Desencuentro

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Disclaimer: Desde las profundidades siniestras de nuestra mente, hemos vuelto, con esta pasión prohibida, rompiendo con las parejas establecidas y desafiando los estándares de la sociedad mágica. Claro, los personajes le pertenecen a JK Rowling.

*La casualidad no existe, y lo que parece un accidente a menudo viene de las fuertes hondas del destino. —Johann Christoph.

*º*º*º

Desencuentro

Draco Malfoy no había asistido a la escuela en las primeras semanas debido a una lesión que se había hecho en la última competencia de Tiro de arco a la que había asistido a mitad de año y cuando se había recuperado había preferido darle prioridad al arco que a los estudios que tomaba en casa, pero ahora no podía simplemente evadir la responsabilidad, no con lo estricto que era su padre.

Ese día sólo había ido a poner en orden sus documentos en Control Escolar, pero de repente ya tenía a Pansy revoloteando a su alrededor como una paloma en una lámpara; la separó apenas poniendo un esfuerzo en ello.

—No me interesa —comentó con fastidio.

—Es esa que viene ahí con Lunática Lovegood —comentó haciendo una expresión fea.

Malfoy siguió la dirección encontrando a Lovegood, luciendo extraña como siempre y a su lado venía una pequeña duendecilla de cabellos rojos, enfundada en ropa deportiva de la escuela.

—No veo porqué te importa tanto... sólo es un fenómeno más.

Pansy sonrió satisfecha al escucharlo. —Es una sin recursos, ya le hemos dado la "Primera Advertencia".

—Entonces su suerte ya está decida —comentó sin darle mayor importancia.

*º*º*º  

Ginny llegó a la escuela en su bicicleta, estaba por ir a los parqueaderos cuando un coche lujoso pasó a su lado demasiado cerca logrando que ella se desestabilizara y cayera.

No fue algo aparatoso, pero seguramente le saldrían un par de moretones y tenía raspada la palma de la mano con la que se había detenido de no estrellarse de lleno con todo y cara en el asfalto.

—¡Eres un bruto! —gritó tratando de memorizar la matricula.

Se sacudió aún mordiendo palabras de odio y como era de esperarse a nadie de los que pasaba por ahí le importaba lo que le ocurriera, ni siquiera se habían detenido. Alzó su bicicleta y comenzó a andar, ¡afortunadamente podía hacerlo bien!, sus piernas valían oro y debía cuidarlas mucho.

Dejó su bicicleta y le colocó la cadena. Ahora necesitaba pasar al tocador para poder limpiarse un poco. Estaba yendo hacia la entrada cuando vio el auto responsable de su desgracia del cual salió el chico que había estado con la vaca de Pansy el día anterior. ¡Claro, tenía que ser de ese grupo de estirados sin educación!

Draco ajeno a Ginny hablaba por el celular, estiró su mano libre para sacar su bolso del auto.

—¡Oye tú, oxigenado! —exclamó Ginevra, pero al ver que él no respondía, fue hasta donde estaba y con un brinco le quitó el celular del oído— ¡Te estoy hablando paliducho!

—Pero... ¿qué diablos?

—Tú casi me matas cuando entraste en el estacionamiento, me tiraste de mi bicicleta y exijo una disculpa adecuada.

Draco soltó un sonido burlón. —Ni siquiera sabes con quién estás hablando —respondió, arrebatándole su celular, cerrando la puerta—. ¡Piérdete, cabeza de zanahoria! —La pasó y volvió a ponerse el celular en oído, mientras activaba la alarma de su coche—. Sí, sigo aquí, sólo se trataba de una loca que quería mi atención...

Ginny emitió un ruidito de coraje hasta la sangre se le subió al rostro. Iba a terminar con canas verdes con tanto coraje que hacía ahí. Lo siguió y le aventó su mochila a su espalda. —¡Detente ahí, patán!

Malfoy soltó un quejido y se volteó realmente molesto, sus facciones aristocráticas estaban torcidas. —¿Eres una sin recursos, no? —mencionó al verla con mayor detenimiento reconociendo a la chica del día anterior—. Ya deberías haber aprendido dónde es tu lugar, pobretona.

Gievra comenzó a aplaudir. —¡Vaya que tienes el cerebro hecho agua!, ¿Qué todos aquí es lo único que saben decir? Sí, soy becada ¿y qué? No eres mejor que yo, ni tú, ni ninguno de los que se burlan de los estudiantes que son como yo. ¿Dinero? No lo hiciste tú, es de tu familia... de seguro nunca en tu vida has trabajado por algo, ni pagado algo con tu sudor, pero no espero que lo entiendas... sólo eres mierda con dinero, un chupón de oro inútil... no tienes nada aquí adentro —Señaló su corazón—, ni aquí —Movió su mano hacia su cabeza—. Eres una basura para la humanidad.

Draco estaba completamente verde de enojo, podría haberse convertido en Hulk, si tuviera esa clase de poder, pero no era el caso. Jamás una chica le había hablado de esa forma y venía ésta sin recursos, ni influencias, ni poder a querer darle una lección.

Fue hasta ella y le tomó la muñeca con fuerza, se inclinó hacia ella para que lo viera perfectamente. —¿Qué sabes tú sobre mí? Nada... te metiste con la persona equivocada —Observó su nombre en su identificador de prendedor—. ¡Bienvenida al infierno, Weslette!

—¡Suéltame!

—Nos veremos pronto —soltó con una sonrisa picada. Soltándo su agarre, aventándola.

—Grandísimo idiota, debería darle una paliza —murmuró sin temerle. ¡Por Dios, se había criado con seis hombres! Sabía de más cómo tratarlos y éste mimado no iba a ser la excepción.

Con rabia contenida lo miró alejarse, tenía ganas de darle su merecido, pero se contuvo como pudo, no necesitaba otro castigo por ahora. Fue por su mochila, que ahora también estaba sucia,

¡Genial! Bonita forma de comenzar el día.

*º*º*º

Ginny se lavó la mano se le estaba formando un cardinal por la fuerza con la que ese idiota la había agarrado, se reviso notando que también tenía una raspadura leve en la rodilla, entonces no le quedó de otra y fue a la Enfermería a que Madam Pomfrey le pusiera un vendaje correcto.

Después de un interrogatorio de parte de la enfermera, en el que apenas dijo un par de palabras que ni siquiera se acercaban del todo a lo que había pasado, volvió a su salón lista para la primera clase con la profesora Minerva.

—Te conseguí algunos de los libros con Neville para remplazar los que se estropearon por la pintura —comentó Luna dejándolos sobre su mesa.

—¿Él ya no los ocupa?

—No, no, descuida, él ya tomó estás clases.

—Gracias, si me lo presentas también se lo agradeceré —comentó aliviada—. Pensé que tendría que conseguir un trabajo nocturno para completar el dinero y comprarlos.

—Ya estás suficientemente ocupada con tu trabajo de medio tiempo, la escuela y entrenar.

—Lo sé, por cierto me tope con ese tipo de ayer que estaba con la perra de Parkinson y es igual o peor que ella. Y mi impresión sobre él va de mal en peor...

Luna arqueó sus cejas con interés. —¿Qué fue lo que pasó?

—Luego te cuento —murmuró torciendo sus labios, haciendo un ademán con su mano.

—Así que eso es... —susurró observando la carta de tarot que tenia sobre su libreta "Los Amantes".

*º*º*º


Now or NeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora