Abajo los reinos que construimos, Destruyamos los imperios que gobernamos, Acabemos con las constelaciones que formamos, Y que todas las torres de oro desaparezcan.
Deforestemos los bosques que paseamos, Sequemos los mares que alguna vez lloramos, Que las tormentas que creamos acaben con todo con lo que alguna vez soñamos
Que la oscuridad gobierne nuestros días soleados, Que las tempestades y las lluvias inunden nuestros recuerdos, Que el fuego que sentimos lo convierta todo a cenizas, Y que el sol, al final, se coma nuestro mundo entero.
Que el infinito vuelva a empezar, Y que la eternidad se reinicie. Para que poco a poco, Mi propio palacio, Después de tus catástrofes, Se pueda reconstruir.
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