Era un hecho realmente frustrante, Cecil comprendió, el que las personas populares estuviese todo el día, literalemente, rodeados por otras personas. Quiero decir, vamos, ¿No quieren privacidad? Al menos podrían evitar ir al baño todos juntos, no es como si la cámara secreta los esperara allí (a menos que vayas al baño del segundo piso), por que, si así lo fuera, incluso aunque Albus fuese, simplemente, al baño por su cuenta, podría ejecutar el plan que había comenzado a formarse en su cabeza desde la noche anterior; luego de haber tenido aquella charla con Scorpius, no pudo evitar, al tumbarse en su cama, mientras todos sus compañeros de habitación dormian, quedarse un par de horas más, sin poder echar un ojo, pensando en miles de ideas, algunas totalmente locas, para ayudar a su amigo. Debía de admitir que le costó bastante, claro que sí, por que, vamos, ¿Cómo podría hacerle entender lo genial que era? En parte, era algo que tenía que notar por si solo, ya que, bueno, el autoestima no se gana a base de palabras u opiniones que dicen los demás, pero Cecil sabía que su amigo no podría hacerlo, era demasiado inseguro, jamás, al menos no ahora, podría tener algún pensamiento bonito sobre él mismo. Así que quería hacer algo para ayudarlo, por que sabia que el chico se lo merecía, el tema era, ¿Qué podría hacer?
La respuesta no le cayó hasta el día siguiente, al despertar, aunque supuso que, en parte, por la noche no había querido aceptarla, por que sabia que, si el plan no salía como el quería, Scorpius lo asesinaría al enterarse de esto. Pero, como el buen amigo (e idiota) que era, decidió que sería mejor intentarlo, aunque, claro, antes no había caído en que se presentarían pequeños problemas (que no eran tan pequeños, en realidad, por que cambiaban el curso de todo el plan), como, por ejemplo, el hecho de que Albus era una especie de celebridad, "El rey de las serpientes" creo que era, así que no hubiera un momento, Cecil descubrió con enfado, en el que estuviera completamente solo. Ni uno; el puede jurar que se ha pasado más de un recreo observándolo y el chico no va solo, si quiera, al baño.
Bueno, pensó, cuando su último recreo finalizó, ni siquiera había podido ejecutar la primera parte de su plan. Era, definitivamente, un fracaso.
O al menos eso pensó cuando, sintiéndose decaído, tomó un poco de comida de la cocina para llevársela a Scorpius, que había decidido quedarse en la Sala de Hufflepuff, y casi se choca a bruces con Albus, que, viéndose terrible, iba de camino al Gran Comedor.--Lo siento--murmuró, el otro, ayudándole a levantarse--. Lamento lo de la comida--añadió, encogiéndose de hombros y continuando con su camino.
Cecil tardó unos momento en asimilarlo--¡Espera!--corrió hacia el, lo suficientemente decidido como para no dejarlo ir.
--Ya me disculpé por la comida--dijo el otro, irritado.
"Alguien está de malhumor".
--No me importa la comida--replicó--. Soy Cecil, amigo de Scorpius.
A Albus se le iluminaron los ojos ante la mención del rubio. Scorpius debía de estar realmente jodido si no podía, si quiera, ver ello; el chico era muy malditamente obvio.
--¿Enserio?, ¿Sabes donde está?
--¿Lo estabas buscando?
--Sí, pero no está por ningún lado.
--Eso es por que no buscaste en la sala de Hufflepuff--contestó. Albus lo miró, cerrando la boca, pero, antes de que pudiera contestar, continuó--, pero me encontraste a mí, lo cual es genial, por que necesitamos hablar.
--No estoy interesado.
--¿Qué?--Cecil exclamó, poniendo los ojos en blanco--. Vengo a hablarte de Scorpius, idiota.
--Oh, entonces puede que esté interesado.
--Como no--murmuró, irritado--. Bien, ¿Qué quieres con él?
Albus entrecerró los ojos hacia el, evaluandolo. Cecil sabia que, probablemente, la parecía rarisímo que le estuviese preguntando eso, pero no podía arriesgarse a decirle nada de Scorpius, a menos que el otro se haya confesado primero.
--¿Qué...quiero con él?----preguntó entonces, dudoso.
--Si, que quieres con él--replicó, cruzándose de brazos--, ¿Te gusta?, ¿Lo ves como un amigo? Vamos, no es tan difícil.
--¿Cómo se que puedo confiar en tí?
--¿Quieres llegar a él o no?
Albus apretó los labios, sabiendo que el otro tenía un punto, antes de poner los ojos en blanco y suspirar. Se sentía malditamente nervioso;--Me gusta--murmuró entonces, rápido y sencillo, admitiendolo por segunda vez en voz alta (James, Lily y Rose habían sido los primeros en oírlo).
Cecil sonrió, quitando aquella pose amenazadora y alzando las manos al aire, como si fuera una victoria increíble (y si lo era)--¡Si!, ¡Se lo dije, maldita sea! No me quiso creer, pero yo se lo dije. Lo joderé con esto toda la vida...bueno, tu lo joderas, yo solo lo molestaré. JA, esto es increíble.
--¿Lo es?--preguntó Albus, algo sonrojado y con el corazón latiendole con rapidez--, eso quiere decir...¿Tengo una oportunidad? Con Scorpius, quiero decir.
Cecil detuvo su loco baile que, para vergüenza de Albus, había comenzado a hacer frente a el, para mirarlo, volviendo a su calculadora y divertida mirada.
--No lo sé--respondió, sonriendo--. Yo solo soy un Scorbus shipper que quiere solucionar los obstáculos entre ustedes dos. Eso deberás descubrirlo por tu cuenta--agrandado aún más su sonrisa, como si lo que acabará de decir tuviera, si quiera, coherencia, le dio dos golpecitos en la espalda antes de decir, en un susurro,
"Sigueme".Albus tardó unos momentos en hacerlo, mirando la espalda de el tal Celcil, que había comenzado a far saltitos al estilo Heidi por el pasillo, antes de obligar a sus pies moverse.
Tendría que, luego, averiguar que demonios era un "Scorbus shipper".
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Come to the other side (SCORBUS)
FanfictionNi siquiera el sol puede resistirse a la oscuridad.