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Había música de violín que combinaba con la noche, tan ligera, relajante. Loki la escuchaba mientras esperaba pero el tiempo pasaba tan lento que este empezaba a aburrirse.
Saco el calzado de sus pies, sintió el frío del suelo, comenzó a moverse conforme la música, sentía tranquilidad y un poco de libertad después de tanto, las notas recorrían su cuerpo.
Sonrió al escuchar que la música subió a un tono más atrevido, bailó con aún más confianza sin darse cuenta de que Thor lo observaba del otro lado del pasillo.
En cambio Thor apreciaba la agilidad del otro, el brillo que destacaba de sus ojos y esa sonrisa tan grande como el mundo. Eso era lo que Loki tenía que ser siempre, al final de cuentas seguía siendo un Niño que tenía que cargar con el peso de ambos reinos.

Thor se acercó al notar que Loki había parado y tenía de nuevo sus zapatos, cuando cruzaron miradas, ambos se sonrieron, uno por la satisfacción de liberarse un poco y el otro por notar esa libertad.

-¿Vamos?.-Loki fue el primero en hablar.-Te están esperando.

-Eres hermoso.

El violín fue el siguiente en ocupar el espacio y el que ocultaba los latidos y respiración tan agitados del menor, toda su vida había escuchado lo mismo hermoso no era nada nuevo pero en los labios de Thor sonaba exquisito, como si esas palabras fueran inventadas solo para que él las ocupara.
Sus miradas seguían entrelazadas y ambas sabían lo que querían, en ese momento podrían ir al primer rincón que encontrarán y quitar toda prenda de encima.

-Hay que entrar, hablaremos después de esto.-Insistió Loki.

-Te haré el amor después de esto.-Susurro Thor como último comentario y así entraron con los invitados.

El objeto [Thorki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora