Scorpius frunció el ceño, mordiéndose el labio inferior debido al esfuerzo. Se detuvo a mitad del pasillo durante unos segundos, procurando equilibrar lo suficiente los libros como para que no cayeran, antes de suspirar con alivio y continuar su camino. Doblo en el siguiente pasillo a la derecha y se apresuro a ingresar a la biblioteca, notando que la pila que cargaba comenzaba a oscilar peligrosamente.
Al dejarlos sobre la mesa, con algo de fuerza, debía de admitir, recibió una mala mirada por parte de la bibliotecaria. Le sonrió, disculpándose, antes de salir rápidamente de allí, aliviado ante el hecho de no tener que cargar nada mas: ni tampoco estudiar, se recordó, feliz. Era el ultimo día de clases. Ya no mas exámenes, ni profesores, ni molestos chicos en los pasillos, de ahora en adelante, solo serian meses de vacaciones, días de no hacer nada y divertirse con sus amigos tanto como le era posible; Scorpius amaba Hogwarts, claro que si, pero no veía la hora, ya comenzaba a desearlo, en realidad, de subirse al tren y alejarse del castillo tanto como le era posible. Necesitaba tiempo libre, ya que, este ultimo años, quinto, había sido muy difícil, con los T.I.M.O.S., y podía jurar que nunca se había sentido mas estresado en su vida.
Diviso a Cecil esperándolo, pacientemente, en la puerta del Gran Comedor. Como buena organizada Ravenclaw que era, ya tenia su maleta preparada, y, a medida que se acercaba cada vez mas, Scorpius noto, con grata sorpresa, que también llevaba la de el, junto con la jaula de Snuffy, su adorable y hermosa lechuza, bajo el brazo. Suspiro, aliviado al hecho de no tener que salir corriendo a preparar todo, y agradeció el tenerla como mejor amiga.
--Hola--murmuro cuando llego a su lado, agradeciéndole por las cosas y tomando cuidadosamente a su lechuza, la cual aleteo felizmente.
--¿Dónde estabas? El tren saldrá en un rato y aun no hemos comido-- su amiga lo tomo del brazo y se apresuro a ingresar al Gran Comedor, donde decenas de chicos corrían de un lado al otro, gritando, procurando estar listos para cuando el tren saliese. Del otro lado del comedor, en las altas mesas frente a ellos, los profesores observaban con fastidio el alboroto.
--Devolvía los libros a la biblioteca--contesto, mientras ambos se sentaban en la mesa de Hufflepuff.
Antes de que pregunten sobre el tema, debo de decir que, desde hace tiempo, las casas de Hogwarts realmente no tienen una mesa especifica para cada una. Cuando Harry Potter venció a Voldemort en la guerra, en aquel memorable día, donde tanta gente murió, pero, también, donde muchos se unieron, los lazos entre las casas comenzaron a estrecharse, a hacerse mas fuertes, comenzó a haber mas confianza.
Así es como llegamos a ahora, años después, cuando, casi sin intención, las mesas dejaron de ser de un color especifico, y, ahora, los estudiantes podrían sentarse en cualquier mesa, independientemente de cual sea su casa. Suena extraño pensarlo de esa forma, las mesas de las casas mixtas, pero, la verdad, es que es mucho mas cómodo de esta forma.
A excepción de la mesa de Slytherin, claro.
Scorpius les envió una mirada, aunque aparto la vista rápidamente, encogiéndose de hombros y concentrándose en la comida que se encontraba frente a el. No conocía a muchos Slytherin's, por lo que realmente no tenia una opinión en concreto con respecto a ellos, pero, por lo que se veía a simple vista, no eran gente muy agradable.
--Espero que me hables en vacaciones--advirtió Cecil, apuntándolo amenazadoramente con un tenedor--. Si no lo haces, me veré obligado a invadir tu casa, y no me gustaría quedar como una acosadora o que la policía muggle me arreste por tu culpa.
Scorpius rio--Tranquila, ¡Por supuesto que te hablare! Siempre lo hago--Cecil entrecerró los ojos hacia el, alzando una ceja--, bien, quizá me olvide el año pasado, pero no será así esta vez.
--¿Te iras a algún lado?
--Nah, papá probablemente trabaja--contesto--, ¿Y tu?
--Canadá, creo.
--¡Que hermoso! ¿Tu mama tiene familia allá, no?--Cecil asintió, sonriendo.
--Son muy buena gente, y el lugar es hermoso. Si convences a tu papa, quizás puedas venir.
Scorpius sonrió con ternura--Me gustaría, pero será el aniversario de mama en unas semanas, y no quiero dejarlo solo.
Su amiga puso los ojos en blanco--Ya es un hombre grande, ¿Sabes?
Scorpius se encogió de hombros, agradeciendo que la profesora McGonagall anunciara la salida del tren para evadir la conversación.
Una hora mas tarde, cuando comenzaron su camino hacia Hogsmeade, donde tomarían el tren, no pudo evitar echarle una mirada rápida al castillo.
Por mucho que hace unos minutos quisiera librarse de el, lo extrañaría muchísimo, tanto a el, como a la serenidad que sentía al encontrarse allí, libre de padres alcohólicos y largas noches de tristeza.
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Come to the other side (SCORBUS)
FanfictionNi siquiera el sol puede resistirse a la oscuridad.