catástrofe

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Narrador Omnisciente:

El lunes llegó justo con la catástrofe, Mina sabía que no iba hacer un buen día en el instante que despertó producto de los gritos matutinos de su madre, aquella forma desesperante y poco amorosa que tenía la mujer para despertarla día a día comenzaba a agobiarla, ¿Es que acaso no la comprendía? Se cuestionaba la japonesa a la vez que llevaba sus dos manos hacia los oidos deseando por un par de segundos tener el botón de mute para utilizarlo con su progenitora.

Luego de que se mantuvo por un par de minutos sentada observando el zapato que se hallaba tirado al lado de la mesilla de la noche la joven tomó la decisión de levantarse, vestirse para luego tomar su desayuno correspondiente y finalizar con su rutina mañanera dando una pequeña visita al baño de su habitación. La joven se hallaba esperando el autobús como todas las mañanas, y como siempre al ingresar en el vehículo se sentaba en mismo puesto apoyando su hombro derecho contra el cristal con su oscura mirada fija en el exterior, aquellos minutos de diferencia entre su paradero y el de la coreana solía colocarla de los nervios, ¿Y si no llegaba? ¿Y si faltaba? Siempre llegaban aquellas preguntas atormentando por completo sus pensamientos, y es que aquello se estaba volviendo un completa problema sin siquiera ser consciente de eso, Mina comenzaba a depender de la coreana sin notarlo, camuflando aquello con "debo protegerla", lástima que la realidad de las cosas era que Nayeon la protegía a ella.

El corazón de la japonesa se estrujó al ver que, ahí, en el exterior no habían rastro de Nayeon, Mina no pudo evitar el encogerse en su asiento teniendo el mal presentimiento de que tal vez, solo tal vez, la coreana debía estar en aquellos instantes besándose con la castaña oscuro en algún estúpido parque de la zona. La japonesa apretó su quijada a la vez que envolvía sus palmas en forma de puño, logrando marcar con fuerza sus blanquecinos nudillos. Mina rápidamente comenzó a tomar grandes bocanadas de aire intentando vanamente el tranquilizarse, pero a pesar de que realmente estaba poniendo todo de su parte por no huir del bus y correr en búsqueda de la castaña, su ira y los celos no la dejaban en paz, gritándole en sus pensamientos que Nayeon estaba con otra persona, que alguien más le hacía feliz de la forma que solo ella podía lograr hacerlo.

Para su suerte el bus se detuvo frente al edificio que estudiaba, la muchacha tomó su bolso a la vez que se levantaba echando rapidamente un vistazo hacia atrás, Mina frunció el ceño al ver también la ausencia de la rubia, ¿Estarían juntas? Se cuestionó la japonesa teniendo nuevamente aquellos arranques de celos que, nadie más que ella eran capaces de notarlo. Y si, a Mina no se le notaba la forma en que sus organismos agonizaban a causa de la furia, ni mucho menos como su alocado corazón comenzaba a bombear, es más, quien la viera pensaría que, tal vez simplemente no durmió todas sus horas que requería, pero jamás se les pasaría por la mente que la joven estaba perdidamente celosa por la ausencia de su castaña.

La extranjera volvió a suspirar creyendo estúpidamente que, si hacia aquello los malos pensamientos se irían, que, sus inseguridades no tomarían control de su cuerpo, que la dejarían aunque sea por un minuto en paz. Pero las cosas no funcionaban de aquella manera, así que debía conformarse con tener aquel agobiante presión posada en su caja torácica, gritándole en la mente que jamás mejorará, que vivirá toda la vida con la inseguridad de que Nayeon encontrará algo mejor.

Mina bajó del vehículo caminando con rapidez en dirección de la entrada del edificio, la joven comenzaba a cohibirse por la forma en que los estudiantes la observaban, parecían curiosos o tal vez preocupados por algo que, ella no era consciente de lo que sucedía. La japonesa ingreso en el pasillo manteniendo su mirada gacha y sus pensamientos viajaban en las posibilidades de que algo malo hubiese sucedido. La joven seguia sintiendo las miradas fijas en su cuerpo, Mina estaba casi segura de que podía oír sus murmullos, la juzgaban, la discriminaban por algo que ella desconocía.

SilenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora