"Si lo amas dejalo ir"

Enferma.

Me encontraba acostada en la cama con Dan, enfermos desde el lunes, después del magnífico beso bajo la lluvia que hizo que nos enfermaramos brutalmente.

-Moss- Me llama Dan y lo miro, sacando mis ojos de mi laptop- Estoy aburrido y los dementes que tienes de hermanos y nuestros amigos nos encierraron aqui.

Le sonrio, nos habían encerrado para no contagiarlos.

-¿Que quieres hacer?- Le pregunto y el sonrie, se sienta a mi lado en el sofá.

-Besarnos- Después de enfermarnos no quería besarlo, no quería enfermarlo más, ya que yo estaba peor.

Lección aprendida: Nunca salgan detrás del chico que les gusta mientras llueve sin un paraguas, o medio vestidas.

-Sabes que no lo are- El sonrie.

-Moss, vamos, sólo un beso, uno pequeño- Niego denuevo.

Trató de hablar con mis hermanastros por Facebook, pero Dan no me deja en paz.

-Demonios, Dan, ¿Si te beso te callas de una vez?- El asiente y dejó la laptop a un lado.

De un movimiento me coloca encima de el y sonrie, sus ojos brillan.

-Eres malditamente hermosa- Me dice y mis mejillas se tiñen de rojo.

-Tu no te quedas atrás- El sonríe.

-Dime que soy lindo- pide como un niño pequeño y rio.

Pasó mi mano por su mejilla, acariciandola y el cierra los ojos al tacto.

Sonrió tiernamente- Eres tan hermoso como ver el sol salir en el mar- Se sonroja y me empuja hacia el.

Sus labios se mueven contra los mios y saben a nutella, lo cual se me hace demaciado sexy.

-Deberías de comer nutella más de seguido- Se rie sonrojado.

Su mano Coje el tarro de nutella y mete el dedo, deslizándolo por mis labios y creo que me veo estúpidamente horrible con chocolate en mi labio inferior.

Sus labios se mueven con los mios, probando la nutella de mi boca, sus manos están en mi espalda juntandonos más y viajan a mis caderas. Sus ojos cerrados, disfrutando del chocolate. Mis manos están en su mejilla, acariciandolas con mi pulgar.

Mi nariz (Hinchada, y roja nariz) pica y me separo bruscamente de Dan, el cual me mira algo ofendido.

Miro la luz del sol y estornudo hacia un lado.

Dan desliza un pañuelo, dandomelo.

-Gracias- Sueno mi adolorida nariz en el pañuelo.

-Eres tan torpe- Lo miro mal y tiró el pañuelo en la canasta.

-Gracias- Digo sarcástica y el rie.

-¿Cómo te caes de cara en las escaleras?

-Lo siento, era por seguirte y arreglar todo, oh, y me caí 100 veces bajando 18 pisos.

Se rie y se disculpa.

¿Podía ser más tierno?

-Ahora podemos continuar- Sonrio y roza sus labios con los mios.

Pero, antes de poder basarnos como Dios manda, alguien entre por la puerta, haciendo que nuestra atención hacia la persona.

Para mi sorpresa, no era una sola persona, eran mis 7 amigos-hermanastros

-Sentimos interrumpir- Sonríe Davina.

-Es que.. ¿Como lo digo?- Habla Martín buscando las palabras adecuadas para comenzar a hablar.