Polaroids

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Toparme accidentalmente a propósito con su fotografía era un martirio. Quería provocarme a mí mismo las náuseas solo para poder alegar que sentí algo.

Saber que él no pensaba en mí era como escuchar una palabra que aún no conoces, como "alevosía" o "limerencia". Pero tener pereza de buscarlas en el diccionario.

Recordar sus dientes, su aliento, su sonrisa, sus estupideces, era como si alguien te apuntara hacia un objeto que todos pueden ver menos tú, e intentas buscarlo.

Imaginar las horas jamás vividas y las palabras transformistas que salían a engañarlo era como ver el espectáculo de un circo, y querer adivinar el nombre del trapecista.

No saber de lo que hablo, y estar delirando, sólo, madrugado y triste no tiene sentido. Pero nada lo tiene, y es por eso que sigo confundiendo garabatos a lápiz​, con fotografías de pared.

 Pero nada lo tiene, y es por eso que sigo confundiendo garabatos a lápiz​, con fotografías de pared

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