Caos

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Disclaimer: Desde las profundidades siniestras de nuestra mente, hemos vuelto, con esta pasión prohibida, rompiendo con las parejas establecidas y desafiando los estándares de la sociedad mágica. Claro, los personajes le pertenecen a JK Rowling.

*Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre. —Enrique Jardiel Poncela.

*º*º*º

Caos

Ginny no logró quitarse el desazón de aquella horrible escena que había presenciado y que seguía reproduciéndose en su mente como una vieja película en su mente y que había logrado sobreponerse a cualquier otro pensamiento con el que quisiera distraerse o concentrarse.

«No era él metiéndose en peleas, era su padre golpeándolo.»

Todas esas veces que lo había visto con golpes nuevos se había tratado de eso, ahora todo encajaba. Ahora sabía la razón por la que iba a ese barrio, era un lugar seguro donde a nadie le importaría su aspecto, no habría preguntas y así mantendría su anonimato... todo lo contrario a lo que sería en un lugar de su clase.

¿Quién diría que él podía esconder algo así?

No lo vio por el resto del día y no era para menos. Cerró la llave de la ducha, había tenido una práctica poco productiva e incluso había salido con un gran regaño de parte de la entrenadora asistente.

Ese día había sido demasiado largo y todavía le faltaba la plática con sus padres.

Salió de la escuela entre cuchicheos, al menos sólo había sido eso. Ni siquiera había cruzado la puerta cuando vio a su hermano Bill, su papá en verdad no había hablado en vano y también sabía porqué lo había escogido a él.

Echó una carrera hacia Billy y se dejó abrazar, sintiéndose pequeña entre sus brazos. Siempre le había gustado la sensación de seguridad que venía con él, pero también la rebeldía y la diversión de su carácter, que no había menguado a pesar del accidente que había tenido hacia un tiempo y resultado de éste eran las cicatrices que poseía en su cuerpo y rostro. No era ningún desfigurado, en realidad le aportaban un aire de misterio y seguía siendo el más guapo de sus seis hermanos.

—¿Qué ocurre? ¿De qué va todo esto? ¿Por qué papá quiso que viniera por ti?

Ella se quedó quieta, conectando sus ideas.

«No lo sabe, ¿por qué no se lo dijo?».

—Eh... nada.

Bill la separó frunciendo su ceño en una profunda "v", sus ojos azules bailaron por el rostro pecoso de su hermanita, buscando respuestas.

—Ya lo averiguaré —comentó confiado y ella también haría lo propio con su padre.

*º*º*º

Snape dejó una bolsa de medicina en la mesa de centro de su oficina.

—Ponte eso.

Draco miró la bolsa de medicina y regresó su mirada a su padrino. —No es por eso que estoy aquí, si quisiera eso hubiese ido a la Enfermería.

—Ve a casa, hablare con tu padre...

—¿Qué relación tiene mi padre con Arthur Weasley? —soltó de golpe sin querer adornar su interés.

Snape lució visiblemente desconcertado por apenas unos segundos antes de girarse y mantener su temple por el que era tan conocido, con esa expresión seca.

—No sé de qué hablas.

Draco juntó sus cejas, su intuición no podía estar fallándole ahí había pasado algo incluso su padrino guardaba silencio ante ello. —Lo averiguaré —afirmó dejando el lugar de malagana.

Severus lo siguió con la mirada sin hacer ningún intento por detenerlo. Sabía que tarde o temprano Draco vendría a él con preguntas, pero no estaba listo para tener las respuestas.

Debemos vernos. Tecleó en su celular y mandó el mensaje a uno de sus contactos.

*º*º*º

Arthur y Molly tuvieron una larga charla privada con Ginny, ella aceptó lo que había ocurrido y lo que había hecho. Ellos le preguntaron si de verdad quería seguir ahí, pero ella aún no tenía una respuesta, su cabeza era una batalla al respecto. Por lo que entonces aceptó cumplir con lo que venía en el escrito que les había dado la profesora y que sin duda no sería nada fácil, pero tal vez de eso se trataba de que no sólo viera por ella sino por todos lo que en esa escuela vivían ese terror y que merecían tener un cambio.

—Tendrás mi apoyo y el de Neville.

Ella se giró hacia Luna, había ido a verla esa noche, porque en realidad necesitaba desahogarse. La observó tan tranquila en su cama cruzada de piernas mientras comía una naranja.

—¿Qué tanto conoces a Malfoy? Dijiste que las primeras impresiones nunca son las correctas refiriéndote a él.

Lunita se llevó un gajo de naranja a sus labios y sonrió con misterio. —¿Qué es lo que quieres saber?

—Lo que tú sabes, que supongo es la razón por la que no lo ves como un idiota total.

—¿Por qué deseas saberlo? Creí que eras antiMalfoy completamente.

Al momento Ginny brincó alegando: —Lo soy, es decir... es un bastardo, pero —Se quedó callada sin saber cómo contarle lo que vio— creo que hay más —Completó desviando la mirada sobándose su brazo ante el escalofrío espantoso que volvió a atravesarla al tener otra vez esas imágenes presentes.

—Lo sabes —pronunció Luna en un tono que dejó atrás toda alegría que su voz contenía, dejó la naranja de lado y miró hacia la ventana reviviendo el pasado tormentoso de Draco, en el que había estado presente sin proponérselo y por el cual también tenía una herida.

—¿Qué? ¿También lo sabes? ¿Qué sabes?... ¿Qué su padre...?

—¿Lo golpea? Sí —Aceptó regresando su mirada nublada a Ginny, compartiendo el mismo sentimiento de pesadez.

*º*º*º

Draco estaba en una sala de un lugar que compartía con sus amigos, en realidad le pertenecía a Theodore pero solían perder el tiempo ahí, era una especie de baticueva. Tomó un trago de su whisky, su celular volvió a sonar, era la quinta vez que se reflejaba el número de la mansión Malfoy en su pantalla.

—No irás a casa de nuevo.

—Necesito algo de ti.

Theo se extrañó de escucharlo decir eso, no eran palabras que su amigo dijera sin un proceso detrás. Malfoy nunca pedía favores ni siquiera a los que eran sus amigos. Observó su rostro, poniendo atención en su golpe, comprendiendo que algo muy grande había pasado.

—Sólo dilo.

Draco se levantó y fue hasta la pared de vidrios que dejaba ver una gran vista de la ciudad y con la vista puesta en el punto donde se encontraba el cementerio rompió el silencio: —Quiero que tu padre me represente en un caso y el número de un detective de su bufete.

Theodore no se impresionaba fácilmente, pero esta vez su amigo había logrado que lo estuviese, pues sólo basto un momento para que su mente corriera veloz entrelazando sus deducciones.

Draco iría contra Lucius.

*º*º*º


Now or NeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora