Capítulo 11. Fire on fire

7.3K 357 1.4K
                                    

Fire on fire would normally kill us
But this much desire, together, we're winners
They say that we're out of control and some say we're sinners
But don't let them ruin our beautiful rhythms
'Cause when you unfold me and tell me you love me
And look in my eye
You are perfection, my only direction
It's fire on fire, mmm
It's fire on fire

Abril

RAOUL/AGONEY

Marzo terminó y Abril ocupó su lugar. Un mes más en el año y un mes menos para que terminase el juego.

El reloj corría. El tiempo pasaba. Quedaba un mes menos para que tuviera que separarse de Agoney.

El catalán no podía evitar pensar en la separación de vez en cuando, sobre todo cuando estaba solo. Y es que a pesar de que Agoney le había regalado el viaje y de que le había prometido un Junio juntos, Raoul, que sabía que la vida no suele ir según lo planeado, no se había dejado llevar por la euforia que causó en él el mero hecho de que Agoney hubiera querido... Quisiera ahora mismo estar con él más allá de lo que les obligaba el juego. Aunque no deseara separarse jamás del canario sus vidas... Eran más complicadas que eso, sobre todo la de Agoney; al fin y al cabo el chico en teoría estaba prometido ya que Ricky no sabía nada de lo que había hecho el mayor aquel día con el anillo.

Sin embargo, todas las posibles dudas quedaban en un segundo plano en cuanto Agoney aparecía; en sus brazos se permitía creer que realmente lo suyo era posible, en sus besos estaba convencido de que pasarían Junio juntos, y Julio y Agosto y todos los meses siguientes, y en el tacto de su piel caliente bajo sus manos se permitía soñar con una vida juntos.

Porque una vida con Agoney era un sueño demasiado bonito como para obviarlo.

-¿Por qué Italia?- preguntó una noche cuando terminaron de hacer el amor, mientras ambos se recuperaban en la cama cubiertos con una simple sábana. Agoney miró a Raoul, que descansaba bocabajo mientras que el canario, tumbado de lado sobre su brazo se dedicaba a acariciarle y peinarle el pelo.

-Siempre me ha gustado Italia; es cálida, vibrante y en cada rincón sientes esa sensación de hogar que no en todas partes del mundo se percibe.

-¿Has estado muchas veces?- preguntó incorporándose sobre su hombro y atendiéndole. Agoney le sonrió con cariño y posó su mano en su mejilla.

A que tiene una casa o algo el muy pijo...

-Varias veces sí, la conozco bien.

-Yo siempre he querido ir- dijo suspirando al imaginar el país.

-Yo quiero volver ... Hace mucho que no voy- respondió también suspirando, pero a diferencia de él haciéndolo con pena.

-¿Ibas mucho?

-Sí- dijo soltando una pequeña risa. Raoul se le quedó mirando sonriendo ante la risa del canario.

-¿Qué? ¿por qué te ríes?

-Por nada cariño- dejó un suave beso en sus labios- Es sólo que si tú supieras ... Me lo ibas a recordar toda la vida.

Es que no tiene una casa, tiene una mansión allí fijo.

-Si yo supiera... Qué.

-Nada- dijo con voz cantarina.

-Agoney habla- se sentó en la cama y le miró sin perder la sonrisa.

-Te quiero- dijo volviendo a besarle. Raoul le empujó riendo divertido.

-¡Pero que dices!

-Me dijiste que hablara.

El Intercambio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora