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Todo comenzó en una galería de arte en la que trabaja haciendo el aseo.
El día de la exposición tarde en llegar y tuve que ponerme a limpiar con todo el Fuaa; No me di cuenta que el lugar había abierto y fue entonces cuando lo ví.
Lucía un largo abrigo color camel, gorra, lentes oscuros y vestuario simple. . .

Se acercó hasta la pintura que estaba alado de mi y yo, presa de la vergüenza y timidez me mande a cambiar.

Al finalizar mi jornada de trabajo me dispuse a salir por la puerta trasera del local, fue ahí cuando lo oí hablar, recargado en la pared y de brazos cruzados.

'' Hey, ¿No piensas decirme tu nombre?. Estuve aguardando por ti todo este tiempo, le pregunte a tu jefe y me dijo que no lo recordaba.''

Nuestra historia inicio tal cuento de película. Muchas citas y palabras bonitas.
Fue mi primer todo y cuando digo todo es todo, puesto que yo jamás había salido con un chico y mucho menos besado e íntimado. Con el tiempo decidimos formalizar la relación, fuimos novios para más tarde ser marido y mujer.

Aún recuerdo el día de nuestro matrimonio: no tenía muchos parientes de mi lado y en cambio él, conocía a medio mundo. . . Entre a la Iglesia bajo muchas miradas de comprensión, envidia y otras más afiladas que un cuchillo. . . Tenía miedo, las piernas me tiritaban pero todo desapareció cuando sonrió con ternura en el altar.

" Acepto ".

Una sencilla y simple palabra que nunca imaginé sería el inicio de la tragedia.

Los primeros meses fueron los mejores sin dudas, cada momento había algo nuevo que aprender, nunca faltaban los te amos, abrazos y besos.
Y un día. . . Todo gradualmente desapareció. TaeHyung comenzó a llegar más tarde de lo normal, desconfiaba de mi y me insultaba por situaciones totalmente ajenas a mi.

- ¡TaeHyung, llegaste temprano!.- dije cuando salí a recibirlo en la entrada del apartamento. - Mi amor te extr. . .

- ¿Algún problema?, es mi casa y puedo llegar a la hora que se me antoje.- respondió a la defensiva. Pasó por mi lado y se fue directo al comedor.- ¿Qué esperas?, sírveme de comer.- ordenó.

- S-sí.- Le serví la cena y tome asiento al otro lado de la mesa.- ¿Cómo estuvo tu  día?.

- ¿Acaso te importa?.- bebió su copa de vino y continuó con la carne.- Esta mierda está cruda, ¡¿No puedes hacer nada bien?!- con molestia lanzó los cubiertos sobre la mesa.

- Esta a punto medio como te gusta.- sus gritos eran pan de todos los días, sin embargo no lograba acostumbrarme.- Puedo cocinarlo más si quieres.

-No.- Contestó tajante. Se paró de la mesa y se fue a nuestra habitación.-Tomare una ducha, no molestes.

Recojí la mesa y me fui hasta el balcón. Me gustaba mirar las luces de la ciudad y de vez en cuando las jóvenes parejas que solían pasar por fuera, siendo felices.

El teléfono de la sala principal sonó y fui a contestar. Revicé la pantalla y el número no registraba, era privado.

- Habla Kim Lucy, ¿Con quién tengo el gusto?.

- Déjalo.

-¿Quién habla?.

- Eso no importa. No mereces su trato, el no te ama, ese imbécil te utiliza sólo para saciar su calentura, como lo hace con todas las mujeres. Tu eres una más en la lista. - no aguante y corté.

No... sé que en el fondo Tae me ama tanto como yo a él.

Me senté en el acolchado sillón tratando de olvidar la llamada. TaeHyung paso por mi lado vestido de manera casual.

-¿A dónde de vas?- pregunté. - No me digas que a tu trabajo porque de ahí vienes.

- Soy un hombre adulto no tengo que darle explicaciones a nadie, menos a ti. Saldré con unos amigos así que no me esperes despierta.- cogió las llaves y se marchó. Dejándome sola como tantas noches.

Horas más tarde la puerta se abrió. TaeHyung se acostó y beso mi frente. Olía a alcohol. Sus manos se deslizaron dentro de la blusa de seda para acariciar mis senos con brusquedad, de manera desesperada besaba y succionaba mis labios, no podía seguirle el ritmo pues me estaba lastimado

- T-Tae detente.- me ignoro y continuó.- ¡Me duele!.- eleve la voz y se detuvo. A pesar de la oscuridad podía sentir su fría, enojada y penetrante mirada.

-¡Joder! ¡Contigo siempre es una suplicadera!.

-No quiero discutir, estas borracho.

- ¡Conmigo nunca quieres nada!, pero para tu amante bien que abres las piernas y gimes como puta!.- Su comentario me descoloca, jamás e tenido un amante. El es todo para mi.- Arruinas todo.- se dio vuelta y no dijo nada más.

A la mañana siguiente desperté y no lo encontré a mi lado. Se fue más temprano que de costumbre.

•°• CIRCLE •°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora