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Yoongi llevaba casi una semana dándole clases a Jaehyo, el amigo gato montés de Hoseok, estaba cansado, pues este fingía no entenderle solo para extender las horas de estudió y Yoongi solo quería sacar sus dientes y arrancar la vena del cuello del chico, pero se aguantaba.

Eran ya las siete de la tarde y el cielo ya comenzaba a ponerse anaranjado, tenía sueño y estaba cansado, pero su madre lo había mandado a comprar algunas cosas para la casa.

En lo que estaba en el supermercado, buscó sus cereales favoritos, cuando los fue a tomar una mano más pequeña que la suya se los arrebató.

Yoongi miró desafiante a la persona que había quitado la única cajaque quedaba de sus cereales favoritos.

-¿Algún problema? - preguntó el tipo.

Era casi de su estatura, un par de centímetros más bajo, su voz rozaba lo agudo y su rostro aniñado demostraba que era más joven que él, pero su cuerpo fornido demostraba que era de respetar y ese olor que lo atrapó y le nubló los sentidos, le dejó claro que no era cualquier alfa.
Sin embargo, no se iba a dejar intimidar, independiente si era un omega o no, él era un león.

- Te estás llevando mis cereales - soltó en voz gruesa y se cruzó de brazos.

El chico tiró la caja de cereales a su carrito bajo la atenta y enojada mirada del peligris.

-Vaya, no sabía que ya los habías comprado - lo miró divertido - eres un beta con agallas - rió - no cualquiera se atreve a enfrentarme, ni menos por una caja de cereales.

- Me da igual - respondió sin siquiera haber escuchado, el delicioso olor que emanaba del joven, quizás un par de años menor, lo tenía embobado - sólo quiero mis cereales.

El pelinegro solo rió y negó con la cabeza.

- Será para la otra - se giró para irse, pero se detuvo a mirarlo nuevamente - ¿como te llamas?.

- Eso a ti, no te importa - se cruzó de brazos enojado, su león estaba callado, dándole la calma que nunca le daba y en estos momentos necesitaba estar enojado, el joven solo rió.

-Bueno, te diré suga - tomó su carrito y antes de perderse por el pasillo se volteó a mirar al peligris que seguía en el mismo lugar y en la misma posición - quizás nos veamos pronto, Suga - le guiño un ojo.

Yoongi sintió a su león removerse, obligando a seguir a aquel joven de delicioso aroma, pero el peligris sólo tomó el cereal de su hermano y el resto de cosas que su madre le había pedido y se marchó a pagar a la caja.

En lo que llegaba a su casa, cargado de cuatro bolsas blancas, refunfuñaba enojado, de tal manera que no sintió cuando alguien se apoyó en su espalda, sin previo aviso, lo que causó que un rugido saliera de su pecho y que el intruso retrocediera.

-Hey, tranquilo - le dijo su hermano levantando las dos manos - ¿que sucede?

Jungkook estaba extrañado, su hermano siempre tenía todos los sentidos alerta, nunca lo pillaba desprevenido y aunque siempre intentaba hacerlo, esta vez no le gustó, el león de Yoongi, a pesar de ser omega, tenía un rugido que hasta a su león alfa le traía escalofríos.

-No pude conseguir mis cereales.

Jungkook asintió, si su hermano no quería decirle, le daría su espacio, ya lo averiguaria por su parte.
Entraron ambos a casa, saludaron a su madre y Yoongi dejó las bolsas sobre la mesa, desvistiendose ahí mismo.

- Te he dicho que si te transformas lo hagas en tu habitación primero - le reclamó su madre, sin embargo, yoongi ya se había transformado.

Era un enorme león de pelaje amarillo, casi rozando el gris, un color raro en un león, pero él lo asumía a que era un omega, algo aún más raro para un león macho.

Tomó sus ropas con su hocico y se dirigió a su habitación ignorando completamente a su enojada madre.

Se dispuso a dormir en su forma animal, sobre las sueves cobijas, donde poco a poco le fue ganando el sueño en el cual un joven de ojos chocolate le guiñaba.

-Yoongi - llamó su madre tras la puerta - voy a pasar.

Sin esperar una respuesta, ya estaba dentro, se acerco al gran león que casi no caía en la cama King de su habitación y le acarició la suave melena.

-Hijo, tienes clases.

Yoongi solo soltó un gruñido, más no se movió de su lugar.

-¿Te sientes mal, querido? - siguió acariciando la melena, arrancando imperceptibles ronroneos - anoche no cenaste ni saliste a cazar, incluso dormiste más de lo normal.

Porque si, Yoongi no quería despertar por tan maravilloso sueño y cuando lo hacía, obligaba a su cuerpo a dormir nuevamente, pero no admitiría nunca que el personaje principal que reinó sus sueños era un bajito pelinegro, un alfa de un olor embriagador y calmante.

-Solo estoy cansado - respondió ya en su forma humana, cubriéndose con una de sus mantas - esta última semana he pasado demasiado tiempo en mi forma humana, debe ser eso.

Su madre lo miró preocupada, puesto que lo normal era estar adolorido de pasar mucho tiempo en la forma animal, ya que los huesos se agrandaban, estiraban, la piel se engrosaba y muchos otros cambios más. Estaba muy orgullosa de su hijo, debido a que ni alfas experimentados ni guerreros podían durar más de cinco horas en su forma animal y Yoongi podía pasar días completos y si no fuera porque ella lo obliga a cambiar, no lo haría. Eso explicaba porque su cuerpo humano era tan delgado, pero a la misma vez muy fuerte, sus huesos y su piel eran demasiado resistente y a pesar de que muchos músculos no tonificaban su cuerpo, estos eran fuertes.

- ¿Hoy es martes? - preguntó estirando se y haciendo sonar su espalda, sacando de su ensoñacion y preocupación a su madre.

- Si ¿Por qué? - preguntó en voz tierna.

- Hoy es el último día en que le daré clases al gato ese - se dirigió con los ojos casi cerrados al baño, envuelto en la sabana, desde pies a cabeza. Bostezó y perdió algo el equilibrio inclinándose a su izquierda, dando de lleno contra la pared - Grrawr - gruño.

-Se corrió la puerta al parecer - se burló su madre cubriendo su boca.

Yoongi sólo la ignoró y abriendo sólo uno de sus ojos se introdujo al baño para darse una ducha antes de irse.

~🎀~

- Bien mocoso, esta es nuestra última clase - le entregó unas hojas - esos son resúmenes, estaba seguro qu me dirías que no entendidas, así que hice resúmenes detallados para que puedas entender por ti solo.

Le tendió los papeles, los que el chico recibió consternado, sin embargo, de igual manera guardó en su mochila.

- No puede, Hoseok perdió - dijo comenzando a enojarse.

- Si, lo hizo, pero adivina que - sonrió burlón - ya se cumplió una semana, ya soy libre.

-No puedes, te necesito.

- ¿Cuando te he dado la confianza para tutearme?

- Lo siento, yo..

- Da igual - guardo las últimas cosas en su mochila y lo miro - pero no lo haces, no me necesitas, te sabes la materia, solo haces que pierda mi tiempo - tomó su mochila y la colgó de su hombro.

El pálido ya había guardado todos sus materiales con los que le estaba enseñando al alfa que lo miraba desesperado, como buscando algo para que se quedara, como si debajo de la mesa podría encontrar tal cosa.

- Te pagaré otra semana - sentenció y sonrió aliviado, como si esa era la respuesta que buscaba.

-Primero - Yoongi se paró frente al alfa y levantó un dedo - no cumples con los horario, por lo que me hacías trabajar horas extras gratis - levantó un segundo dedo- segundo, empiezan mis exámenes y necesito prestarles toda mi atención y tercero - levantó otro dedo más - no podrías pagarme, soy caro y solo le hice un descuento a Hoseok porque le debia un par de cosas.

El chico solo se quedó en silencio como si fuera a llorar y Yoongi le removió los cabellos en despedida y se marchó sin percatarse que el alfa lo miró todo el camino hasta que desapareció.

- Tu pasaras tiempo conmigo Yoongi, ya sea por las buenas o por las malas.

¿QUIERES SER MI ALFA? - JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora