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— Me duele.— Emití un quejido cuando sus manos agarraron mis muñecas para sarandearme.— ¡Ah! Por favor.

— ¡Por favor, Nada!.— sus ojos estaban inyectados en sangre, su mandíbula marcada y tensa, ni hablar de su seño.— Me vas a decir en este instante quién es el hijo de puta con el que te encamaste.

—¡Te digo que nunca te he engañado!.— La garganta me ardía de la angustia.— Créeme.

— Puta embustera.— Sentenció. Sonrió de lado y luego me observó.— Me esfuerzo tanto por está relación, pero tu siempre lo echas todo a perder. ¿Qué debería hacer contigo?.— Silencio. Mortal silencio que no indica nada bueno.— Levantate.— De un tirón me llevo hasta el baño y me metió a la ducha.— Bañate, saldremos.

No sé que me da más miedo, si sus golpes o él siendo tajante.

(...)

—A ¿D-Dónde v-vamos?.— Me atreví a preguntar cuando puso el auto en marcha.

—Descuida, te gustará.— rió sin gracia.— Te gustará mucho, Kim Lucy.

Incertidumbre. Nada más que eso hay en mis pensamientos, tengo terror de lo que pueda hacer . . . Este monstruo no es el chico que amo.

Podría lanzarme del vehículo en movimiento pero mejor no. No quiero causar un accidente mayor.

Tae, condujo por calles que a simple vista eran escalofriantes, descuidadas y en su mayoría sin transeúntes.
Llegamos hasta un edificio en ruinas y se estaciono cerca de un portón negro.
Decendió hasta rodear el auto y abrir mi puerta.

— Bájate.

—¿Qué es este lugar?, ¿Por qué estam... ¡Ah!— Gemí de dolor cuando su mano apretó con fuerza mi brazo para sacarme afuera.

— Sólo camina, no me hagas enojar.

Sus pasos son mucho más  largos que los míos y por ende apenas le sigo el ritmo. Entramos al edificio y por Dios, está en pésimas condiciones, huele mal, como una mezcla entre urea y humedad.
Subimos la escaleras y Tae tocó la puerta la que no tardó en ser abierta.

— TaeHyung, no te esperaba tan temprano.— Dijo un chico de cabello negro.

—Yugyeom, ¿Nos vas a tener aquí afuera?.

—Tienes razón, que descortés soy. Pasen.— Se movió y nos cedió la entrada.

Tae se dispuso entrar pero yo puse resistencia.
No está en mis planes compartir con estas personas y menos en un lugar como este.
Todo fue embano pues de un solo jalón me llevo al interior.

Estaba lleno de otros seis chicos más que me observaban con descaro.

— A si que ... esta es la perra que mencionaste.— un joven de cabello rubio y voz gruesa se paró del sillón y me escaneo de pies a cabeza, todo bajo los atentos ojos de mi esposo.— Bastante guapa, por cierto.

— TaeHyung ... quiero irme.— sólo ignoró mi petición.

— Oh, tranquila preciosa. La pasaremos muy bien.— comentó otro de piel clara y más alto.

— TaeHyung, por favor. — Rogué.

— Se llama Lucy, no perra, Jackson.— hablo Tae.— Diviertanse con ella.— Se me cae la cara de incrédula, ¿Qué rayos?. Temerosa le dedique una mirada confusión, esperando respuesta.— Esto es lo que te gusta ¿No?, follar con hombres. Pues lo harás pero está vez frente a mi.

—¿Q-Qué?.— Fui empujada al centro de la sala. TaeHyung se sentó y los demás chicos me rodearon con lujuria y deseosos de tocarme.

Estoy desesperada, ¿Cómo permite que me hagan esto?.

— Ya quiero meter mi polla en tu boca, tienes unos labios perfecto para hacer mamadas.

Aún no iniciaban y yo estaba echa un lío de lágrimas, tiritaba como una jalea. Me sentía tan humillada, sucia y desvalida.
La única persona que podía ayudarme era cómplice de toda esta asquerosidad.

— Quítate la ropa, o no, espera lo hago yo.


•°• CIRCLE •°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora