Billy no cabía en si de la emoción. No podía dejar de sonreir mientras guardaba las cosas en sus maletas, en serio que aun no salía de su asombro. La última vez que había visto a Jason, durante la fiesta sorpresa, no estaba seguro de que uno de sus mayores deseos se hiciera realidad, pero cuatro meses después estaba haciendo sus maletas listo para tomar un avión a donde por fin podría reencontrarse con su corazón.
—¿Ya tienes todo?—Helen su madre había ido hasta la residencia en la universidad para ayudarlo a empacar sus cosa.
—Si mamá, creo que ya lo tengo todo...—hizo una mueca— al menos lo escencial.
—Por eso no te preocupes, lo demás te lo enviaremos en un par de días —Su padre también entro a la habitación llevando en sus brazos a Sophie, que aunque ya tenía ocho años, seguía queriendo que la llevaran en brazos. — Aunque sigo pensando que debiste dacirle que estas mudándote.
Pero Billy solo sonrio de manera traviesa ante el comentario de su padre.
—He descubierto que sorprenderlo lo vuelve todo más emocionante— Respondió Billy, auque Jason no solo se emocionaba con las sorpresas, también tendía a volverse bastante apasionado y entonces el sexo se volvía algo de otro mundo...pero claro, no es como que pudiera decirle eso a sus padres. —Además no creo que se enoje por ocultarselo.
—Un día de estos terminaras por causarle un paro cardiaco a ese muchacho— reprochó su madre. —Y sabes que apreció demasido a Jason como para que lo mates de una impresión.
Samuel, el padre de Billy se rió ante el dramátismo de su esposa.
—Tampoco exageres— Billy besó la frente de su madre— que aquí el dramático soy yo.
—Bueno, como sea, creo que debemos darnos prisa si quieres llegar a tiempo al aeropuerto. —Los apremió su padre. —Y recuerda llevar todos los papeles que debes presentar en la universidad.
—Sip, los revise anoche y me asegure de guardarlos en mi mochila.
—Entonces vamos— dijo Helen.
Billy le dio una ultima mirada a la habitación. El día anterior se había despedido de su compañero de cuarto y también se había despedido de los pocos amigos que había hecho, al igual que de Jazmín, su jefa en la veterinaria. La verdad es que iba a extrañar a la atolondrada chica, aun cuando fuera un jefa tirana...sin embargo su vida no estaba en Seattle, hasta sus padres lo habían entendido.
Tomó sus maletas y cerró la puerta de la que había sido su habitación por dos años.
**
Billy era ageno al bullicio que reinaba en el aeropuerto, con personas yendo y viniendo. La noche anterior había tenido una fiesta de despedida en casa de sus padres en donde sus tios, primos, abuelos y demás familia se habían despedido de él y en realidad había sido bastante emotivo, pero sabía que la verdadera despedida se llevaría acabo en ese aeropuerto, con tres de las personas que más quería en el mundo.
Faltaba cerca de diez minutos para que hicieran la llamda de su vuelo y Billy supo que serían los diez minutos más difícil de todo aquel día. Lo supo cuando su madre lo abrazo y empezó a sollozar contra su pecho.
—Mamá, no llores...
—Es que voy a extrañarte tanto. —Ella lo apreto más fuerte— Todavía no puedo creer que te vayas tan lejos.
—Lo sé, pero vendré a visitarlos tanto como me sea posible.
—Exacto, amor. Además Billy solo esta yendose al otro lado del país, no al otro lado el mundo— Bromeo su padre.
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La suerte del capitán (Suerte #2)
Teen FictionActual portada hecha por @UmbraBlack Anterior Portada hecha por @CristtinaRosaless Jason Cooper no esta teniendo un buen momento. siempre tuvo una familia estable, siempre fue el chico confiado que amaba el futbol y soñaba con ir a la universidad pa...