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El día siguiente, Yoongi se presentó en la casa de Jimin con sus mejillas de un color rojo escarlata, pero para la salud mental del peli plata, el menor solo se dedicó a estudiar y a ponerle atención a todo lo que el mayor le explicara.

Los días siguientes habían transcurrido de igual manera, Jimin sólo se dedicaba al estudio y Yoongi a carcomerse en sus pensamientos de porque el menor no volvía a hacer lo que ya había pasado.

¿No le gustó nuestro beso?

Se preguntaba cada día después de que Jungkook lo iba a buscar y se encerrara en su habitación, además de muchas más preguntas relacionadas a lo mismo, creaba historias en su mente, en las cuales el pelinegro se arrepentía de besarlo.

Pero, para Jimin había sido un total martirio aguantarse en deborar aquellos labios rosa palo.
Sin embargo, el ya había prometido que el siguiente paso no lo debía dar él, sino el mayor. Ya estaba convencido y decidido.

Yoongi, después de la primera semana sin recibir siquiera una mirada coqueta o algún indicio de interés, comenzó a idear formas para que el pelinegro se fijará nuevamente en él y hasta quizás se podrían volver a besar.

No es porque el peli plata quisiera su interés —claro que no— solo era porque su lobo se lo exigía. O eso quería creer.

Yoongi probó de todo, pintarse los labios de un apetecible color cereza —que hasta el sabor tenia—, intento morderse los labios cada vez que Jimin lo miraba, jugaba con su cabello en plan "coqueteo", cada vez que jimin cometía un error lo corregía con  cariño y apodos como "no bebé" o "así cariño", pero nada funcionaba.

O eso creía él, pues Jimin ya tenía marcas de uñas permanentes en las palmas de sus manos y en sus piernas.
Quería responder a aquellos pequeños gestos, besarlo con intensidad, pegarlo a la pared y recorrer todo su cuerpo son sus manos, saborearlo completamente, hacerlo gemir y pedir mas.
Pero, tenia la duda de que quizás el —supuesto— beta actuaba así con normalidad, que era coqueto por naturaleza y él estaba mal interpretando las cosas.

Así que solo sufría en silencio y se compensaba — por su buena conducta—  con su mano y la imagen del peliplata, luego de que el mayor se iba a su casa junto a su hermano.

🦁🦁🦁🦁

Yoongi salió de la ducha envuelto en su toalla gris, tomó su botellita dorada de su closet y se miró al espejo de este mismo. Se debatía entre aplicarse los Inhibidores o dejar que su aroma sea libre. Era el último día en que vería al alfa, mañana serían los exámenes y ya no necesitaría más. Debía cautivarlo, su omega estaba desperado.

-Hyung - golpearon su puerta- se hace tarde, Jimin me pidió si podía llevarlo más temprano y yo le dije que si.

Yoongi se asusto, casi dejando caer la botella entre sus manos.

-Ya voy - respondió sin quitar su mirada de su reflejo - solo déjame vestir.

Al no recibir respuesta, suspiró y aplico el líquido de la botella en su cuerpo.
Podía aguantar que el alfa no hiciera caso a sus insinuaciones, quizás hasta el mismo tenía la culpa, nunca había actuado así y quizás nisiquiera dejaba en claro sus intenciones. Pero, lo que no podría soportar, es que el alfa lo rechazará por su aroma o por su naturaleza omega.

Ser un león omega, para Yoongi, era ser un adefesio, con eso había crecido y a eso se aferraba fervientemente. Nadie se había dado cuenta de los pensamientos con los cuales la personalidad de Yoongi se había forjado. Ni mucho menos, el daño que se estaba haciendo.

Si bien, Yoongi al haberse presentado a temprana edad, debía aplicarse los inhibidores desde pequeño porque podía adelantar la presentación de alguno de sus compañeros. Sin embargo, al llegar ya a la adolescencia, el peli plata no quizo dejar de usar los inhibidores, sus padres no le dieron mucha más importancia al haber recibido la respuesta de su hijo de sentirse más cómodo con ellos, pero, esa respuesta traía mucho más consigo. Yoongi detestaba su naturaleza omega, no porque se consideraba débil o algo, sino por ser un león macho, lo había escuchado de pequeño y esas palabras no se habían borrado de su subconsciente.
Además, el hecho de que sus padres ocultaran su olor, había marcado también una parte de aquel omega.

Si sus padres ocultaban su aroma a omega, era porque ellos también se avergonzaban de que su hijo naciera omega, un macho capaz de consevir y no de satisfacer a las leonas.

O eso pensaba él, ya que nunca creyó las razones que le daban sus padres.

Yoongi terminó de ponerse sus ropas y salió de la habitación, volvió a aplicarse un poco más de los inhibido res, pero esta vez en su ropa y se marchó junto a su hermano a la casa del pelinegro.

Esta era su última oportunidad y aunque el utilizar su aroma no estaba en discusión, aún tenía una carta bajo la manga y esperaba que esta le diera los resultados que buscaba.

🦁🦁🦁

- Mira - le paso dos papeles - estos son tus puntajes de la primera semana y estos de esta semana - apunto cada papel respectivame - te haz superado casi un 80%

- ¿Esto quiere decir que hay posibilidades de que me saque un puntaje casi perfecto? - lo miró con cara de cachorrito.

Yoongi se enternecio y asintió con su cabeza.

- Aunque no te lo aseguro, no veo el futuro - tomó unas hojas con aproximadamente 30 hojas y se los entregó - este facsímil tien 80 preguntas, respondelas y veremos que tal.

Jimin asintió y comenzó a realizarlo.

>Disculpa, hace calor aqui dentro, me quitare la sudadera.

Sin esperar respuesta, Yoongi se quitó su poleron, quedando con una camiseta manga larga, sin cuello.
Esta dejaba ver el blanquecino cuello del peli plata, sus clavícula y algunos pequeños lunares.

Jimin mordió su labio y evitó mirar aquel lugar donde la marca de sus dientes quedaría preciosa.
Comenzó a sudar, Yoongi había cerrado los ojos y apoyado su cabeza en su mano, dejando su cuello aun más descubierto, justo en la parte donde sus dientes querían ser enterrados.

-Yo... - intentó hablar, pero solo salían balbuceos.

- ¿Qué pasa? - preguntó Yoongi de manera inocente.

Jimin miró a los ojos a su mayor y luego bajó hasta su cuello, lamiendo sus labios.
El acto no pasó desapercibido por Yoongi y suprimió su sonrisa victoriosa.

> ¿Pasa algo, bebe? - su voz tenía un pequeño tinte de lujuria.

Jimin sorpresivamente se levantó, lamio sus labios y soltó en un jadeo.

-Dejame hacerlo.

¿QUIERES SER MI ALFA? - JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora