3 de Octubre

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Pero el mundo sí se acabo, y es que estando en medio de entre tanta tormenta, te abriste paso como meteorito y llegaste hasta mis labios como si te hubiera dado permiso.

Me mordiste sin consideración y, cuando te lo permití, bajaste cual serpiente hasta mi pelvis, tocando como terremoto cualquier cosa que se te cruzara por los dedos. Así dejé que me tocaras porque yo también lo quería hacer.

Lo que no sabía es que nuestras caricias terminarían en erupción, así que después de jurarnos que no íbamos a dejar de hablarnos, me bebí tus maremotos y tus labios me sabían a tardes de Navidad y a cuando cenamos pizza viendo el Extraño Mundo de Jack.

Pero igual me gustaron tus abrazos. Como llamaradas engulléndose a un árbol; aunque comparado a tu tamaño, yo era más bien un arbusto venenoso, y a pesar de mis espinas, te atreviste a acariciarlas.

Y aunque me dijeras que lo había hecho todo mal, igual nadie se había acercado tanto a tocarme el sol. Tú lo hiciste sin dudarlo, y cuando me comiste uno de los labios, supe que tampoco quería que eso terminara tan rápido.

Hace mucho que nadie me abrazaba y metía sus manos por entre mis heridas. Gracias por mancharte las manos de sangre y de saliva.

 Gracias por mancharte las manos de sangre y de saliva

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⏰ Última actualización: Oct 11, 2019 ⏰

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