Intimidación

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Disclaimer: Desde las profundidades siniestras de nuestra mente, hemos vuelto, con esta pasión prohibida, rompiendo con las parejas establecidas y desafiando los estándares de la sociedad mágica. Claro, los personajes le pertenecen a JK Rowling.

*Estamos irreversiblemente atraídos por quién nos traerá los problemas necesarios para nuestra propia evolución. ―Alejandro Jodorowsky.

*º*º*º

Intimidación

Draco se encontraba sentado al lado de la pelirroja loca en el Despacho de la profesora Minerva. ¿Acaso era algún tipo de maldición?

Tamborileó sus dedos sobre el posabrazos de la silla con impaciencia, aquel discurso de esa vieja dictadora parecía no tener fin y era claro que estaba centrado en él, en todo lo que ella desaprobaba sobre él, sus amigos y era terriblemente desesperante.

―...tendrán que hacer estás actividades y no hay objeciones ―dijo finalmente, atravesando con su mirada a Malfoy―. No quiero más retrasos.

Esto era más que ridículo, aunque... Draco se detuvo a pensarlo un momento, recordando un detalle que había estado dándole vueltas en la cabeza desde que se habían reunido en esa habitación con sus padres.

Tal vez le venía bien con sus planes todo esto y de pronto ya no era tan molesto. Él quería algo de esa chiquilla después de todo.

Draco rodó sus ojos con fastidió, reconectándose con la conversación. ―No los habrá.

―Seguiré de cerca su trabajo, así que es mejor que no intente nada con sus amigos.

―Estoy seguro que lo hará ―replicó entre dientes.

La reunión siguió con más indicaciones por parte de la profesora. Ginny salió primero de la habitación, se sentía realmente incómoda, asfixiada y con una ansiedad que la estaba haciendo mordisquear sus uñas. Una parte de ella quería irse, pero de cualquier forma tenía que ponerse de acuerdo con él y eso ya representaba en sí todo un reto, porque si ella no presionaba estaba segura que Malfoy menos lo haría.

Malfoy apareció instantes después, su cara lo decía todo, estaba realmente harto. Ella carraspeó tratando de llamar su atención, él se detuvo mirándola de reojo.

Ginny soltó una exhalación y habló: ―¿Cuándo lo haremos?

―Mañana a las 7 en las mesas.

―Tengo práctica, será a las 9.

―Como sea —replicó alzando sus hombros, alejándose.

Ginny apretó sus labios tragándose cualquier otro intento por querer entablar una conversación con él, definitivamente este proyecto sería un desastre. Con la cabeza echa un nudo avanzo a los lockers, era toda una pesadez esta situación. Él era como una ecuación que no terminaba de entender.

—¿Por qué esa cara larga? ¿Te molestó Malfoy de nuevo? —preguntó Neville al verla.

—Él siempre es como una piedra en el zapato.

—O un grano en el culo —añadió Luna, logrando que sus otros dos amigos la voltearan a ver con una cara de estar a punto de explotar en risas y así fue.

*º*º*º

Ginevra había tenido una larga práctica esa tarde sólo deseaba irse a casa ya, estaba en las duchas aseándose como cualquier otra tarde, cuando había ido ahí habían varias chicas, pero ni siquiera supo en que momento terminó siendo la única ahí.

Cerró las llaves, enredó su cabello escurriéndolo, se giró tomando la toalla que había llevado, colocándosela alrededor de su figura. Recogió sus cosas de aseo y se dispuso a salir, ahí fue cuando sintió que algo iba mal, la sensación la inundo hasta el punto en que un escalofrío la recorrió y era del tipo que te hacía pensar que algo malo pasaría como en escenas de películas de terror.

Sus ojos recorrieron el lugar con ansiedad, apresuró el paso, salió de las duchas y se dirigió a las filas de lockers, era lo mismo, no había nadie ahí.

«¡Carajo!».

Se había confiado demasiado. Era obvio que no la habían dejado en paz.

Sus sentidos estaban alertas, llegó a su lugar y con temor vio que su candado estaba roto. El frío se adueño de ella y no era por el ambiente si no porqué ya estaba temiendo de que iba todo eso.

—Esas perras... —exclamó con coraje. Abrió la puerta sólo para comprobar que lo habían vaciado. Se habían robado su bolsa deportiva y habían dejado una estúpida cámara pegada en el fondo del casillero con una nota.

3ra Advertencia

Arrancó el cuadro de la cámara y la aventó lejos y gritó de frustración, dejó su bolsa de necer en la banca, pensando que iba a hacer. No podía salir sólo en toalla.

No sabía si esas locas seguían ahí o no, capaz que era el preámbulo de algo más. Avanzó con cuidado buscando si acaso había más toallas, una bata, algo que pudiera ponerse, pero no había nada, esas no habían dejado nada al azar. Sabía que había un conducto para echar las toallas sucias que se dirigía al sótano donde intendencia se encargaba de lavarlas, pero era imposible que ella llegará ahí.

Su mochila estaba en el edificio de la escuela en su locker, por lo menos eso esperaba que siguiera ahí, porque iba a necesitarla, pero lo primero era pedir ayuda, pero ¿a quién? No tenía su celular.

Luna seguramente en el periódico, Neville quizás ya estuviera en su casa. ¿Los profesores? La sala estaba al frente del edificio, lo que implicaba salir de ahí y rodear. Tal vez alguien más podía entrar pero y sí no, estaría ahí hasta que hicieran la ronda de vigilancia y sería muy tarde, francamente estaba en problemas.

No lo pensó mucho, debía acudir a los profesores por muy vergonzoso que fuese, llegó hasta la puerta, se asomó todo parecía muy tranquilo, pero era extraño que nadie más hubiera entrado ya o salido.

Se atrevió a salir con gran cautela, la luz del sol se había metido dando paso a un par de puntos brillantes en el cielo azulado. Las sombras de los árboles la ayudaron a esconderse, afuera aún había movimiento. Lo que reafirmaba su teoría.

—¿Estás perdida, Weasley? —soltó Flint con su pandilla, cerrándole el paso. Lanzándole una mirada que le dio asco a Ginny. Se aferró a su toalla, retrocediendo lentamente.

—Mírenla, pobrecita —comentó Pansy con su celular grabando, su sonrisa era tan grande que parecía no caber en su rostro mimado.

Ginny tenía unas enormes ganas de llorar y a pesar que su mandíbula estaba temblando, se mantuvo entera. No iban a lograr su objetivo.

—Largo de nuestra escuela pobretona —soltó Derrick, avanzando hacia ella. Intimidándola.

—Sáquenla y que no se lleve la toalla —ordenó Pansy, riendo horriblemente.

Weasley apretó sus manos sobre el nudo de la tela, azorada clavó sus ojos en Pansy. —No lo vas a lograr, pagaras por esto —mencionó franca con una seguridad que le arrancó la alegría mezquina a Parkinson.

—¿Cómo te atreves...?

Ginevra no se quedó a saber que más saldría de su boca podrida, no podría enfrentarla en esas condiciones estaba en desventaja de muchas formas, así que hizo lo que mejor sabía. Correr.

—Se esta escapando...

—¡Atrápenla!

*º*º*º


Now or NeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora