III.

990 49 0
                                    

“¿Tuviste una cita?” la voz sorprendida de la pequeña rubia lleno el restaurante. Lauren se tapo la cara por verguenza ya que todos las miraban.

“No fue una cita, Ally” dijo Lauren en tono bajo cuando ya las personas habían volteado. “Sólamente fuimos a la biblioteca, a hacer un trabajo” Lauren se encogio los hombros indiferente como si no hubiera significado nada para ella. Aunque haya sido una de las tardes más bonitas de su vida.

“Te abrazo y te beso en la mejilla” recordó Ally aún emocionada y con una gran sonrisa.

“Oh, vamos, eso fue solo...amabilidad” atacó Lauren. “Mañana seguro ni me va a mirar” trato de decir esa frase como si no le importara, pero no pudo ocultar el dolor en sus ojos. Ally notó esto y separo los labios lo más grande que pudo.

“Te gusta” lo dijo apenas audible por la sorpresa. Lauren se quedo paralizada, y antes de que pudiera defenderse, Ally volvio a hablar, esta vez gritando, “¡Te gusta! ¡Oh, Dios mío!”

“¡Shhh!” reprendio Lauren a su amiga para que bajara la voz. “No...me gusta, no me gusta, Ally. La conozco hace dos días” respondio Lauren con tranquilidad, aunque no se sentía tranquila en lo absoluto. ¿De verdad me gusta? ¿Tendré oportunidad? No. Es estúpido. Además no creo que ella sea...

“¡Sí te gusta! Puedo verlo. El amor no tiene tiempo, Lauren”

“Eso nisiquiera existe” respondio la castaña de ojos verdes con una pequeña risa.

“Soy tu mejor amiga, no tienes que ocultarme nada” Ally hizo su típica cara de perrito que hacía cuando quería algo, a la cual Lauren nunca se podía resistir. La castaña trato de ignorar a la rubia desviando la mirada, pero no resulto.

“¡Bien!” se rindio. “Tal vez... sí me gusta un poc-”

“¡Lo sabía!” interrumpio la de menor estatura. Lauren rodo los ojos.

“¿Y eso qué? Igual no tengo oportunidad”

“¿Cómo no?” Ally parecía confundida.

“Dudo mucho que ella sea lesbiana, no hay muchas como yo en estos días” Lauren trató de sonar divertida, pero esas palabras sólo salieron sin ánimos de sus labios.

“¿Y tú que sabes?” el optimismo de Ally hizo sonreír a Lauren. ¿De verdad existe alguna posibilidad? Lauren no tuvo respuesta y le dio un pequeño golpe en el hombro a Ally seguido de una pequeña risa. Después de despedirse Lauren regresó a su casa. Tenía que pensar en muchas cosas.

  Camila estaba leyendo El cuaderno de Noah cuando el sonido del timbre de su teléfono móvil la interrumpio. Sonrió cuando vio el nombre ''Cheechee'' en la pantalla y rio para sus adentros por lo que le esperaba. Camila no había hablado con Dinah desde que hablaron cuando estaba frente a la puerta de Lauren. El recuerdo de Lauren la hizo volver a sonreír. Últimamente Lauren ocupaba sus pensamientos la mayor parte del tiempo, y eso la preocupaba. Aunque le gustaba.

 “Hey DJ” saludó la de ojos cafés a su amiga en la otra línea.

 “¡¿ESTÁS BIEN?! ¿SIGAS VIVA, VERDAD? ¿QUÉ TE PASÓ? ¿POR QUÉ NO RESPONDES? Oh Dios mío, ¿TE TIENE SECUESTRADA Y AMENZADA? Sólo tienes que decírmelo, tengo el número de la policía aquí anotado y-” la voz preocupada de Dinah fue cortada por la risa descontrolada de Camila. Al notar que su amiga al parecer iba en serio, Camilia decidió calmarse y hablar.

 “No puedo creer que preguntes eso” risas de nuevo.  “Estoy bien, Dinah. Sólo fuimos a una biblioteca, hay vigilancia allí, ¿sabes?” Camila sonrio con diversión, aunque Dinah no pudiera verla.  “Ella es muy dulce, en realidad”

 “¿Dulce? ¿Lauren Jauregui, dulce? ¿estás segura que estamos hablando de la misma persona?” Camila soltó un pesado suspiro. No podía ser la única a la que Lauren no le pareciera intimidante. No era justo.

 “Sí, Dinah. Deja que la conozcas bien y verás” le aseguro Camila. Se había puesto una nueva meta con esta conversación. Hacer que todos vieran a Lauren como la ve ella. 

 “¡De ninguna manera la quiero ''conocer bien''!” aunque iba a ser difícil.

Después de colgarle a Dinah, Camila retomó su libro. Pero había algo que no la dejaba concertarse al leer, así que decidio dejar la lectura para otro momento. Ahora, algo le hacía falta.

Lauren. 

Extrañaba su voz, por más extraño que fuera. Extrañar la voz de alguien a quien sólo le has hablado dos días puede parecer raro. Camila se mordio el labio inferior y penso en llamar a Lauren. Pero había un problema...no tenía su número. Había olvidado pedírselo. Se golpeo la frente diciendo  “Idiota” para sus adentros y su tumbó en la cama. No había manera en la que la fuera a visitar sin previo aviso, y sólo con la excusa de querer oír su voz. ¿Y qué tal si no estaba? Camila suspiró. De todos modos, ¿por qué me importa tanto? ¿qué me está pasando? Entre todos sus pensamientos, cayo dormida.

Lauren tomó su laptop y mordiendose el labio por los nervios buscó Camila en la página de la escuela. Le tomó cinco minutos hacer click en “buscar”, y cuando finalmente lo hizo, su corazón dio un fuerte martilleo cuando vio el perfil de Camila Cabello en la pantalla de su laptop. Le dio click en su foto y su perfil completo aparecio. Fotos, estados, videos...y todo de Camila. Era como un libro de Camila para Lauren, y era su favorito. Lauren miro el botón Agregar a mis amigos por un largo rato antes de retirar la idea de parecer una acosadora y sólo bajar para seguir viendo su perfil. Le gusta la lectura. Ama a sus amigas. Le gusta tocar guitarra. Ama las películas de romance. Es cubana. Su primer nombre es Karla. Tiene una hermana llamada Sofía. Increíble lo que puedes aprender sólo viendo un perfil, pensó Lauren, y toda esta nueva información acerca de Camila la hizo sentir extrañamente feliz, como una acosadora...pero feliz. Al terminar de ver su perfil y subir hasta el inicio, el mismo botón capto su atención. Es como si lo hiciera a propósito, aunque suene estúpido. Lauren acercó la flecha hasta ese botón, pero se arrepintió a último minuto y cerro de golpe su laptop. 

Soy una estúpida.

Nuestro Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora