C A P Í T U L O 3

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×Perfect×

A la mañana siguiente me desperté en el sofá tapada con una manta, en la mesa había una nota, la cogí y leí:

Querida listilla,
Ayer fue uno de los mejores días de mi vida, tus labios son deliciosos, creo que van a ser mi nuevo vicio. Mi promesa sigue en pie, así que te quiero cuando anochezca en la playa.
Besos
Percy

Sonreí al terminar la carta y la guardé en un cajón en mi habitación, lo que yo no sabía es que esa carta la guardaría para siempre.

Pasé el día paseando por la playa y leyendo. Cuando llegó la noche bajé a la playa y en ella había una figura sentada sobre la arena. Como sospechaba era Percy, me acerqué y me tiré sobre él, rodamos sobre la arena y acabé debajo de él.

-Y yo que pensaba recibirte con un abrazo y con música de fondo... En serio listilla me has fastidiado mi perfecto plan. Bueno ahora puedo hacer esto. -se acercó a mi cara y me besó tiernamente, después me ayudó a levantarme y nos sentamos mirando al mar.

Estuvimos mucho tiempo hablando hasta que decidí jugar al juego de las preguntas, le hacia preguntas y él tenía que responder y al revés igual.

-¿Cuál es tu mayor sueño? - le pregunté.

-Viajar por todo el mundo, me encantaría conocer más ciudades.

-¿En serio? Debe de ser divertido viajar.

-Tengo una idea, el verano que viene, tú y yo solos nos vamos a ir a ver mundo sin que nadie nos moleste.

-Me parece perfecto. - sellamos nuestra promesa con un beso.

-¿Y cuál es tu mayor sueño?

-Siempre he querido una moto. - él se rió aunque lo intentó disimular - ¿Qué? Soy una chica simple con sueños simples.

-Listilla, tú no eres simple, eres perfecta.

-Por favor no te pongas romántico. - le di un pequeño golpe en el hombro y él se rió mientras pasaba su brazo por mis hombros.

Durante la siguiente hora seguimos con las preguntas y nos sirvió para conocernos mejor. Descubrí que venía de una familia bastante rara aunque no habló mucho de ella, su color favorito es el azul y otras cosas aún más raras.

Al final de la noche me acompañó a casa y nos besamos en el umbral de la puerta pero esta vez no entró.

Durante la siguiente semana nos seguimos viendo por la noche en la playa pero un día Percy decidió que debíamos salir un poco del pueblo y dijo que me llevaría al sitio perfecto. Así que ahí estaba yo delante de mi armario sin saber que ponerme. Llevaba más de dos horas arreglandome pero todavía estaba indecisa sobre qué llevar. Al final me decanté por un vestido ajustado azul con unas sandalias a juego, el pelo decidí dejarmelo suelto. Ahora solo me faltaba esperar a que Percy llegara. Estuve esperando y como me aburría decidí poner el tocadiscos con uno de esos vinilos viejos de mis padres. Al principio solo tarareaba las canciones pero al final acabé bailando y gritando por toda la casa. De repente sonó el timbre y fui corriendo a abrir la puerta. Era Percy, con una impecable camisa blanca y unos vaqueros.

-De a ver sabido que ibas a ir así no me habría arreglado tanto. - y de repente caí, el pelo lo llevaba totalmente despeinado y iba descalza.

-Espera aquí. - cerré la puerta y fui a arreglarme, dios... Que vergüenza.

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