pálido de Lauren. Con cuidado, se llevó la mano a las mejillas, dándose cuenta que aquella agua que caía de sus ojos, no eran nada más que lágrimas. Cuando sus dedos tocaron sus empapadas mejillas, salió de su trance.
Comenzó a correr nuevamente, acercándose al cuerpo de Camila. Lanzando su cuerpo de rodillas, sintiendo un dolor en las piernas por lo fuerte que había caído contra el suelo. Pero nada se comparaba con el dolor que estaba sintiendo su corazón en ese momento. El cuerpo de Camila comenzaba a bañarse de aquel líquido espeso.
—Ca-Camila... —balbuceó Lauren. Alzó la mano para llevarla hasta el  cuerpo inmóvil de la muchacha frente a ella, pero no se sintió capaz de tocarla.
Alzó la mirada como un rayo. Sus ojos verdes oscurecían con el paso de los segundos. Miradas oscuras debatiendo en una lucha en la cual ninguna de ambas chicas quería perder.
Apoyando las manos en el suelo, Lauren se puso de pie. Sus palmas estaban manchadas con la sangre de su novia, que comenzaba a inundar todo su perímetro. Con grandes zancadas y la respiración más agitada se acercó a Ariana. La chica no hizo ningún movimiento para alejarse. Todo lo que tenía que hacer ya lo había hecho y estaba completamente satisfecho al ver el dolor reflejado en los ojos de Lauren.
—¡¿Por qué lo hiciste mierda?! —Lauren lanzó el primer puñetazo directo al rostro de Ariana cuando llegó a su lado. La chica se dejó golpear. Lauren volvió a estampar su puño contra la cara de la italiana y esta escupió sangre—¡No tuviste porqué haberlo hecho! —Volvió a estampar sus puños con fuerza sobre su rostro, sintiendo las lágrimas caer por sus mejillas.
En un descuido, el cuerpo de Ariana cayó al suelo, soltando el arma, la cual quedó a unos escasos centímetros del cuerpo de la ojiverde. Lauren se sentó a horcajadas sobre Ariana, descargando todo el odio que sentía por ella en aquel momento. Se sentía perdida y perturbada. La imagen de ver a la chica que amaba  contra el suelo rodeada de su propia sangre no salía de su cabeza. El dolor en el pecho no hacía nada más que aumentar a medida que sus puños chocaban contra el rostro de la chica que yacía bajo su cuerpo.
Jauregui se puso de pie, cuando sus brazos comenzaron a fallarle. Le gritó algunas cosas a Ariana, y comenzó a propinarle patadas contra su abdomen y espalda. Todo el dolor que ella estaba sintiendo en aquel momento, quería transmitírselo.
Paró unos segundos, cuando el llanto le desgarró el corazón. Dejó caer sus rodillas contra el suelo, apoyando las manos en sus muslos, mientras que el agua salada corría por su rostro.
—¡Lauren! —gritó Niall, quien se acercaba corriendo, junto con cuatro policías más.
Al escuchar aquel grito, la ojiverde alzó la mirada. La vista nublada dejaba ver algunas figuras que se acercaban a donde ella estaba, arrodillada sin saber qué hacer. Se puso de pie, un poco vacilante y vio el arma tendida a su lado. Se agachó para recogerla y cuando se cercioró que esta estaba cargada, apuntó a Ariana que estaba casi inconsciente contra el suelo.
—¡Lauren, baja el arma! —gritó Niall a unos metros de la ojiverde. Todos los policías se pusieron en posición de defensa, apuntando el cuerpo de Jauregui con sus respectivas armas. La ojiverde hizo caso omiso, concentrándose únicamente en el cuerpo tirado frente a ella. Pateó el cuerpo de Ariana nuevamente y la susodicha gimió de dolor, lo que consiguió aumentar el éxtasis que en ese momento estaba sintiendo Lauren. —¡Baja la maldita pistola, Jauregui! —volvió a gritar Niall.
—¡No lo haré! —gritó entre llantos y sollozos la ojiverde. Alzó la mano, apuntando a Ariana—¡Esta hija de puta merece morir!
—¡No lo hagas Lauren! —gritó Niall, para que la ojiverde lo escuchara. En ningún momento Lauren bajó el arma, pero sus manos temblorosas no podían jalar el gatillo—¡Hazlo por Camila!
—¡Esta mierda le disparó—gritó Lauren.
Niall comenzó a acercarse lentamente y le hizo unas señas a sus compañeros para que bajaran la guardia por un momento. Los policías así lo hicieron.
—Por favor, Lauren—dijo Niall, acortando la distancia entre ambos—, no cometas una locura.
Lauren negó con la cabeza—No puedo—alzó la mirada y Niall se paralizó al ver el rostro de aquella chica inundado en lágrimas—Ella me arrebató a la mujer que más amaba. Merece morir.
—Baja el arma, Lauren...—susurró Niall—Ve con Camila. Vamos, Lauren. Tienes que ir a ver si ella está bien —lanzó una rápida mirada hasta donde el cuerpo de la chica estaba tirado. Cogió su móvil y llamó a la ambulancia—. Ella querrá estar contigo.
—¡No bajaré la maldita arma hasta que no meta una bala en la jodida cabeza de esta mierda! —gritó Jauregui, pateando el cuerpo de Ariana una y otra vez. Se tironeó el pelo sin saber qué hacer. —Yo la amo, maldición—lloró ella, frotándose el rostro con su mano libre—Si ella no está conmigo, no me importa pasar unos cuantos años metido en la cárcel.
—Lauren...—Niall llegó hasta ella. Con mucho cuidado, apoyó la mano en el antebrazo de Lauren, bajando el arma—Ve con Camila va, por favor. Nosotros nos encargaremos de esto. Haremos que Ariana pase muchos años tras las rejas, pero por favor, ve con tu chica hasta que la ayuda llegue por ella. No la dejes sola.
Lauren lo miró. Se mordió el labio con fuerza, hasta que el sabor metálico de su sangre lo sacó del trance. Asintió, sintiendo el dolor desgarrador nuevamente contra el pecho y dejó caer el arma al suelo. Niall soltó un suspiro y le hizo unas señas a los policías para se acercaran y fueran con ella, para llevar el cuerpo de Ariana a la patrulla.
Lauren se giró con lentitud. Cuando sus ojos dieron con el cuerpo inmóvil de su novia, salió disparado hacia ella, corriendo a grandes zancadas.
Cuando llegó hasta ella, se lanzó de nuevo contra el suelo. Con cuidado, giró el cuerpo pesado en ese momento de la chica. Las lágrimas no dejaban salir de sus ojos y se preguntó si en algún momento el dolor que sentía en el corazón sanaría. Apoyó la cabeza de Camila contra sus muslos y abrazó su pequeño cuerpo.
—Nena —lloriqueó la ojiverde, besando su frente seguidas veces—, por favor no me dejes sola. Tienes que vivir, amor. Por favor—soltó el llanto, sintiendo como la bilis subía a su garganta. Lanzó un grito desgarrador al cielo—. No sé qué haré sin ti, Camz. Por favor, no me dejes sola. Si quieres irte, llévame contigo, por favor. Pero si vives, hazlo a mi lado. Te necesito en mi vida. Necesito ver tu sonrisa, mi amor. Por favor, cielo —acarició su cabeza. El rostro de Camila se encontraba pálido. La respiración era leve y los latidos de su corazón igual—. Siempre juntas ¿Recuerdas? —susurró Lauren, contra los labios resecos de la chica. Los besó lentamente, sintiendo como su alma se desgarraba de su cuerpo—. Tienes que cumplir la promesa. Yo nunca te dejaré, tú tampoco tienes que hacerlo. Abre tus lindos ojitos, nena. Vamos, cielo. Sé que podrás salir de esto.
Lauren alzó la mirada, y vio como Niall y sus compañeros se llevaban el cuerpo de Ariana hasta la patrulla. Volvió su mirada a Camila.
—Esa mierda ya nunca más nos molestará —le confesó, acariciando su nariz con la suya—. Ahora podremos estar tranquilas. Juntas. Solo seremos tú y yo. Como siempre lo hemos sido. Pero para eso tienes que despertar. Tienes que ser fuerte. Hazlo por mí, cariño. Sé que aún puedes escucharme. No dejes que la oscuridad te lleve. Tienes que estar a mi lado. Tienes que ver crecer a nuestros futuros hijos. Tenemos tantos planes juntos, mi amor.
Lauren dejó caer su cuerpo al suelo, sintiendo como la sangre de la chica mojaba sus brazos desnudos. Se estremeció levemente. Acercándose más al cuerpo de Camila, la ojiverde rodeó la cintura de la castaña, y apoyó su cabeza en su pecho. Lauren oyó los latidos débiles del corazón de Camila.
Cerró sus ojos, mientras que las lágrimas salían aún.
—Si tú mueres —dijo la ojiverde, en voz baja— yo moriré junto a ti. Si vives, tendré una vida a tu lado. Cualquier lugar será mejor que estar sin ti. Siempre juntas.

¡FELIZ AÑO NUEVO 2020!

Les deseo lo mejor para el próximo año y espero poder conseguir la tercera y última temporada de esta historia ✨ Disfruten mucho esta noche, que se cumpla todo lo que pidan y coman muchoooo!

Se despide su escrito más odiada por ustedes, y prometo que si subo otra historia hacer update más constante

I.

Same Mistake (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora