C A P Í T U L O 8

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×can't fight this feeling ×

Era lunes, habían pasado dos días de mi gran cita con Percy. Esa mañana había recibido una llamada de mi madre, tendría que volver a nueva York en dos semanas, ni un día más ni uno menos. La llamada había sido corta, sin muchos sentimientos y ni siquiera me había preguntado si estaba bien o algo por el estilo. ¿Se podría decir que mis padres eran estrictos? Si, sin duda.

Todavía estaba pensando en cómo decirle a Percy que me iba, no tenía el valor suficiente y no quería separarme de él pero a menos que se viniera a nueva York conmigo iba a ser un poco difícil.

Eran las diez de la mañana, estaba apoyada en la encimera de la cocina con una taza de café en la mano mientras me comía un gran bollo de azúcar. De repente llamaron a la puerta, dejé todo sobre la encimera y fui a abrir. Al abrir la puerta me encontré con Percy.

  - Buenos días listilla.

  - Buenos días, ¿pasa algo?

  - ¿Por qué tendría que pasar algo? - preguntó extrañado.

  - No sé, has venido aquí sin avisar y...

  - Así que ahora no puedo venir a ver a mi chica favorita sin ningún motivo, pues vaya mierda - se rió y pasó adentro de la casa.

Mientras terminaba de desayunar, Percy se dedicó a inspeccionar la casa. Al cabo de un rato bajó a la cocina pero parecía serio, traía algo en la mano y eso me preocupó bastante.

  - Percy... ¿Pasa algo?

  - ¿Por qué debería pasar algo? Simplemente me acabo de enterar que mi novia se va a ir dentro de dos semanas y no me ha dicho nada.

  - Espera... ¿¡Cómo te has enterado de eso?! Se supone que...

  - Que no me lo ibas a contar hasta que te fueras ¿no? La próxima vez si quieres esconder algo no dejes una nota en tu calendario. - dicho esto comenzó a andar hacia la salida e intenté detenerle.

  - ¡Percy! Espera por favor...

  - ¿Por qué? - ante mi cara de confusión aclaró su pregunta - ¿Por qué no me lo dijiste? Pensaba que confiaba en mí.

  - Y confío, pero es duro. No te lo dije porque no podía, no quiero alejarme de ti. No quiero que esto sea un simple amor de verano que los dos acabaremos olvidando como si nada.

  - Yo nunca me olvidaría de ti, listilla - como acto reflejo lo abracé, fue un abrazo largo donde ninguno de los dos se movió, sentía la respiración de Percy en mi oído y sus manos apretandome contra él.

  - Te quiero listilla, te quiero muchísimo.

  - Te quiero.

Y el día transcurrió entre declaraciones de amor y caricias que derretian el alma. Percy era un cielo, todo el día estuvo pendiente de mi, quería hacerme feliz y se notaba.
La tarde la pasamos en la playa, llevábamos un rato ahí cuando oímos un sonido extraño proveniente de una de las cuevas.
Cuando fuimos a ver que era, vimos un pequeño delfín que se había quedado enganchado entre dos rocas. Sin dudarlo dos veces corrimos hacia él.

  - Percy tenemos que ayudarle...

  - Lo se, Sally necesito que lo intentes tranquilizar mientras yo lo saco de ahí. - al intentar hacer lo que Percy me había dicho el delfin casi me muerde dos veces y me llevé varios golpes de parte del delfin, pero al final conseguí que dejara de moverse y ya por fin me dejó acariciarlo.

Cuando Percy consiguió sacarlo vimos que tenía una aleta dañada. Nos miramos preocupados, pero Percy corrió a buscar ayuda mientras me quedaba con el pequeño animal.

  - Tranquilo pequeño, ya verás como sales de esta.

Al cabo de un rato Percy llegó con un socorrista que nos ayudó a curar a Bob, sí lo se, es un poco penoso ponerle nombre a un delfin pero es que era tan mono... Quitando el hecho de que casi me arranca la mano.

  - Se te dan bien los animales... - dijo mientras volvíamos a casa.

  - Casi me arranca la mano asique yo no diría eso - dije mientras me reía.

  - Pero le caias bien.

  - Si, y tu eres el rey de los mares, ¡venga ya! - simplemente se limita a reírse y así es como nos fuimos de vuelta a casa, de la mano y sin parar de reír.

Nuestra historia de verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora