Pelea

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Disclaimer: Desde las profundidades siniestras de nuestra mente, hemos vuelto, con esta pasión prohibida, rompiendo con las parejas establecidas y desafiando los estándares de la sociedad mágica. Claro, los personajes le pertenecen a JK Rowling.

*No podrás ganar todas tus batallas, así que elige bien las que quieres pelear.  

*º*º*º

Pelea

Estaba anocheciendo, los entrenamientos de los equipos habían terminado hacía rato, Draco acaba de salir de los vestidores, iba con su maleta hacia el estacionamiento cuando le dieron alcance Crabbe y Goyle, caminando un paso detrás de él.

—Esta hecho, Draco —comentó Crabbe riendo.

—Quedó inservible.

—Tendrán lo acordado —respondió saboreando su maldad.

«Quiero ver la cara que pondrá.»

Esperaba no perderse ese espectáculo, no podía negar que encontraba entretenido aquello y en esos días pocas cosas lo hacían sentir algo.

Llegó al estacionamiento y se recargó en su coche con Crabbe y Goyle a su alrededor.

—¿Están seguros de que no se ha ido?

Goyle levantó los hombros y Crabbe se rascó la nariz.

—Par de tontos —exclamó sintiendo que había perdido aquella oportunidad. Se incorporó y miró su reloj con impaciencia, ella no podía haber salido antes que él. Escaneó el lugar buscándola, tenía que aceptarlo la probabilidad de que estos se equivocaran de bicicleta era alta, pero claramente les había dicho cuál era.

Escupió una maldición explosiva y estaba a punto de ir contra ese par de trolls, pero entonces sus ojos la encontraron, era imposible no darse cuenta de su presencia con ese cabello tan llamativo y que... ahora lucía suelto y húmedo, como una nube de fuego que enmarcaba su cara.

—Ahí esta —anunció Crabbe riendo.

Draco olvido su enojo, asintió lentamente y se preparó para ver el espectáculo. Recargó sus brazos en el techo de su auto y colocó su cara sobre estos para ver.

Ginny caminaba hacia su bicicleta con la llave del candado entre sus dedos, jugando. Estaba de buen humor, hoy saldría con amigos de su vieja escuela, razón por la cual se había arreglado un poco.

Al llegar al parqueadero la consternación gobernó en su expresión, su boca cayó. ¡Su querida bicicleta estaba desvalijada!, soltó un sollozo mientras se acercaba. Dejó caer una rodilla al suelo mientras tocaba el manubrio.

Mataría a quién había hecho eso. Se pasó la mano por los ojos limpiando los rastros de lágrimas, se incorporó buscando al culpable, podían ser muchos, sólo bastaba ver cómo la estaban viendo todos los que estaban ahí, sacando sus celulares, disfrutando de su desdicha.

Y a metros de ahí estaba el responsable siendo tan estúpido, porque el asesino siempre vuelve a la escena de su crimen para regocijarse de lo que ha hecho. Se quitó la mochila y el bolso, aventándolo sobre lo había sido su bicicleta y sin dudas se fue contra Draco Malfoy.

Draco al principio había sentido una gran diversión, pero esa chispa se había extinguido como la flama de un cerillo y ahora mientras veía a esa chica quebrarse por un objeto tonto, sintió un retorcijón en su panza, uno que no era bueno.

Y no estaba riendo, de hecho estaba con una mueca indescifrable observando la transformación de emociones que estaban cruzando por aquella chica. A su alrededor podía escuchar las risas, las bromas, a Crabbe y Goyle hablándole pero era como si no pudiera terminar de reaccionar.

Ginny con sus entrañas retorciéndose de enojo fue en busca de ese niño mimado. —¡Tú maldito hijo....! —gritó tratando de llegar a él, pero Crabbe y Goyle la alejaron de Draco.

—¿Qué quieres? —profirió automáticamente.

—¡Fuiste tú!

—¿Yo qué...? —comentó haciéndose el desentendido, girando su rostro para evitar su mirada.

Ginevra manoteo incansablemente, logrando pasar entre el par de gorilas. —¡Destruiste mi bicicleta!

Él le tomó las manos intentando evitar que se le acercara más, pero ella insistió removiéndose y él le dio la vuelta pegándola contra su pecho con su brazo debajo de su cuello.

—¡Esta vez no, Weasel!

—¡Suéltame...! —Levantó su codo para darle en la cara como le había enseñado Cedric, pero eso no funcionó. Entonces puso en práctica la siguiente maniobra, utilizando su peso y colocando sus pies de forma estratégica logró alzarlo y voltearlo, dejando que se estrellara contra el asfalto.

Draco estaba muy sorprendido para cuando abrió los ojos, todo había pasado muy rápido, apenas y podía respirar ante el dolor inminente en su espalda, hombros y cabeza.

Ginny se había desequilibrado un poco, pero en cuanto se recuperó se montó arriba de él tomándolo de sus solapas. —¡Discúlpate!

¡Por lo que fuera esta mujer estaba loca! Apenas le estaba regresando el aliento y ahora ya la tenía encima. —Quítenmela... —pidió entre quejidos.

—No se atrevan a acercarse —murmuró en advertencia Ginny para el par de gordos, que estaban con las bocas abiertas ante lo que estaban viendo, jamás habían visto una chica tan loca.

Malfoy intentó quitar sus manos de su ropa, pero ella se negó, aferrándose a ésta hasta que sus nudillos se pusieron blancos. —Hazlo, eres una basura...

—Maldita loca —rumió después de más manotazos, finalmente logró minimizarla y voltear las posiciones, imponiéndose. Colocándole los brazos sobre su cabeza para inmovilizarla.

Ginny respiraba como un toro y se removía debajo de él como una serpiente, mientras escupía toda clase de disparates. Él estaba choqueado por la energía, intensidad y nivel de furia que manejaba esa chica en ese pequeño cuerpo. La fricción creció entre ellos, definitivamente las cosas se habían salido de control como nunca y él sólo quería que dejara de comportarse como una maniática de una jodida vez.

—¿Qué clase de comportamiento es este? —preguntó la profesora Minerva McGonagall—. ¡Levántense ahora!

El mundo que giraba a su alrededor volvió a cobrar sentido

Draco la soltó de mala gana incorporándose con un movimiento rápido, mientras ella le llevó un poco más mientras se sacudía el polvo, tenía el cabello hecho un desastre.

—Los demás retírense a sus casas y ustedes dos a mi oficina.

*º*º*º

Ginevra con cada paso que daba detrás de la mujer madura sabía que se había metido en un gordo problema, las tripas se le retorcían de coraje pero también tenía miedo, si esto terminaba mal podría perder su beca y sus padres... no quería pensar en ellos, pero estarían tan decepcionados.

A su lado Draco no podía ir más malhumorado, caminaba con las manos en los bolsillos maldiciendo todo y nada. Él no estaba para perder el tiempo en estás tonterías, se suponía que aquello debería haber terminado de otra forma y ahora esa vieja bruja le echaría un sermón.

*º*º*º


Now or NeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora