Lauren estaba sentada en clase de Literatura haciendo garabatos en su cuaderno. Cuando el profesor Stromberg entró al salón, todos levantaron la mirada de lo que estaban haciendo y saludaron.
“Bien” empezó el profesor. “Hoy trataremos los poemas. Quiero que cada uno de ustedes saque una hoja y escriba un maldito poema” anunció. “Puede ser del tema que deseen. Tienen treinta minutos”.
Lauren buscó insipiración en los rinconces de su mente. Cerró los ojos hasta que se le vino la mayor insipiración de todas. Saco una hoja en blanco y empezó a escribir su poema.
Camila, por otro lado, no tenía ni idea de como escribir un poema. Pensó que si miraba por la ventana alguna idea le iba a surgir, así que se concentró en lo que había afuera. No había mucho. Estaba lloviendo y las ojas de los árboles estaban en el piso. No por otoño ni nada parecido, sólo porque los árboles estaban viejos. Y hacía mucha brisa. Había un pequeño nido en una de las ramas de los árboles, y Camila se quedó mirando. Luego de quince minutos de inspeccionar lo que había afuera, miro su papel. Por otros siete minutos. Luego, miró a Lauren, la cual parecía muy concentrada escribiendo sobre su papel ya casi completamente lleno. Luego de eso, se le vino una idea.
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Después de justo treinta minutos, Lauren ya había acabado su poema. Le hechó una mirada a Camila, la cuál aún estaba escribiendo su papel, muy concentrada. Lauren sonrió ante la imagen.
“Bueno, bueno” interrumpió el profesor. “¿Quién está listo para compartir un poco de pasión?”
Toda la clase se quedo en silecio al ver que Lauren había levantado la mano. Nunca participaba, en serio, nunca. Algunos rieron ante la idea de que Lauren pudiera escribir un buen poema. Otros pensaron que se iba a burlar del profesor escribiendo el peor poema de todos.
Lauren tomo su hoja entre las manos, y, nerviosa por la presencia de Camila, empezó a leer su poema:
Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.Lauren bajó su hoja con las mejillas ardiendo y miró a la clase. Todos estaban impresionados y al parecer sin habla. Lauren miró al profesor, el cuál estaba parado cerca de la puerta, igual de sorprendido que el resto de sus compañeros. Y, por último, miró a Camila. Estaba en su asiento, las mejillas igual de rojas como las de Lauren, igual o quizá aún más sorprendida que los demás. Pero sobre todo fascinada. Camila miraba a Lauren como un fan miraría a su escritor favorito. Y lauren no pudo evitar apartar la mirada y ir a su asiento. Unos minutos después, el profesor recuperó el habla.
“Excelente, Jauregui” le dijo. “No conocíamos esa parte de ti” Lauren miró a Camila la cuál la miraba sonriendo, y le devolvió la sonrisa. “Bien, ¿alguien más?” nadie. “Si nadie pasa voluntariamente voy a elegir yo mismo” amenazó. Nadie de nuevo. “Oh, bien, ¿Cabello?”
“¿Sí?”
“Pase a leer su poema” Camila respiró profundo y se paró con su hoja en mano y empezó a leer:
Llueve
sobre la arena, sobre el techo
el tema
de la lluvia:
las largas eles de la lluvia lenta
caen sobre las páginas
de mi amor sempiterno,
la sal de cada día:
regresa lluvia a tu nido anterior,
vuelve con tus agujas al pasado:
hoy quiero el espacio blanco,
el tiempo de papel para una rama
de rosal verde y de rosas doradas:
algo de la infinita primavera
que hoy esperaba, con el cielo abierto
y el papel esperaba,
cuando volvió la lluvia
a tocar tristemente
la ventana,
luego a bailar con furia desmedida
sobre mi corazón y sobre el techo,
reclamando
su sitio,
pidiéndome una copa
para llenarla una vez más de agujas,
de tiempo transparente,
de lágrimas.Camila se sentía un poco inútil al comparar su poema con el de Lauren. Sería como comparar un vaso de agua con todo un mar. Al finalizar, Camila miró directamente hacia Lauren, un poco avergonzada, sin saber por qué. Lauren la miraba sonriendo, y Camila se alegró al saber que al parecer a Lauren le había gustado su poema. Camila tomó asiento.
Al finalizar la hora, se encontraron en el pasillo.
“Wow” Camila le dijo a Lauren una vez que la vio. Lauren rió un poco nerviosa. “Lo tenías muy escondido, ¿eh?”
“Algo así” resapondió la de ojos verdes. “Tu tampoco estuviste tan mal” Camila rió.
“¿Por qué? Es un talento maravilloso”
“No lo sé, realmente”
“Deberías de sacar a la luz cosas como esa, que te hacen aún más maravillosa” Lauren pudo sentir sus mejillas arder ante el comentario de Camila. Camila le sonrió y se despidió con un beso en la mejilla. Lauren pensó en ''sacar a la luz'' más cosas. Sólo para que Camila siguiera pensando que era maravillosa. Anque ni la propia Lauren lo pensaba.
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Nuestro Destino.
FanficMi otro fic, mejor que éste, ahr. https://www.wattpad.com/myworks/44077797-into-you-camren