𝕮𝖆𝖘𝖆𝖉𝖔 𝕮𝖔𝖓 𝕰𝖑 𝕰𝖓𝖊𝖒𝖎𝖌𝖔 ♡KookMin♡

capítulo 30

Sufriendo por el enemigo...

Jimin se encontraba en el baño con una prueba de embarazo en sus manos, que le confirmaba todas sus sospechas, mientras lagrimas corrían por sus mejillas, la verdad no tenía ni idea si lloraba por la emoción de estar embarazado o el dolor que lo consumía por dentro, al recordar que Jungkook era un bastardo que lo engaño y no estaría para él en esos momentos, ese maldito debía estar entre las piernas de su amante divirtiéndose y riendo a su costa.

Ya habían pasado dos semanas desde la última vez que lo vio, cuando lo hecho de la casa, sin embargo ese hipócrita había regresado día tras días, pidiendo perdón por mentirle y una oportunidad para aclarar las cosas, Jungkook le lloraba en la puerta jurando que él no le era infiel.

Cómo si Jimin fuera tan estúpido y creyera en sus palabras de nuevo, afortunadamente el rubio había mandado a cambiar todas las cerraduras de la casa la misma noche que mando al demonio a Jungkook, impidiéndole volver a entrar, no quería verlo nunca más en su jodida vida, también mantuvo apagados y desconectados los teléfonos.

Jimin le pidió a sus padres no interferir, diciéndoles que solo era una discusión de pareja y que la empresa no se vería afectada, aunque Shin Hye no se quedó muy convencida, Ji Hyun le prometió a Jimin mantener a su madre lejos del asunto.

Pero por cada día que pasaba lejos de su esposo, Jimin se sentía tan deprimido, lo echaba de menos, el rubio a veces se odiaba a si mismo por extrañar tanto a Jungkook, de verdad lo extrañaba infernalmente, sus mimos y esos pequeños detalles tan pervertidos y románticos a la vez que solo se le ocurrían a un perro calenturiento como Jungkook, aunque todo eso había sido parte de una vil mentira, Jimin lo amaba, lo amaba tanto que dolía, como quisiera odiarlo, pero ahora llevaba a su hijo en el vientre y ese pequeñito fruto de su “amor” lo uniría  Jeon por siempre.

Ahogando un sollozo con una de sus manos, trato de tranquilizarse, tal vez las hormonas del embarazo lo tenían más sensible, había tenido que poner todas las fotos de su matrimonio boca abajo, porque cada vez que las veía se ponía a llorar y le daban esas malditas ganas de correr y buscar a Jungkook para abrazarlo y  decirle que lo perdonaba, sentía decepción, amor, odio hacia el castaño, pero también ilusión por estar embarazado, tantos sentimientos encontrados que pensaba que su cuerpo no resistiría tanto sufrimiento.

—Jiminnie bebé ya sal me tienes desesperado ¿Cuál fue el resultado? — Jin estaba fuera del baño esperando a que su mejor amigo saliera.

El ahora pelinegro estaba muy preocupado por Jimin, el rubio no quería comer y cada vez que probaba bocado las náuseas le ganaban y terminaba devolviendo todo en el escusado, cuando Jin se enteró de la infidelidad de Jungkook enserio quería arrancarle la cabeza y cortarle las pelotas con un cuchillo de sierras, pero ayer que tuvo que ir a la empresa a llevarle a Namjoon unos papeles que su prometido había dejado en casa, se encontró con Jungkook en el pasillo y lo único que el castaño le había causado era lastima.

Y eso lo hizo dudar  ¿realmente Jungkook engañó a su mejor amigo? escucho unos sollozos detrás de la puerta y se puso alerta —Minnie cariño, ábreme dime que ocurre sabes que tienes todo mi apoyo eres como mi hermanito menor, jamás te dejare solo, ábreme ¿quieres? — Jin hablo usando una voz sumamente suave, protectora y un poco maternal.

Jimin abrió la puerta con los ojos llenos de lágrimas —E-estoy e-embarazado —susurró casi inaudible.

A Jin se le rompió el corazón, jamás había visto a su Jiminnie tan devastado, lo estrechó entre sus brazos —Tranquilo Minnie, un bebé es una bendición sin importar las circunstancias —

—Lo sé, Jin yo lo sé, amo a mi hijo con todo mi corazón es el único que me da las fuerzas para seguir, pero ¿Ahora qué hago? Creí que cuando  quedara embarazado Jungkook estaría aquí para mí, y seriamos felices con la noticia de tener un bebé de los dos y ahora.. — Las palabras de Jimin murieron entre sollozos enterrando rostro en el pecho de su mejor amigo.