Confesión

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Disclaimer: Desde las profundidades siniestras de nuestra mente, hemos vuelto, con esta pasión prohibida, rompiendo con las parejas establecidas y desafiando los estándares de la sociedad mágica. Claro, los personajes le pertenecen a JK Rowling.

*Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni dónde. —Pablo Neruda.

*º*º*º

Confesión

Ginny lloró bajo la lluvia caliente de la ducha de los Lovegood, finalmente salió y su amiga ya le había preparado una muda.

—Él sigue aquí —mencionó mientras secaba su cascada roja.

Él aire caliente cosquilleaba alrededor del cuello de Ginny, se miró en el espejo, aún tenía una cara de susto que detestaba. Su corazón se agitó un poco al saber que Cedric aún estaba esperándola, pero su presencia ahí era chocante y desconcertante, muchos pensamientos locos ya estaban brincando en su mente con gran intensidad.

—¿Cómo llegó él ahí?

—Somos vecinos, ya sabes... un día después de aquella pelea que tuviste con Malfoy en el estacionamiento, nos topamos aunque no creo que haya sido casualidad y me dio su número, me dijo que si te ocurría algo se lo hiciera saber.

Ginevra se sobresaltó, se giró enfrentando a su amiga de ojos saltones. —¿Por qué no me lo dijiste?

—Él no quería que lo supieras y yo no creí necesario, después de todo las cosas se habían calmado un poco, pero esta vez se excedieron, creo que Pansy lo ha tomado completamente contra ti —explicó encogiéndose de hombros.

—Esta loca, pero todo esto va a cambiar Luna, te lo puedo prometer —manifestó con gran coraje.

—Tranquila, pequeña luchadora, un paso a la vez —profirió—. Sé que lo harás porque has logrado conectar con Draco y eso no es sencillo. Siento que los astros los han unido con un propósito.

La pequeña Weasley volvió a rodearse de un halo de tristeza. —No lo creo.

—Te ayudó y pudo no hacerlo, fue en contra de sus amigos. Las primeras impresiones suelen no ser las correctas, ¿cierto?

Ginny sintió un escalofrío al recordarlo, la ropa de él yacía doblada en la cama de Luna. Ahí estaba de nuevo eso que él le provocaba y que le rompía la cabeza, la alteraba y volvía loca.

*º*º*º

Cedric se levantó del sillón apenas Ginny apareció, la recorrió de pies a cabeza, confirmando que se encontraba bien. Tranqulizándose al menos un poco, ella le dedicó una sonrisa suave, de esas que le hacían lucir infantil aún pero dulcemente atrayente.

—Los dejaré hablar, iré a preparar algo de té.

—¿Estás bien? —comentó caminando hacia ella.

—Lista para la revancha —bromeó levantando su puño.

—No sabes mentir —comentó atreviéndose a tocando su barbilla.

Ginny abrió muchos sus ojos, sus mejillas resplandecieron sin que pudiera evitarlo. Llevó su mano a la de él, alejándola de su cara. —Cedric... —Ni siquiera podía decirlo.

«Capaz soy sólo yo alucinando, él no puede estar interesado en mí. ¡No hay forma!».

Él se encogió un poco de hombros, la sonrisa que esbozó estaba llena de nerviosismo. Se pasó mano por su cabello despeinándolo. —He sido muy obvio —barbotó y se obligó a caminar un poco por la estrecha sala, recalculando todo y nada, porque estaba siendo pésimo para una declaración y eso era horrible, no era un niño, no tenía ni siquiera la edad de ella que era por eso que se había detenido mucho de hablar sobre ello, pero era precisamente su presencia la que lo hacía sentirse el rey de los tontos.

Now or NeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora