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Termine de ducharme y decidí dar una vuelta por el barrio, no puedo seguir encerrada en estas paredes.

Bajé por las escaleras y me encontré con los pequeños hijos de mi vecino. Al verlos sonreír tan inocentes me dieron ganas de ser mamá pero por como están las cosas en casa es mejor que me abstenga.

Camine hasta la plaza más cercana y me senté en el verde césped. Muchas personas transitaban y era agradable sentir toda esa energía positiva.

—¿Lucy?.— una voz reconocida hizo que volteará sobre mi hombro.—Definitivamente eres tu, esa cabellera color zanahoria te delata.

—¡JungKook!.— Era él, mi antiguo vecino de la infancia.— Casi no te reconozco, estas muy cambiado ... ya eres todo un hombre.

— Y tú sigues tan fea como siempre.— Arrugue el seño poniendo mala cara. El río.—Es broma, es broma. Estas mas bonita, vestida asi si pareces mujer.

—Información de último minuto para Jeon JungKook: siempre fui una chica,tarado.— cuando era adolescente mi vestuario fue similar a la de un hombre. Pantalones anchos y camisas a cuadros.—¿Qué a sido de ti todo este tiempo?.

— Estoy esperando la contratación en una empresa de fotografía profesional, actualmente tengo novia y próximamente un perro. ¿Y tú?

—Me casé con TaeH...— Mi móvil vibró una y otra vez, revicé la bandeja de entrada llevándome una gran sorpresa.


'' Así que estas con tu amante ...''
'' Vete a la casa, Ahora ''.
'' Voy en camino, si no estás cuando llegue lo vas a lamentar ''.

Miedo, terror y angustia fue lo que sentí en ese momento.

—¿Estas bien, Lucy?.

—Sí, es sólo que ya me tengo que ir. Ojalá nos veamos un día de estos Kook.

Corrí, sólo Dios sabe cuánto corrí para llegar al departamento.
Metí la llave en la cerradura y entre silenciosamente.

—¿Tae?.— Nadie respondió. Recorrí todo hasta llegar a la habitación. Sobre la cama había un sobre rojo que no dude en abrir.
Su contenido me dejó perpleja y con el corazón roto.
Era mi esposo teniendo relaciones sexuales con una mujer de cabellos negros...

Tiré las fotos al piso y me tiré a llorar. ¿Por qué me hacía esto? Acaso, ¿Ya no me ama?.

[...]

— Lucy, ya llegué. No cocines, iremos a comer al restaurante.—dijo dulcemente, yo no respondí.— ¿Lucy?.

Sentí sus pasos llegar al cuarto hasta la puerta.

— Lucy, ¿Por qué estás así?.— su voz sonaba preocupada.— Amor, ¿Qué te ocurre?— acerco sus grandes manos a mi rostro.

—¡NO ME TOQUES!.— Aleje sus manos antes de tocar mi piel.— ¿Por Qué no fuiste sincero conmigo?.— Murmuré amargamente.

—¿De qué estás hablando, cielo?.—interrogó.

—¿De qué hablo?, ¿De qué hablo?.— cogí las fotos y se las lance en la cara.—¡De esto hablo!.— No se esperaba esto, su expresión cambio a una tensa y con lentitud revisó las fotos.

—Lucy, yo puedo explicarlo, escucha yo...—Desesperado trato de formular una excusa pero no pudo. No podía negar lo ovbio. — Perdóname por favor.

—No ...— Negué con la cabeza y lo observe con los ojos hinchados.— Si me dejaste de amar debiste decírmelo, pero no engañarme así.— volví a llorar angustiada, me dolía en lo mas profundo de mi ser.

— Amor no, no— cogió mis manos y las beso una y otra vez.—No puedo vivir sin ti Lucy.— Sus lágrimas caían sin control.— No puedo.— envolvió sus brazos en mi cintura y apoyo si cabeza en mis piernas.—Perdóname, te amo y no me imagino el futuro sin tu en él.

Me partía el corazón verlo llorar, era como un niño al que le dicen que su madre murió; quería ser fuerte, dura y firme ante mi decisión, pero no pude.
Esa tarde lo perdone, me juro que nunca más se encamaria con otra mujer.

Prometió cambiar y yo le creí.

•°• CIRCLE •°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora