E P Í L O G O

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×give your heart a break×

Han pasado 16 años desde el nacimiento de Percy. Estos años no han sido lo mejor, pero han merecido la pena. Percy es un niño encantador, tiene la belleza de su padre y mi temperamento. Tiene dislexia y TDAH y debido a eso nunca ha sido bueno en los estudios, tuve que mandarle a institutos especializados para que no le costase adaptarse.

Para protegerlo tuve que casarme con un hombre horrible pero gracias a él los monstruos no perseguían a Percy, es verdad que me pegaba, siempre me recordaba que esto lo hacía por Percy, si le pasara algo no me lo perdonaría nunca. Muchas noches cuando él estaba dormido, Gabe, mi marido, entraba en casa bebido y me tiraba contra la pared o me hacia grandes moratones por todo el cuerpo. Una noche estaba intentando tapar esos moratones con maquillaje para que mi pequeño no los viera y de repente alguien se apareció detrás de mí, era Percy, mi Percy, es decir Poseidon. Me beso tiernamente en los labios, me secó las lágrimas y me susurró en el oído "no sufras mi amor, se que no te mereces esto pero pronto acabará y serás feliz", después de esto se esfumó. Me fijé en mis moratones, estos habían desaparecido sin dejar huella. Solo pude sonreír y mirarme en el espejo, la puerta se abrió y vi a mi pequeño hijo de 7 años. Se frotaba los ojos del cansancio y dijo con su voz tierna y cansada:

  - Mami ¿pasa algo?

  - No mi amor, todo está bien. Vamos a la cama antes de que Gabe se despierte - le tiendo la mano para que la coja y eso hace pero en vez de cogerme la mano entera, agarra simplemente mi dedo meñique y nos vamos a su habitación.

Los años pasaron y cuando Percy cumplió 12 años fue por primera vez al campamento mestizo. A partir de entonces empezó a vivir peligrosas aventuras y yo no hacía nada más que preocuparme. Lo único que me tranquilizaba era que Poseidon cuidaba de él. Percy me hablaba de él, me decía que era impresionante, poderosos y le había enseñado un par de trucos sobre el control de sus poderes.

Conseguí librarme de Gabe y conocí a Paul, un hombre encantador que me cuidaba y me quería sobre todas las cosas. Yo seguía queriendo a Percy, perdón Poseidon, lo quería con locura, pero lo nuestro es imposible y Paul me hace sentir cosas que solo he sentido cuando estaba con Poseidon.
Hoy Percy va a traer a una amiga a casa, esta amiga se llama Annabeth, también es una semidiosa y por lo que he visto cuida mucho de Percy.

El timbre suena, voy a abrir y ahí está Percy.

  - ¡Mamá!

  - Hijo ¿cómo estás?

  - Estupendamente pero antes quiero presentarte a alguien.

  - Percy no hace falta que me presentes a tu amiga, se perfectamente que es Annabeth.

  - Mamá, Annabeth ya no es mí amiga, ahora es mi novia. ¿Verdad qué sí listilla? - al oír ese apodo se me derrite el corazón, su padre me llamaba exactamente igual y cada vez que lo hacía caía aún más rendida a sus pies.

  - Por supuesto que sí, sesos de alga - suelto una carcajada ante ese apodo, ¡ cómo no se me ocurrió a mí!

Durante toda la tarde nos pasamos hablando de su relación y de Percy de pequeño. A él le avergonzaba mucho que le enseñara fotos a su novia, pero era mi deber como madre hacerlo.
Espero de verdad que Percy y Annabeth consigan su final feliz.
Giro mi cabeza hacia la ventana mientras los tortolitos discuten sobre quieren debería comerse la última galleta. En la venata está Poseidon, observando nos con disimulo, le invito a  entrar, pero lo rechaza.
Cuando cae la noche Percy convence a Annabeth para que se quede, los dos se van a dormir y yo comienzo a recoger las cosas de la mesa. Se me cae una servilleta al suelo, me agacho para recogerla y levanto la cabeza, entonces veo a Poseidon justo delante de mí.

  - ¿Necesitas ayuda listilla? - su sonrisa me deja embobada - Listilla... ¿Te pasa algo?

  - Eh... ¡A no! Estoy bien, perfectamente - se ríe cuando intento levantarme y no puedo, me tiende la mano y me ayuda.

  - Cómo es posible que sigas tan guapa después de tanto tiempo...

  - Me cuido bien, supongo.

De repente me acerca a él, coge mi cara con sus manos y acerca nuestros labios sin llegar a juntarlos.

  - No deberíamos... - intento separarme de él pero no me deja.

  - Listilla... Hay tantas cosas que no deberíamos, pero cariño... Eres mi mejor error.

Nos besamos y lo que pasó a continuación fue algo que quedó entre nosotros.

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2018 ⏰

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