NARRA ADEXE:
Bebo un poco de mi café, parece incómoda, quizás debería dejar de mirarla pero tiene algo que hace que no pueda dejar de mirarla.
¿Quien eres?-murmuro.
¡Oiga!-grita-¿Puede dejar de mirarme?
Me resulta extraño, no se ha girado y sabe que la estoy mirando.
Claro, disculpe-suspiro-¿Puedo preguntarle algo?
Ya lo está haciendo-suspira.
Río, en realidad tiene razón y quizás me esté tomando por un psicópata.
¿Cómo sabe que la estaba mirando? Ni siquiera se ha girado-la miro.
Intuición supongo-se encoge de hombros.
Río.
Perdone pero, ¿que le hace tanta gracia?-dice muy ronca.
Nada nada-sonrio.
Acaba marchándose, me dejó caer en el asiento y paso las manos por mi pelo hasta llegar a mi nuca.
¿Quien eres?-murmuro.
Escucho la puerta abrirse, me pongo en pie.
Disculpe-me mira.
Si viene a lo mismo que antes ya puede marcharse-digo serio.
Venía a avisarle de que su hermano está aquí-le dejo paso.
Asiento.
Puede marcharse-acerco mi silla al escritorio.
Se acaba marchando, miró a mi hermano que ríe.
Quiere que me acueste con ella, la lleva clara-digo serio.
Está muy buena-sonrie.
Le miro levantando una ceja.
Está muy buena si pero no quiero-bufo.
¿Quieres llegar virgen al matrimonio?-bromea riendo.
Si el supiera la verdadera razón, no se lo he contado aún, me tomaría por loco.
No pero si así fuera no pasaría nada-le miro.
Tienes razón-sonrie.
¿A qué has venido?-le miró frunciendo el ceño.
Hoy vamos a salir con nuestro amigos, quieras o no, necesitar escapar de estas cuatro paredes-me mira.
Quizás tenga razón, acepto. Se marcha y el recuerdo de aquella hermosa loba y sus ojos color avellana vuelven a mi mente, ¿Cuando la encontraré? No lo sé.
NARRA KAELA:
Regreso a la casa, abro con la llave que me ha dado Mónica y trago saliva al ver a dos chicos allí.
Tranquila-sonrie-son mis nietos, vienen a comer.
Asiento, entro y los miró.
Kaela-los miro.
Pedro-me mira.
Juan-sonrie.
Asiento, les doy la mano.
Con nosotros no tienes que tener, te protegeremos-sonrie.
Gracias pero yo solita puedo protegeremos-digo seria.
Vienes huyendo de tu manada-me mira-claro que necesitas ayuda, ellos son más.
Trago saliva, tiene razón.
Aunque así sea-les miro-somos tres y ellos más de 20.
Te equivocas-sonrie-que solo nos veas a nosotros no significa que no haya más.
Suspiro, esto significa que no voy a tener intimidad para nada.
Vamos a comer-sonrie.
Nos sentamos, miró los cubiertos y suspiro.
¿Qué pasa?-me mira y sonrie.
No se usar los cubiertos-murmuro.
Los dos ríen, me hundo en el asiento y agachó la cabeza. Quiero que la tierra me tragué.
Ya está bien-los regaña-es así cariño-murmura y me enseña a usarlos.
Retiro las lágrimas que resbalaban por mis mejillas anteriormente y empiezo a comer, más les vale no enfadarme o mi fuerza lobna saldrá a la luz y no les conviene. Después de comer subo a mi habitación, la imagen de ese niño vuelve a mi mente, ¿Cómo y dónde estará? Me gustaría encontrarle y decirle que no quería hacerle daño.

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Me Haces Tanta Falta.
Fanfiction¿Has oído alguna vez el ruido que hace una persona al romperse?