Capítulo 7

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Amable con el enemigo.

Cuando Jungkook regreso a casa, estaba ansioso le temblaban las manos y aunque se las secaba en su pantalón no dejaban de sudar y eso que aun un había abierto la puerta de su auto.

¿Debió haberle traído algo al rubio para que lo perdonara?

<<Claro que no, eres Jeon Jungkook tu sola presencia es un regalo>>

Una vocecilla egocéntrica en su mente, pero no le hizo caso, en vez de bajar y entrar a la casa, Jeon volvió a encender el auto, tenía que encontrar algo para regalarle a Jimin, ¿pero que le podría regalar? Conocía algunos de sus gustos, vestía ropa elegante y de marca, amaba los anillos y también los pendientes, pero ¡Dios! era muy tarde ya pasaban las diez de la noche, ¿Qué tienda decente estaría abierta a esa hora?

Jimin había estado esperando a Jungkook para cenar y cuando escucho el motor del auto apagarse supo que su esposo había llegado, sin ser notado, con mucha cautela se asomó por la ventana, Jungkook no daba señales de bajar. << ¿Qué le pasa a ese imbécil?>> se preguntó, estaba a punto de abrir la puerta y decirle que dejara de ser estúpido y entrara, Jimin tenía hambre y llevaba mucho tiempo esperándolo para cenar, pero antes de que pudiera abrirla Jeon encendió su auto y se marchó.

¡Imbécil! Si, Jungkook era un maldito imbécil, Jimin se había esforzado tanto para hacerle de comer, la cena era una deliciosa pechuga de pollo azada bañada en salsa de champiñones, junto a una fresca ensalada de lechuga y puré de papas, todo había quedado tan delicioso que solo esperaba ver la cara de Jungkook cuando probara su perfecta obra culinaria.

Pero ahora se sentía tan estúpido, seguro que las palabras de Jeon esta mañana eran puras mentiras, Jimin dejo de sentirse el ser humano más hermoso del planeta, y se vio como el patito feo del cuento, Jungkook seguro tenía ese tal niño, o cualquier otro prostituto de paso, por eso no quiso entrar a casa con él, pero de igual forma eso no debía importarle a Jimin, pues no le interesaba nada de lo que Jungkook hiciera con su vida.

Además gracias al bastardo de Jeon había perdido el apetito, tenía un nudo en la garganta y sentía una punzada en su pecho, por eso mejor decidió acostarse en el sofá y ver televisión, << ¡Ja! Quien diría que aun pasaran su serie favorita de su adolescencia por la televisión>>

<<Diario de Vampiro>

Dos hermanos vampiros compitiendo por el amor de una humana, cliché, la idiota de Elena no merecía toda la atención de Damon y Stephan, Jimin sabía que él era mucho más hermoso que la protagonista de esa estúpida serie, se acurruco en el sofá sin quitar los ojos de la pantalla.

"ver esto era mucho mejor que pensar en Jeon follandose a alguno"

Jeon por su parte ya había dado muchas vueltas buscando algo en el centro de la ciudad para regalarle a Jimin, pero nada de lo que vio le había gustado en lo más mínimo, y el tiempo se le agotaba estaba a punto de rendirse cuando un detecto un último letrero brillante.

Byun florits

Flores, si eso le llevaría al enano, era bastante trillado pero a las personas románticas le gustaban las flores Jin le había dicho que Jimin era un romántico, seguro que le gustarían, pero !Jodida mala suerte! Un chico delgado y muy bonito estaba echándole llave a la puerta de la floristería.

Jungkook salto fuera del auto tambaleando - ¡Por favor no cierres necesito flores! -le pidió de repente aturdiendo al joven.

-Lo siento Joven ya está cerrado- respondió con voz suave.

Jungkook se pasó las manos por la cabeza en señal de desesperación, -son para mi esposo él está enojado conmigo -su tono era suplicante debía apelar al lado sensible del jovencito. -Necesito pedirle disculpas, pero salí tarde del trabajo y no me dio tiempo para comprar nada, -puso su cara de cachorro abandonado con la que conseguía echarse a todo el mundo en el bolsillo.

𝕮𝖆𝖘𝖆𝖉𝖔 𝕮𝖔𝖓 𝕰𝖑 𝕰𝖓𝖊𝖒𝖎𝖌𝖔 ♡KookMin♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora