III

3.1K 223 6
                                    

—¿A dónde vamos?— consternada observaba como el avión despegaba y con ello mi felicidad se desvanecia. Una y otra vez me repetía: "Lo hago por la seguridad de mi familia"— JungKook te acabo de pregun...

—¿Te puedes callar?— dijo fulminandome con la mirada.— ¿Acaso importa a donde vamos? Claro que no. Estas conmigo y es todo lo que debes saber.

—Maldito.—susurré impotente.

—¿Dijiste algo?— Negué.—Bien, continúa con la boca cerrada entonces. Ni se te ocurra hacer algo estúpido.

Minutos después llegó una azafata y nos sirvió una especie de jugo en dos copas cristalinas.

—Qué lo disfruten, con permiso.

—Bebelo, no seas desconfiada el viaje es largo.

—No tengo sed.

—Hazlo, no me obligues a dártelo. Oh espera ¿Deseas que te apunte la frente y luego te pida que lo hagas?

—Basta, por favor.

—Tómate el jodido jugo.— ordenó entre dientes. Su mandíbula estaba tensa y una que otra vena se marcaba en su cuello. Terminé cediendo.

Lo bebí todo, era delicioso. Una mezcla entre dulce y ácido familiar a la piña.
Segundos después mi cuerpo y mente se pusieron lerdos, me sentía lenta casi narcoleptica. Mis sentidos no respondían hasta que todo se volvió oscuro.

—Dulces sueños mi hermosa Lucy.

—No vengas a mi casa, mejor voy yo a la tuya.—
—No escondo nada. Tienes una imaginación muy grande cabello de zanahoria.—
—Somos amigos y aun así me vas a abandonar.—
—¡No te puedes ir Lucy!—
—¡TE VAS Y NO TE IMPORTO NADA! ¡MENTIROSA! ¡INCLUSO POR TI YO FUI CAPAZ DE F ...!

Desperté con fuertes dolores de cabeza y náuseas. Apenas mis pupilas se adaptaron a la luz el dolor se intensificó.

—Permiso señora Jeon.— una joven mucama entro con una bandeja.—Tenga, esto le aliviara el malestar.

—¿Más drogas?— ella sólo me observó con desagrado.— Lo sabía...

—Es mejor no provocar a el joven Jeon.

—Me da igual lo que quiera el "joven Jeon".—me levanté de la cama y me encamine hasta la puerta ignorando las advertencias de la mujer.

—¿A dónde crees que
vas, Lucy?—.Dijo a mis espaldas.—Te pregunte algo cariño.

—Yo...

—Tu nada. Te recuerdo que el bienestar del bastardo de tu esposo y esa pequeña molestia dependen de ti.—No dije nada, tenía el control sobre mi. Su móvil comenzó a sonar y desapareció por el largo pasillo.

—Señora, se lo dije. Es mejor no hacer enojar al amo.

—Tienes razón... sabes ¿Dónde estamos?

—En Ngerulmud, señora.

No dije nada más y me fui al cuarto. Necesito un teléfono y es obvio que ese maldito no me dejará a la alcance ninguno.
Extraño demasiado a mi esposo e hija ¡No quiero estar separada de ellos!

[...]

—¿Aún no te duermes?—Hablo JungKook desde la puerta.—¿No contestas, eh?

—Déjame sola.—Suspiré al borde del llanto.

—No sufras así... haces que mi corazón duela.— entró y camino hasta mi para abrazarme por detrás.—Todo va estar bien.

—JungKook, te lo pido si aún queda algo de humanidad dentro de ti... déjame libre.

—¡No! —Respondió alterado.—¡Tenías que arruinar el momento! Que te quede claro eres mía ¿Lo capaz? ¡Mía! ... Y no pienso dejarte ir. Buenas noches.— salió echo una furia dando el portazo más fuerte que pudo.

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

—No te preocupes nadie nos va encontrar nunca.

—Eso espero, de lo contrario
prepárate para una larga estadía en la cárcel.

—Y tu también. Si yo regreso a ese maldito lugar ten por seguro que te arrastraré conmigo.

•°• CIRCLE •°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora